Sin ejemplaridad

El Gobierno de Madrid se enfrent¨® el pasado martes a su primera crisis pol¨ªtica a cuenta de la investigaci¨®n parlamentaria sobre la actividad de Avalmadrid, un organismo semip¨²blico que entre 2007 y 2018 concedi¨® pr¨¦stamos dudosos a empresas inviables relacionadas con consejeros y altos cargos populares; entre ellas, una en la que ten¨ªa participaci¨®n un familiar directo de la actual presidenta, Isabel D¨ªaz Ayuso. D¨ªaz Ayuso tuvo que destituir, adem¨¢s, al reci¨¦n nombrado secretario general de la Consejer¨ªa de Sanidad tras ser imputado en el caso P¨²nica.

Hasta el momento, la presidenta madrile?a hab¨ªa intentado sortear las informaciones sobre Avalmadrid reclamando que no se implique a sus allegados en una supuesta campa?a pol¨ªtica contra ella, y alegando que se trata de un asunto lejano en el tiempo. Ninguno de estos argumentos es suficiente para autoeximirse de ofrecer explicaciones sobre lo sucedido, puesto que D¨ªaz Ayuso hizo gestiones desde su puesto oficial en la Comunidad en favor de la concesi¨®n del cr¨¦dito a su familiar; por otra parte, la eventual prescripci¨®n de los hechos solo puede ser declarada por el tribunal que los juzga. Las explicaciones de D¨ªaz Ayuso son tanto m¨¢s necesarias por cuanto es miembro de un sector del Partido Popular de Madrid, encabezado por la expresidenta Esperanza Aguirre, que tiene abierto un proceso por corrupci¨®n.

La dimensi¨®n de la crisis pol¨ªtica en Madrid no se limita a los problemas del Partido Popular y el entorno familiar de D¨ªaz Ayuso con la justicia, sino que afecta tambi¨¦n al pacto de Gobierno alcanzado con Ciudadanos. Este partido ha apoyado la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre Avalmadrid solicitada por el Partido Socialista, M¨¢s Madrid y Unidas Podemos, y el entorno de D¨ªaz Ayuso ha considerado la decisi¨®n como una deslealtad. La realidad es que, al margen de que lo sea o no, el apoyo de Ciudadanos a la comisi¨®n de investigaci¨®n revela la incoherencia a la que conduce la posici¨®n adoptada por este partido en Madrid y otras comunidades, enarbolando la bandera de la regeneraci¨®n al mismo tiempo que pacta con una fuerza investigada judicialmente por corrupci¨®n y negocia a hurtadillas con la ultraderecha.

La incoherencia es, primero, pol¨ªtica. Pero desde el momento en que Ciudadanos ha apoyado la comisi¨®n solicitada por la oposici¨®n en la Asamblea de Madrid, puede ser, adem¨¢s, institucional. No solo porque el apoyo a esta iniciativa de la oposici¨®n madrile?a lo coloca con un pie dentro y otro fuera del Ejecutivo, sino tambi¨¦n porque si admite que las sospechas de corrupci¨®n que pesan sobre su socio son suficientes para abrir una investigaci¨®n parlamentaria, tambi¨¦n deber¨ªan serlo para plantearse la viabilidad de la coalici¨®n. Sobre todo cuando las noticias que han dado lugar a la investigaci¨®n no son nuevas, sino que eran ya objeto de consideraci¨®n judicial antes de constituir el Gobierno de Madrid.

La direcci¨®n nacional del Partido Popular ha expresado su voluntad de hacer de Madrid un ejemplo de las pol¨ªticas que aplicar¨ªa de llegar al Gobierno central. La paradoja ante la que la comisi¨®n sobre Avalmadrid coloca a los promotores de esta estrategia, como tambi¨¦n a los partidos que la han facilitado, Ciudadanos y Vox, es que se tratar¨ªa de un ejemplo sin ejemplaridad. Es decir, de un episodio m¨¢s en la numantina resistencia del partido Popular por enfrentar el problema de la corrupci¨®n.