Netanyahu no vence

El resultado de las elecciones legislativas celebradas en Israel el martes ¡ªlas segundas en apenas cinco meses¡ª arroja varias conclusiones negativas, dos de ellas para el primer ministro en funciones Benjam¨ªn Netanyahu y la tercera para la estabilidad regional.

En primer lugar, Netanyahu no ha conseguido la mayor¨ªa suficiente para gobernar. El bloque de derechas que suele apoyarlo en el Parlamento israel¨ª ¡ªmayoritario por apenas un esca?o sobre el de centroizquierda¡ª no alcanza la mayor¨ªa absoluta. Esto, adem¨¢s de reproducir la situaci¨®n de bloqueo pol¨ªtico previo a la convocatoria electoral, supone un duro rev¨¦s para el primer ministro que hab¨ªa enfocado estas elecciones pr¨¢cticamente como un plebiscito en torno a su persona. En segundo lugar, Netanyahu no dispondr¨¢ de votos suficientes para garantizar, mediante una nueva ley que pretend¨ªa sacar adelante, su inmunidad frente a las imputaciones por corrupci¨®n a las que tiene que hacer frente. En apenas dos semanas tendr¨¢ que declarar frente al fiscal general de Israel, audiencia tras la cual puede ser procesado formalmente.

Pero lo peor de estas elecciones repetidas es que Netanyahu ha puesto sobre la mesa del debate pol¨ªtico cuestiones totalmente inaceptables tanto para la inaplazable resoluci¨®n de la ocupaci¨®n de Palestina como para el funcionamiento de la misma democracia israel¨ª. El primer ministro ha enarbolado irresponsablemente ante su electorado el tema de la seguridad con una propuesta alarmante y de consecuencias imprevisibles como la anexi¨®n unilateral de Cisjordania a Israel. Se trata de un asunto sobre el que no hay ni discusi¨®n posible. Los mandatos de la ONU deben ser obedecidos y el transcurso del tiempo no cambia su sentido ni exigencia: se deben dar los pasos necesarios para la resoluci¨®n negociada de un grav¨ªsimo problema.

En paralelo, el primer ministro se ha inventado una fantasmag¨®rica conspiraci¨®n de la poblaci¨®n ¨¢rabe-israel¨ª para manipular las anteriores elecciones y lanzado la idea de colocar c¨¢maras de vigilancia en las salas donde se vota. Es decir, sin pruebas, ha acusado a ciudadanos israel¨ªes ¡ªcuyos representantes son nada menos que la tercera fuerza en el nuevo Parlamento¡ª de conspirar contra su propio Estado y propuesto una medida inconcebible en cualquier elecci¨®n democr¨¢tica. Y por si esto fuera poco, queda como ¨¢rbitro de la situaci¨®n el ultraderechista laico Avigdor Lieberman, quien defiende la ocupaci¨®n de Palestina.

Si Netanyahu pretend¨ªa asegurar su futuro pol¨ªtico y personal con esta huida adelante la jugada le ha salido mal. Lo peor es el da?o que puede causar a su propio pa¨ªs y al proceso de paz con la Palestina ocupada.