Clitoridianas
Bien est¨¢ que los publicistas nos vendan como empoderador de mujeres un cacharro a pilas, hermanas. Otra cosa es que les compremos el relato

Vale que con la edad debo de estar volvi¨¦ndome resistente a los cambios, pero el ¨²ltimo grito en jugueter¨ªa sexual femenina me parece m¨¢s de lo mismo. Se trata de un estimulador de cl¨ªtoris que promete orgasmos en dos minutos sin ni siquiera tener que entrar en contacto con la zona gracias a la generaci¨®n de ondas electromagn¨¦ticas. Dos minutos para el cl¨ªmax, presume el aparato, como si fuera una plusmarca ol¨ªmpica, cuando cualquier mujer con cierta pr¨¢ctica en la disciplina sabe que puede correr m¨¢s r¨¢pido y sin ayuda t¨¦cnica. Y como si la celeridad en alcanzar la meta fuera un plus en ese deporte. Debo de estar mayor, ya digo, porque el invento est¨¢ arrasando entre las millennials y ya hay quien lo califica como el nuevo y revolucionario vibrador feminista dado que, al manejarlo una misma y no precisar introducirse en ning¨²n sitio, nos libera por fin del yugo de la secular falocracia. Como si no hubiera clitoridianas de toda la vida.
Aunque personalmente el onanismo a solas me aburre que me mata, no ser¨¦ yo quien le ponga pegas a todo adelanto que sirva para darle alegr¨ªa a nuestro cuerpo, Macarenas. No siempre se puede o se quiere tener compa?¨ªa y la autosuficiencia es un grado. Ahora, que no me vengan con que el Satisfyer, po¨¦tico nombre del utensilio, es el t¨®tem del feminismo de la cuarta ola y la abolici¨®n de la falodependencia cuando es poco m¨¢s que un chirimbolo para autosatisfacernos rapidito y seguir produciendo, porque me entra la risa. En ese sentido, encuentro mucho m¨¢s revolucionario el m¨¦todo de una amiga que, en ¨¦pocas de sequ¨ªa, se deja el sueldo en masajes terap¨¦uticos solo para que unas manos humanas la toquen. Bien est¨¢ que los publicistas nos vendan como empoderador de mujeres un cacharro a pilas, hermanas. Otra cosa es que les compremos el relato. El cacharro ya lo voy reservando, que nunca vendr¨¢ mal para unas prisas.
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