Cambio de paso a la izquierda
La plataforma de Errej¨®n dif¨ªcilmente iba tener una oportunidad mejor que esta para arrancar
Lo que era un secreto a voces casi desde enero ya se ha consumado: ??igo Errej¨®n se presentar¨¢ a las elecciones generales. Esto obliga a cambiar los an¨¢lisis que hemos tomado como punto de partida para el 10-N. De un lado, esa seguridad con la que muchos han pronosticado el retorno del bipartidismo habr¨¢ que tratarla con cautela. Con un nuevo competidor, la oferta pol¨ªtica se vuelve a fragmentar y la esperada concentraci¨®n del voto en PP y PSOE queda minorada por la izquierda.
Del otro lado, el tono previo a las elecciones tambi¨¦n cambia. Los electores descontentos con el bloqueo pol¨ªtico, esos potenciales abstencionistas de PSOE o Unidas Podemos, tienen hoy una oferta pol¨ªtica que no se ha implicado en las negociaciones. Una opci¨®n que les permitir¨ªa aunar el castigo a S¨¢nchez e Iglesias con la suma a la izquierda, hecho que quiz¨¢ aten¨²e la desmovilizaci¨®n de ese electorado.
As¨ª pues, la plataforma de Errej¨®n dif¨ªcilmente iba tener una oportunidad mejor que esta para arrancar, incluso con la premura para armar sus listas y alianzas. Ahora bien, un nuevo partido supone a?adir inc¨®gnitas en los sondeos. Despu¨¦s de todo, en ninguna de las elecciones generales desde 2015 hemos tenido los mismos jugadores (por la fusi¨®n de Podemos e Izquierda Unida en 2016 o la emergencia de Vox en 2019). Habr¨¢ que prepararse para mayores oscilaciones demosc¨®picas de aqu¨ª al 10-N.
Esta nueva plataforma, si se extrapola de las auton¨®micas de Madrid (con infinitas cautelas), podr¨ªa atraer casi a la mitad de los votantes de Podemos y sobre uno de cada cinco del PSOE, es decir, ubicarse como una opci¨®n a la derecha de UP y a la izquierda del PSOE. A la espera de tener m¨¢s datos es f¨¢cil imaginar que el voto joven, urbano o acomodado de centro izquierda puede ser un segmento atra¨ªdo. Es decir, una f¨®rmula parecida a la de los partidos verdes en Europa.
Pareciera que la llegada de esta formaci¨®n podr¨ªa, como en¨¦sima divisi¨®n en la izquierda, poner en riesgo su mayor¨ªa. Sin embargo, la pluralidad de ofertas pol¨ªticas puede ser o no ser contraproducente seg¨²n el contexto. La uni¨®n de Podemos e IU les hizo perder votos en 2016; la emergencia de Vox en 2018, dividiendo a la derecha, fue clave para que hubiera alternancia en Andaluc¨ªa. Por tanto, lo verdaderamente relevante es la traducci¨®n de los votos en representaci¨®n y en ello el sistema electoral es clave.
Si el errejonismo decide competir mayoritariamente en las circunscripciones de m¨¢s de nueve diputados puede ayudar a optimizar el voto en la izquierda (cosa que Vox no hizo en la derecha). Sevilla, M¨¢laga, Madrid, su alianza con Comprom¨ªs en Valencia o Alicante¡ En todas esas provincias se reparten los suficientes esca?os para que haya pocos sufragios que se pierdan sin representaci¨®n superado el 3% o el 8% del voto. Ahora bien, con todas las inc¨®gnitas sobre la mesa al menos hay una cosa clara: quien a?oraba el r¨¢pido retorno del bipartidismo tendr¨¢ que seguir esperando.
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