Disidencias y negocios
Llamar ¡°disidentes¡± a grupos provenientes de las antiguas FARC, desvirt¨²a el anuncio de Iv¨¢n M¨¢rquez de que, tras un receso estacional, vuelven a los narcomanejos y a las extorsiones de siempre
"Disidente¡± es palabra que el uso y abuso period¨ªstico destin¨®, all¨¢ por los remotos sesenta, casi exclusivamente a designar al objetor de conciencia que, en la antigua URSS y en aquellos otros pa¨ªses mitteleuropeos que la ficticia burocracia del Cambridge Circus de John Lecarr¨¦ llam¨® ¡°Sat¨¦lites 4¡±, se apartaba de la ¡°recta doctrina¡± del Partido y era enviado al respectivo ignominioso, inhumano gulag.
Caracter¨ªsticamente, por aquellos tiempos de crisis del movimiento comunista mundial ¡ª?era la Guerra Fr¨ªa, recordemos!¡ª , en todas partes se criaban disidentes. La historia de siete d¨¦cadas de torturas, exilios y asesinatos de Estado en Cuba, por ejemplo, es ya indistinguible del relato de sus disidentes, su gulag, su pared¨®n de fusilamientos y su di¨¢spora.
Con todo y lo arbitrarios que suelen ser ciertos hallazgos de la parla period¨ªstica, la verdad de la cosa es que la voz ¡°disidente¡± aportaba inteligibilidad. Le¨ªas ¡°disidente¡± y de inmediato pensabas Solshenitsyn, pensabas Andr¨¦i S¨¢jarov, pensabas Joseph Brodsky, Natan y Avital Sharansky, Gao Xingjian, Vaclav Havel, pensabas Cabrera Infante.
Las cosas se tornaron menos discernibles cuando en Am¨¦rica Latina comenzaron las disidencias entre grupos guerrilleros, as¨ª como en el seno de min¨²sculas c¨¦lulas universitarias. Tengo edad para recordar el tiempo en que la naturaleza de esas discrepancias se incorporaba pedantescamente a las siglas del foco insurgente, que a menudo se proclamaba guevarista ¡ªaunque no siempre¡ª, junto con la adscripci¨®n al pa¨ªs del ancho mundo comunista con el que m¨¢s congeniaba el n¨²cleo dirigente o que mejor los trataba en lo tocante a ayuda material.
Los grafitis sol¨ªan, por tanto, ser m¨¢s cortos que las siglas que reivindicaban su autor¨ªa. ¡°?Fuera Yanquis de Camboya!¡±, firmaba por ejemplo una ¡°Fuerza Socialista Aut¨¦ntica, Tendencia Proletaria de Idea suche¡±. El trastorno no se manifestaba exclusivamente en las capillas universitarias: pi¨¦nsese en las muertes, el sufrimiento en masa y el extenso da?o material causado por los extrav¨ªos mao¨ªstas de Sendero Luminoso.
Para singularizarse de los traidores, reformistas, sindicalistas al uso y toda clase de blandengues desviacionistas, las facciones llegaban a adoptar las costumbres y hasta el c¨®digo vestimentario de la respectiva admirada ¡°utop¨ªa concreta¡±.
Hubo un inolvidable mao¨ªsta venezolano que hizo del campus de la Universidad Central de Venezuela su Yen¨¢n particular. All¨ª confeccionaba con gran destreza enormes pancartas que colgaba del techo de la hermos¨ªsima Biblioteca Central, afeando de paso su fachada. Eran los llamados dazibaos, especie de Twitter avant la lettre, hecho de papel de arroz, que la ¡°revoluci¨®n cultural¡± china populariz¨® a mediados de los 60.
As¨ª como al poeta mexicano Jos¨¦ Juan Tablada, con raz¨®n o sin ella, se atribuye la adopci¨®n de la forma japonesa haiku en obsequio de la poes¨ªa en nuestra lengua, los dazibaos de Hernando Guill¨¦n ¡ªque as¨ª se llamaba el activista¡ª merecer¨ªan hoy estar en alg¨²n Museo de la Apropiaci¨®n Cultural: sus temas rara vez acud¨ªan a la pol¨ªtica dom¨¦stica venezolana, sus pronunciamientos fulminaban preferentemente a la inmovilista dirigencia sovi¨¦tica como lo habr¨ªa hecho el mism¨ªsimo Lim Biao.
Lo sorprendente es que el camarada Guill¨¦n dispon¨ªa sus soflamas en un castellano sumamente expresivo, con no poca intuici¨®n po¨¦tica, solo que hab¨ªa que leerlas verticalmente y de derecha a izquierda, tal como hasta aquel entones prescrib¨ªa la escritura china.
De estas y otras monoman¨ªas de la izquierda radical ¡ªpura magia emp¨¢tica, digo yo¡ª en nuestra regi¨®n ¡ªsin olvidar la torsi¨®n indigenista¡ª se han ocupado, en regocijantes s¨¢tiras novelescas, brillantes autores latinoamericanos como Alfedo Bryce Echenique, Jorge Ibarg¨¹engoitia y don Mario Vargas Llosa.
Pero, sin duda, llamar ¡°disidentes¡± a grupos armados que, provenientes de las antiguas FARC, orbitan en el complejo sistema de crimen organizado que prospera en medio de la disoluci¨®n de Venezuela como Estado y por cuyo territorio compiten el ELN, las protervas FAES, la infame Guardia Nacional bolivariana, los ej¨¦rcitos irregulares de la ministra de prisiones, el c¨¢rtel de los generales y todos los garimpeiros transnacionales del negocio del oro, del uranio y del colt¨¢n, desvirt¨²a el sentido estrictly business del anuncio de Iv¨¢n M¨¢rquez de que, tras un receso estacional, ¨¦l y los suyos vuelven a los narcomanejos y a las extorsiones de siempre.
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