Nueve casas privadas espectaculares en las que vas a poder colarte este fin de semana
Open House abre las puertas de rincones secretos de Madrid y tambi¨¦n de viviendas particulares que son obras maestras de la arquitectura y del interiorismo. Ya no te hace falta cotillear en Idealista
Las ciudades est¨¢n llenas de lugares secretos pocas veces accesibles. El programa de la edici¨®n madrile?a de Open House, el festival de arquitectura y ciudad que se celebra este fin de semana en m¨¢s de 40 ciudades de todo el mundo, permite acceder a muchos de esos interiores arrebatados, estancias que solo unos pocos pueden observar a diario y que sin embargo son patrimonio de la ciudad. Pero no solo eso, en esta edici¨®n ofrece la posibilidad de entrar en nueve casas particulares con inter¨¦s arquitect¨®nico y decorativo; una oportunidad ¨²nica para cotillear esas viviendas de ensue?o sin necesidad de acudir a Idealista.
1. Casa Hemeroscopium (Ensamble Studio) - El punto G de la arquitectura
No solo es una vivienda, sino que tambi¨¦n es un ensayo. El arquitecto Ant¨®n Garc¨ªa-Abril, de Ensamble Studio, quiso romper los horizontes con esta casa construida en 2008 a las afueras de Madrid, en Las Rozas, a la que la serie de arquitectura de Netflix The World's Most Extraordinary Homes dedic¨® uno de sus cap¨ªtulos.
Su nombre, Hemeroscopium, hace alusi¨®n al lugar donde se pone el sol, seg¨²n los griegos, y bajo esta premisa apil¨® grandes estructuras junto a una viga madre, en sentido ascendente, para terminar en un equilibrio constructivo. Piscinas en lugares insospechados, espacios desnudos y aparente simplicidad en los encuentros. "La casa Hemeroscopium materializa el culmen de su equilibrio con lo que en Ensamble Studio llamamos con iron¨ªa el punto G, 20 toneladas de granito, expresi¨®n de la fuerza de la gravedad y contrapeso f¨ªsico de toda su estructura", cuenta el arquitecto.
2. Corrala en Acacias (Husos Arquitectos) - Un chico, un bulldog, un huerto y la casa que comparten
La casa de Jaime, un m¨¦dico de urgencias, y Alb¨®ndiga, su bulldog, en el barrio de Acacias de Madrid es una de las primeras viviendas sociobioclim¨¢ticas de Espa?a. As¨ª lo denominan Husos Arquitectos, el estudio encargado de rehabilitar, en 2018, estos 46 metros cuadrados dentro de una corrala tradicional. "Es una casa que se ocupa de lo clim¨¢tico en t¨¦rminos ambientales, pero tambi¨¦n de los climas sociales que se dan a trav¨¦s de la arquitectura", cuenta Diego Barajas, uno de los art¨ªfices del proyecto.
Se ha configurado el espacio para favorecer la ventilaci¨®n cruzada en las habitaciones, evitando la excesiva compartimentaci¨®n y, como consecuencia, el calor: "Los bulldogs son animales sensibles a las altas temperaturas, requieren cuidados especiales", explican. La casa tiene, adem¨¢s, un sistema de reaprovechamiento de agua de la ducha dise?ado con la ayuda de agr¨®nomos y programadores.
3. Vivienda en la calle Valverde (Maroto e Ib¨¢?ez arquitectos) - No olvides visitar el ba?o
Sacar partido a la arquitectura madrile?a de finales del siglo XIX es lo que se busc¨® en esta reforma de 1998, hogar de uno de los socios de Maroto e Ib¨¢?ez Arquitectos. Una doble altura con lucernario, estudios volados, organicidad en los espacios y la vegetaci¨®n col¨¢ndose por todos? lados.
"El comedor est¨¢ integrado en la cocina y hay unas soluciones de escaleras compensadas que ocupan la mitad que las convencionales; una de ellas est¨¢ sujeta desde la pared, como si fuera una escultura y deja la visi¨®n de la terraza desde los pelda?os", cuenta Jos¨¦ Luis Maroto, uno de los arquitectos.
