Las comparaciones
De las acciones del Gobierno para mejorar la pol¨ªtica de reincorporaci¨®n depender¨¢ si m¨¢s exguerrilleros van o no a las disidencias
Como era de esperarse, el anuncio de Iv¨¢n M¨¢rquez y otros exmandos de la antigua guerrilla de las FARC de rearmarse ha tra¨ªdo todo tipo de interpretaciones. Tambi¨¦n, como era obvio, a dos meses de las elecciones locales y regionales la estrategia de causar miedo y buscar culpables trae importantes r¨¦ditos pol¨ªticos. Sin embargo, al hacer un an¨¢lisis pausado y decantado con las horas posteriores al video, se podr¨ªa decir que es un anuncio preocupante, pero no es el fin del proceso de paz y tampoco el rearme completo de la antigua guerrilla de las FARC.
Lo que era la guerrilla de las FARC, hasta hace una semana estaba dividida en tres bloques. El primer grupo, el m¨¢s grande, eran aquellos que estaban en la legalidad, en el proceso de reincorporaci¨®n y muchos se encontraban en el partido pol¨ªtico surgido luego del proceso de paz. Son cerca de 11.000 de los 13.000 exguerrilleros que dejaron las armas. Luego, desde hace tres a?os, incluso antes de la firma del acuerdo, comenzaron a surgir las famosas disidencias, que no es una ¨²nica estructura, son en realidad 23 y las componen cerca de 1.800 exguerrilleros. En la mitad de estos dos grupos, desde hace poco m¨¢s de un a?o se encontraban unos disidentes pol¨ªticos, una serie de mandos de primer y segundo nivel que estaban en la semiclandestinidad. La noticia que trae el video es que una parte de la disidencia armada podr¨ªa unirse con la disidencia pol¨ªtica.
Del anterior panorama surgen dos grandes conclusiones. Por un lado, estas disidencias representan menos del 20% del poder de lo que eran las FARC. Son 1.800 exguerrilleros y las FARC desmovilizaron 13.000, operan en 85 municipios y al final del proceso la guerrilla operaba en casi 300 municipios. La segunda conclusi¨®n es que en t¨¦rminos num¨¦ricos la gran mayor¨ªa de excombatientes siguen en el proceso de paz. De las acciones del Gobierno para mejorar la pol¨ªtica de reincorporaci¨®n depender¨¢ si m¨¢s exguerrilleros van o no a las disidencias.
Al comparar los datos anteriores con otros procesos de paz y desmovilizaci¨®n, se observan cosas interesantes. Por ejemplo, como se dijo, las disidencias de las FARC operan en 85 municipios de poco m¨¢s de 1.100 que tiene el pa¨ªs, mientras que actualmente los grupos nacidos posterior a la desmovilizaci¨®n paramilitar, o disidentes paramilitares, operan en cerca de 400 municipios. El m¨¢s grande e importante es el Clan del Golfo, que opera en 250 municipios del pa¨ªs. Otra comparaci¨®n interesante es que, en promedio, a nivel mundial, en cualquier posconflicto la reincidencia es de entre el 10 y 15%, en el caso de la exguerrilla de las FARC se est¨¢ cerca al 15%, en teor¨ªa en niveles normales. En el caso de los paramilitares la reincidencia fue un poco superior al 20%.
El problema con el anuncio de M¨¢rquez es que de esos 11.000 que est¨¢n en la legalidad podr¨ªa haber una desbandada hacia las disidencias armadas. Actualmente, la pol¨ªtica de reincorporaci¨®n que lleva el presidente Iv¨¢n Duque es un desastre: m¨¢s de 100 exguerrilleros han sido asesinados desde la firma del acuerdo, ese desangre no ha parado. Igualmente, la reincorporaci¨®n socioecon¨®mica tiene resultados negativos. Luego de tres a?os de la firma del acuerdo de paz, los proyectos productivos que est¨¢n andando cobijan apenas 1.300 exguerrilleros. Miles a¨²n no saben que ser¨¢ de la vida de ellos.
Sobre este mismo tema, otro asunto que actualmente es lo que m¨¢s preocupa a especialistas y la comunidad internacional es el futuro de los ETCR o Espacios Territoriales de Capacitaci¨®n y Reincorporaci¨®n. El gobierno p¨²blicamente dice que apoya la reincorporaci¨®n, aunque lo cierto es que desde hace un mes se espera un decreto presidencial sencillo para prorrogar estos espacios y sacar a centenares de exguerrilleros de un limbo e incertidumbre econ¨®mica. As¨ª las cosas, si en realidad el Gobierno de Duque quiere evitar el surgimiento de una nueva guerrilla y evitar un nuevo ciclo de violencia deber¨ªa dedicarse a cumplir lo pactado y sobre todo, a la pol¨ªtica de reincorporaci¨®n. El fen¨®meno de las disidencias, actualmente, es controlable y peque?o, pero puede crecer.
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