?Y ahora qu¨¦?
No son los ciudadanos los que deben hacerse cargo de la fragmentaci¨®n partidista: son los l¨ªderes
Son muchas las personas que se preguntan ?y ahora qu¨¦? M¨¢s all¨¢ del cruce de culpas de estos meses, y que poco importa a los ciudadanos pues en nada cambia sus vidas, la ¨²nica respuesta que se atisba es que esto no sirve m¨¢s que para volver a la casilla de salida. El estudio de 40dB. confirma que la aritm¨¦tica parlamentaria, al menos la de los bloques de izquierda-derecha, var¨ªa poco. El baile de esca?os es intrabloque: los partidos, de nuevo, tendr¨¢n que alcanzar pactos si no quieren condenar a la sociedad espa?ola a girar en una rueda electoral permanente.
Sin embargo, no todo es exactamente como antes. La pr¨®xima cita electoral podr¨ªa pasar a los registros de la historia como las elecciones de la desmovilizaci¨®n, con una ca¨ªda de la participaci¨®n de m¨¢s de 10 puntos: son los j¨®venes, los de mediana edad y los votantes de los partidos en posiciones m¨¢s centristas los m¨¢s propensos a abstenerse. M¨¢s importante a¨²n, se perciben ya las primeras se?ales de desafecci¨®n, no hacia la democracia, pero s¨ª hacia su funcionamiento. La valoraci¨®n de la pol¨ªtica, no lo olvidemos, guarda una estrecha relaci¨®n con la valoraci¨®n de la econom¨ªa: si esta va mal, aquella tiende a seguir su rastro.
Las pr¨®ximas elecciones, nos guste o no, confirmar¨¢n que los ciudadanos no desean la vuelta al bipartidismo. Los cambios sociales de los ¨²ltimos a?os han sido demasiado intensos como para no dejar rastro en el sistema de partidos. Vivimos en una sociedad m¨¢s compleja y fragmentada, con m¨¢s diversidad de familias, m¨¢s variedad de estilos de vida y m¨¢s hogares cuyas econom¨ªas se sit¨²an en polos opuestos. Los valores de tolerancia y libertad han ido ganando terreno, a la vez que surgen movimientos antagonistas, que defienden el proteccionismo y la uniformidad. Por si fuera poco, la revoluci¨®n tecnol¨®gica, con las redes sociales, facilita el surgimiento de nuevos partidos: hace poco eran dos de ¨¢mbito estatal, despu¨¦s cuatro, m¨¢s tarde cinco. En los pr¨®ximos comicios podr¨ªan ser seis. En esta situaci¨®n, no son los ciudadanos los que deben hacerse cargo de la fragmentaci¨®n partidista: son los l¨ªderes pol¨ªticos los que deben afrontar la nueva fragmentaci¨®n social. Eso es lo que la ciudadan¨ªa espera y, para ello, no parece haberse inventado otro camino que el de la negociaci¨®n y el acuerdo.
Bel¨¦n Barreiro es directora de 40dB.
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