Tambi¨¦n habr¨¢ que echar un ojo al dise?o de la ba?era y el ba?o, "como en un cilindro", inspiraci¨®n que recogen de la tradici¨®n ¨¢rabe y japonesa.
4. ?tico en la calle Barquillo (Maroto e Ib¨¢?ez arquitectos) - Una terraza secreta
Es un ¨²nico espacio, continuo y di¨¢fano: unos 100 metros cuadrados en una planta, incluidas las terrazas, que los arquitectos Maroto e Ib¨¢?ez reformaron en 2003. Se distribuye en dos ¨¢reas diferenciadas m¨¢s sobre el plano que en la realidad, porque esa era la intenci¨®n, que todo estuviera integrado, en torno a un muro de apoyo central.
"Hay, incluso, una escalera de caracol que termina a una terraza ajardinada secreta desde donde se ven los tejados de Madrid", cuentan desde el estudio. El blanco como base de un lienzo, en el que los arquitectos tambi¨¦n incluyen "alg¨²n elemento pintado de color arena o tierra", que no rompe la tranquilidad espacial. "Nos gustan los espacios neutros, serenos y amables, queremos que se puedan incorporar piezas ef¨ªmeras que den un car¨¢cter m¨¢s personal a las estancias", remata Jos¨¦ Luis Maroto.
5. Casa G¨¢rate (Germ¨¢n Souto Candeira) - Inspirada en un amor plat¨®nico
Germ¨¢n Souto Candeira fue un arquitecto gallego, desconocido por muchos, que pas¨® parte de su vida profesional en Venezuela, aunque en Madrid colabor¨® en edificaciones como el edificio Eurobuilding y casas unifamiliares. Pero es la Casa G¨¢rate, en venta hoy, la que se abre al p¨²blico para descubrir su arquitectura m¨¢s personal y org¨¢nica.
Construida en 1968 en la calle Bombita, en Arturo Soria, cerca del Parque del Conde de Orgaz, fue un proyecto pensado para su propietario en honor a su amor plat¨®nico, una mujer de Mallorca que pasaba temporadas en la capital. Un enorme sal¨®n, donde preside una chimenea, y con vistas a un jard¨ªn. El suelo de m¨¢rmol crea una unidad espacial junto con la madera de librer¨ªas y el techo. Materiales tradicionales. En la zona exterior, una piscina redonda, una barbacoa bajo suelo y un peque?o vestidor exterior con barra de bar que simula una peque?a capilla. La vidriera de Ravent¨®s, las puertas escult¨®ricas y la escalera son algunos elementos que la elevan a obra maestra.
6. El estudio Chus Bur¨¦s (Rafael Zarza) - Cocina de ideas
El joyero Chus Bur¨¦s vive y trabaja entre Madrid, Nueva York y Par¨ªs. Pero su casa en la capital, obra de Rafael Zarza, es su peque?o refugio para pensar. "Lo que m¨¢s me gusta de mi casa es la cocina, punto de encuentro donde se cuecen muchas ideas y los amigos se encuentran muy relajados", cuenta el creador.
Se trata de un espacio en la calle Serrano que luce como un lienzo en blanco donde coquetea su colecci¨®n de cer¨¢micas de Chiang Mai, su colecci¨®n de arte, sof¨¢s plateados u objetos comprados en el Rastro de Madrid. Es una casa ordenada, "me gusta mucho la distribuci¨®n de los espacios", con un relajado rinc¨®n de lectura donde tambi¨¦n el dise?ador tiene parte de su estudio.
7. Casa de Blas (Alberto Campo Baeza) - Un caj¨®n blanco en la naturaleza
Las casas del arquitecto Alberto Campo Baeza fueron una revoluci¨®n en Espa?a desde los a?os 2000. Cubos blancos, transparentes, donde la luz supon¨ªa un elemento arquitect¨®nico m¨¢s. Esta de la localidad de Sevilla la Nueva, al suroeste de la capital, construida a comienzos de la d¨¦cada pasada, es una de sus obras m¨¢s poderosas.
