Tiempo perdido
La par¨¢lisis pol¨ªtica ha dilapidado cinco a?os cruciales para las reformas sociales
El fracaso de las fuerzas pol¨ªticas en formar un Gobierno estable tiene unos costes muy elevados para la sociedad espa?ola que de ninguna forma pueden ser minimizados y, mucho menos, olvidados. Sin un Gobierno estable y viable al menos desde la moci¨®n de censura, con los espa?oles convocados a unas nuevas elecciones por cuarta vez durante los ¨²ltimos cuatro a?os, las reformas pendientes se acumulan y los problemas econ¨®micos de fondo no solo siguen sin resolverse, sino que el empeoramiento de la situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica global tiende a agravarlos. Espa?a se enfrenta de forma inmediata a una desaceleraci¨®n econ¨®mica, que se manifestar¨¢ con crudeza a partir de 2020 y a las consecuencias de un Brexit incontrolado que exigir¨¢ una administraci¨®n fuerte y organizada. Sin Gobierno, la respuesta posible a estos desaf¨ªos inmediatos no tendr¨¢ la contundencia ni la precisi¨®n debidas.
De todos los da?os causados por la an¨®mala ausencia de un Gobierno estable, con una legislatura completa por delante, la par¨¢lisis reformista es sin duda el peor. Una relaci¨®n de las grandes reformas pendientes puede dar una idea de la gravedad de este colapso. La red econ¨®mica y pol¨ªtica del Estado necesita perentoriamente una reforma de la financiaci¨®n auton¨®mica, porque algunas comunidades se aproximan r¨¢pidamente a una situaci¨®n de asfixia financiera; est¨¢ pendiente una reforma del sistema de pensiones, que exige un delicado encaje negociador entre los partidos pol¨ªticos y las fuerzas sociales, porque cada a?o que pasa sin reforzar la financiaci¨®n del sistema mermar¨¢ las percepciones de los futuros pensionistas; hay que construir una nueva estructura fiscal que afiance la estabilidad financiera del Estado y acabe con la desigualdad tributaria; es obligado rectificar normas laborales para atajar la precariedad laboral, y hay que continuar con una reforma energ¨¦tica, bien orientada pero imprecisa hasta ahora. Todos estos cambios son imprescindibles para sustentar un Estado de bienestar que se desmorona y un orden auton¨®mico al borde de la crisis.
Editoriales anteriores
Para nadie es un secreto que el Presupuesto prorrogado es hoy un dogal que estrangula la actividad econ¨®mica y que, adem¨¢s, no puede encauzar el crecimiento del gasto social ni las obligaciones de inversi¨®n p¨²blica. Tampoco contribuye a controlar el d¨¦ficit p¨²blico. Un Gobierno estable deber¨ªa estar tomando decisiones urgentes para moderar el volumen de deuda porque, como se ha repetido sin descanso, aunque sin respuesta, si se produjera un nuevo episodio de inestabilidad financiera global, la econom¨ªa espa?ola estar¨¢ en peores condiciones para afrontarla que en 2007.
Estas reflexiones sobre la urgencia de las amenazas y obligaciones que acosan a la sociedad espa?ola deber¨ªan haber sido acicate suficiente para formar Gobierno; no ha sido as¨ª. Quedan otros seis meses al menos de incertidumbre pol¨ªtica y de par¨¢lisis en la gesti¨®n econ¨®mica. Desde el final de la recesi¨®n, que podr¨ªa situarse aproximadamente entre mediados y finales de 2015, se abri¨® un periodo id¨®neo para pensar y aprobar los cambios pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales que Espa?a necesita. Ese periodo llegar¨¢ a su fin cuando en 2020 arrecie la desaceleraci¨®n de la econom¨ªa. Espa?a ha dilapidado cinco a?os cruciales, pero todav¨ªa estar¨¢ en condiciones de reaccionar si los ciudadanos acuden a votar en la inmediata convocatoria, sabiendo qu¨¦ est¨¢ en juego.
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