La privacidad, en la picota

Todo suceso que impacta en la opini¨®n p¨²blica desata un fen¨®meno inversamente proporcional: cuanta menos informaci¨®n fiable disponible, mayor cobertura televisiva. Ocurri¨® con la desaparici¨®n de Marta del Castillo, de Diana Quer o de los ni?os Gabriel y Julen, y la misma ecuaci¨®n se ha reproducido con la b¨²squeda de Blanca Fern¨¢ndez Ochoa. Los canales generalistas han dedicado sus magacines, casi ¨ªntegramente, al operativo de rescate puesto en marcha para seguir el rastro de la medallista ol¨ªmpica en la sierra de Madrid. Repetici¨®n una y otra vez de las mismas declaraciones oficiales, v¨ªdeos en bucle, tertulianos de los programas del coraz¨®n especulando sobre la causa de la muerte, reporteros enviados a lugares en los que no hab¨ªa ni sombra de noticia...

Pocas veces se hab¨ªa visto en la Comunidad de Madrid un dispositivo de esta magnitud. En los cuatro intensos d¨ªas de b¨²squeda se han desplegado medios t¨¦cnicos y humanos sin precedentes: helic¨®pteros, drones equipados con c¨¢maras t¨¦rmicas y de alta definici¨®n, grupos de alta monta?a, submarinistas. Y adem¨¢s, decenas de voluntarios, lo que demuestra la enorme ola de solidaridad hacia la legendaria esquiadora.

Desde que la polic¨ªa dio la voz de alerta sobre su desaparici¨®n se desencaden¨® un seguimiento abusivo y no siempre riguroso en los canales de televisi¨®n. El mi¨¦rcoles, tras el hallazgo del cuerpo y antes de que las autoridades hicieran p¨²blico comunicado alguno, desde la pantalla se desgranaron hip¨®tesis variopintas y las especulaciones echaron a rodar. ¡°Es materialmente imposible que se hubiera precipitado¡±, sentenci¨® un comentarista. De nada sirvieron las enf¨¢ticas peticiones policiales para que no se hicieran c¨¢balas. Parecer¨ªa que con contertulios que tan r¨¢pidamente sacan conclusiones c¨®modamente sentados en el estudio no hacen falta especialistas forenses.

Para el deporte espa?ol, Blanca Fern¨¢ndez Ochoa fue un icono, un espejo en el que se miraron muchas mujeres deportistas. Es decepcionante que tras el hallazgo de su cuerpo sin vida muchos tertulianos ahondaran no en su faceta como esquiadora sino en su estado an¨ªmico, sus fases de tristeza y sus supuestas depresiones. La privacidad, una vez m¨¢s, en la picota.