Catalanes y brit¨¢nicos
El viejo paralelismo Brexit-proc¨¦s ha hecho fortuna, porque se trata de tentativas simult¨¢neas de dos secesionismos
Cuanto m¨¢s se embrolla la cuesti¨®n catalana, m¨¢s se parece a la brit¨¢nica. La paradoja es que las semejanzas ya no se trazan entre catalanes y escoceses. Nada de dos naciones a la presunta espera de un Estado: sino el triste parentesco de un posimperio obsoleto y un pre-Estado imposible.
El viejo paralelismo Brexit-proc¨¦s ha hecho fortuna porque se trata de tentativas simult¨¢neas de dos secesionismos. Uno, de un Estado naci¨®n respecto de una agrupaci¨®n supranacional; otro, de una entidad subestatal respecto del Estado-naci¨®n en el que est¨¢ incardinada. Comparten caracter¨ªsticas:
1. Ambos Gobiernos se reclaman de un ¡°mandato democr¨¢tico¡± obtenido en las urnas. En ambos casos el argumento es falaz, incompleto, o ambas cosas. En el caso brit¨¢nico, el mandato del refer¨¦ndum era iniciar el procedimiento de retirada de la UE: no fijaba el c¨®mo, ni sus bases, ni amparaba un Brexit ultraduro o sin acuerdo. En el caso catal¨¢n, el refer¨¦ndum ni siquiera cumpli¨® la legalidad: pero lo m¨¢s notorio es que ahora sus mentores afirman su validez y legitimidad mientras reclaman que se celebre otro, se?al de que el presunto mandato no es tal.
2. Ambas consultas se orquestaron fuera de las v¨ªas de la democracia representativa, por la directa. Con todas las insuficiencias, vac¨ªos y discutibles garant¨ªas que esta exhibe.
3. Ninguno de los dos Gobiernos goza de mayor¨ªa parlamentaria. El brit¨¢nico depende de los unionistas norirlandeses: por tres veces el Parlamento bloque¨® el Brexit de Theresa May y ahora condiciona el de Boris Johnson. La mayor¨ªa indepe catalana depende de la CUP, lo que la coloca por tercera vez ante la tesitura de no poder aprobar siquiera un presupuesto.
4. Quiz¨¢ por ello ambos secesionismos supuran autoritarismo con las C¨¢maras. Uno la cerr¨® durante semanas al inicio del ¨²ltimo mandato (Quim Torra); el otro, al estrenarse Johnson.
5. Ambos procesos frecuentan la violaci¨®n de la legalidad. El Tribunal Constitucional espa?ol ha declarado ilegales numerosas leyes y mociones del proc¨¦s; el Supremo brit¨¢nico acaba de proclamar que el cierre de Westminster es ¡°ilegal, vac¨ªo y nulo¡±.
6. Ambos buscan legitimaci¨®n en un ¡°enemigo exterior¡±: en un caso, de una Europa presuntamente burocr¨¢tica (que el Reino Unido contribuy¨® a configurar); en el otro, de una Espa?a cuya arquitectura legal es tributaria... del nacionalismo catal¨¢n.
7. Brexit y proc¨¦s son movimientos atenazados por la desuni¨®n interna. Y provocan la divisi¨®n de sus ciudadanos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.