"Una segunda piel para su propietario, aqu¨ª comienza el baile de Campo Baeza con las transparencias arquitect¨®nicas. Un manifiesto a su arquitectura. Una casa que vive por y para contemplar la naturaleza", dicen desde Open House Madrid. Son 300 metros cuadrados, en lo alto de una colina, con grandes vistas a la sierra norte. Una plataforma limpia donde se ha construido un gran caj¨®n de hormig¨®n y, sobre ¨¦l, una caja de vidrio transparente. Sencillo y potente, con el acero pintado en blanco, por supuesto, si no, no ser¨ªa de Campo Baeza.
Ahora, esta casa, busca nuevo inquilino y se alquila para rodajes. Su precio de venta es de 640.000 euros. Una vivienda que ser¨¢ un icono de la arquitectura contempor¨¢nea espa?ola del siglo XXI.
8. Fundaci¨®n Fernando Higueras (Fernando Higueras) - El rascainfiernos
Cuando Fernando Higueras construy¨® su casa de la calle del Maestro Lasalle, en el barrio de P¨ªo XII de Madrid, en 1977, quiz¨¢ desconoc¨ªa que estaba dejando su mayor legado personal, m¨¢s all¨¢ de lo arquitect¨®nico. El "rascainfiernos" lo llamaba ¨¦l. Un espacio ¨²nico de ocho metros de altura, sin nada que parase la luz exterior que entra por las cuatro claraboyas del patio, ni tabiques ni ventanas, solo con el l¨ªmite de cuatro muros de hormig¨®n que dan forma a las dos plantas.
Aqu¨ª vivi¨® durante m¨¢s de 30 a?os y, despu¨¦s, su compa?era Lola Botia lo acondicion¨® como estudio de arquitectura del mayor representante del brutalismo en Espa?a. Es una casa sin ventanas, "no se echan en falta, pues a cambio tenemos una gran superficie de muros, sin tabiques, pero con una espl¨¦ndida luz cenital y una temperatura ideal casi constante entre 18 y 26 grados [durante todo el a?o]", afirm¨®.
El resto son sus recuerdos, sus fotograf¨ªas y la l¨ªnea horizontal que manda sobre todos los espacios, remarcando puertas, ventanas y estanter¨ªas. "Esta idea me salv¨® la vida hace treinta y tantos a?os", dijo. El cipr¨¦s exterior fue testigo de todo esto.
9. Fundaci¨®n Alejandro de la Sota (Alejandro de la Sota) - La intimidad del arquitecto
En la calle Bret¨®n de los Herreros viv¨ªa y trabajaba el arquitecto Alejandro de la Sota. Abierto al p¨²blico el bajo, donde est¨¢ la fundaci¨®n que lleva su nombre, en el tercer piso sigue viviendo su viuda. Ambos lugares tienen mucho del imaginario arquitect¨®nico de este creador. "Est¨¢n desde los dise?os de las puertas, que luego repiti¨® en muchas viviendas unifamiliares, al mobiliario que dise?¨®", cuenta su hijo Alejandro de la Sota.
Situado muy cerca de una de sus obras cumbres, el Gimnasio Maravillas, en el estudio se puede ver parte de la intimidad del arquitecto, sus croquis, sus planos, su personalidad pausada. "Dec¨ªa mi padre que el despacho es el lugar m¨¢s ¨ªntimo, la zona de pensar, el lugar donde el arquitecto se mete dentro de s¨ª mismo y luego lo refleja en su obra; es un espacio que invita al trabajo, que crea actitudes y comportamientos", afirma su v¨¢stago. Atenci¨®n al manejo de la luz en todos los cuartos, con aperturas a media altura, para que todo el que est¨¦ en ese lugar vea lo que ocurre en el otro ala.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.