Prejuzgados
Las derechas vaticinaron hace mucho que los acusados por el proc¨¦s ser¨ªan condenados. El mismo veredicto esperan los l¨ªderes secesionistas.
SI NO ME EQUIVOCO, se espera para estas fechas la sentencia del famoso proc¨¦s catal¨¢n. En contra de lo que deber¨ªa ser no s¨®lo aconsejable, sino obligado, se trata de un caso que casi todo el mundo ya ha prejuzgado. Es decir, los pol¨ªticos, y buena parte de sus mayordomos periodistas, llevan meses o a?os actuando como si el fallo del tribunal se hubiera producido, o al menos estuviera cantado. Las derechas vaticinaron hace mucho que los acusados ser¨ªan r¨¢pidamente indultados por el Gobierno socialista, dando as¨ª por descontado que ser¨ªan condenados. Es obvio que no se puede indultar a quienes han sido absueltos, lo que indica que esas derechas no prev¨¦n ni conciben otra sentencia que la de ¡°culpables¡±. Es m¨¢s, indica que no aceptar¨¢n m¨¢s que esa (otra cosa es ¡°acatarla¡±, qu¨¦ remedio les quedar¨ªa; pero imag¨ªnense las cr¨ªticas furiosas contra los jueces si declararan ¡°inocentes¡± a Junqueras, Romeva, Rull y compa?¨ªa).
El mismo veredicto esperan, y aun dan por seguro, los l¨ªderes secesionistas y sus huestes mosqueadas. Han decidido que, como el Estado es represor y antidemocr¨¢tico, y la justicia no es independiente y est¨¢ servilmente a sus ¨®rdenes (justo lo que iba a suceder en la ¡°Rep¨²blica Catalana¡± por ellos dise?ada), el fallo ser¨¢ contrario a sus ¡°m¨¢rtires¡±, que no han hecho nada punible. Con frecuencia se los califica de ¡°gente de paz¡± que no ha tirado ni una piedra. Aqu¨ª se olvida que tampoco Rato y tantos otros, ni siquiera Mario Conde en su d¨ªa, se hab¨ªan manchado las manos. Se olvida deliberadamente que se puede delinquir sin violencia f¨ªsica, sin necesidad de pu?os ni pistolas.
Curiosamente, en este ¨¢mbito independentista, se da por cierto el ¡°aberrante¡± fallo y a la vez se exige que ¨¦ste sea absolutorio. Alguna energ¨²mena con escasas luces (perdonen la redundancia) ha proclamado que todo lo que no sea absoluci¨®n ser¨¢ ¡°ignominioso¡±. Tanto las derechas como los secesionistas ya dan por sentenciado el caso. Los segundos, adem¨¢s, lo hacen contradictoriamente: ven muy claro que los reos son inocentes y con la misma claridad ven que los prevaricadores jueces los declarar¨¢n culpables. Lo cual no es ¨®bice, sin embargo, para presionarlos, amenazarlos e intentar torcer su veredicto a¨²n no llegado. Todo racional y n¨ªtido.
En cuanto al indulto temido, pronosticado y previamente vilipendiado por las derechas, surge otro problema: al parecer, para que se otorgue, los condenados (si lo fueran) deber¨ªan solicitarlo, y ya hay unos cuantos que han anunciado que jam¨¢s se prestar¨ªan a eso: si lo pidieran, equivaldr¨ªa a reconocer su culpa, y ellos no se considerar¨¢n culpables aunque resulten as¨ª declarados. Lo cual es otro absurdo: lo m¨¢s probable es que la mayor¨ªa de los presos del mundo se vean a s¨ª mismos inocentes, pero por desgracia poco importa lo que crean: les toca cumplir su pena si lo han determinado un juez o un jurado.
Las leyes son a menudo injustas, est¨²pidas, abusivas. Pero, mientras no haya otras o se cambien, hay que cumplirlas. No me cabe duda, por ejemplo, de que un alt¨ªsimo porcentaje de los contribuyentes que han tenido problemas con Hacienda (que ahora gusta de llamarse a s¨ª misma Agencia Tributaria), inspeccionados y multados por ella, consideran que obraron de buena fe y de acuerdo con la legalidad. De todos es conocida la veleidad de la Agencia Tributaria: primero dice (lo dijo el ex-Presidente Zapatero) que es l¨ªcito cobrar a trav¨¦s de sociedades, y m¨¢s tarde dice que no, y que adem¨¢s ser¨¢n castigados retroactivamente quienes se valieran de ellas cuando estaban permitidas. Como si ma?ana se decretara la Ley Seca y se multara retroactivamente a cuantos han bebido en el pasado. De la misma manera, lo que Hacienda juzgaba desgravable ahora lo juzga gravable, y los inspectores ¡ªsi no estoy mal informado¡ª perciben un bonus en funci¨®n de lo que obtengan del contribuyente a su cargo. Se erigir¨ªan, de ser as¨ª, en juez y parte. Si todo esto fuera as¨ª, insisto, nos encontrar¨ªamos ante unas leyes cuando menos turbias. Pero son las existentes, y s¨¦ de muy pocos ciudadanos que hayan recurrido su aplicaci¨®n ante Hacienda. La inmensa mayor¨ªa se aguanta, obedece y paga lo que se le exige.
Nuestra Constituci¨®n, como casi todas, proh¨ªbe referendos de autodeterminaci¨®n y defiende las autonom¨ªas, que no pueden ser abolidas, ni por Puigdemont y el Parlament (como lo hicieron con la catalana en septiembre de 2017) ni por Vox (que querr¨ªa hacerlo con todas). Es posible discutir las leyes y modificar la Constituci¨®n, pero no contravenirlas por las bravas (que se lo pregunten a tantos contribuyentes damnificados). Personalmente no quisiera ver a Turull, Forcadell, Cuixart y compa?¨ªa permanecer m¨¢s tiempo en prisi¨®n; no les deseo ese mal, aunque hayan hecho enorme da?o a Catalu?a. Pero no soy qui¨¦n para juzgar sus actos, o s¨®lo con la opini¨®n. Lo que no entiendo, y me parece sumamente nocivo, es que demasiados pol¨ªticos, periodistas y ciudadanos se hayan erigido en jueces desde sus casas, hayan emitido su veredicto alegremente y los hayan prejuzgado. Culpables o inocentes, es lo mismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.