Equidad federal
Solo el federalismo permite la defensa real de los derechos de la ciudadan¨ªa plural y diversa
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El mundo es diverso en todos sus ¨¢mbitos y en todos los estadios evolutivos, desde el f¨ªsico al humano, desde el nivel cosmol¨®gico al biol¨®gico; de una punta del planeta a otra, lo que encontramos es diversidad de especies, de accidentes geogr¨¢ficos, de culturas, etc¨¦tera. Esta es la realidad, la cuesti¨®n es c¨®mo la gestionamos. Y en este sentido se trata de encontrar una opci¨®n satisfactoria. Se impone pues un punto de racionalidad y de sentido de la realidad.
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El siguiente punto es pensar cu¨¢les son las estructuras sociales y pol¨ªticas que mejor puedan gestionar dicha diversidad de forma democr¨¢tica. Y aqu¨ª entra el federalismo como la mejor forma de gestionar la diversidad democr¨¢ticamente.
Hay muchos Estados con estructura federal, cuya formaci¨®n ha obedecido a las necesidades y diversidad de cada Estado. En Espa?a, los federalistas debemos hacernos protagonistas del proceso innovador de convertir el Estado auton¨®mico en uno federal. La insistencia en presentar la opci¨®n federal como un proyecto innovador tiene especial relevancia desde la perspectiva de Catalu?a. En ella se presenta al secesionismo como proceso nuevo e ilusionante, cuando la construcci¨®n de Estados nacionales es un proyecto de otro siglo que no tiene ning¨²n sentido en un mundo globalizado y en el marco del proyecto europeo. El federalismo puede ser ilusionante y creativo, mucho m¨¢s que el secesionismo que ha empezado por romper lazos familiares, institucionales, acad¨¦micos, sindicales, y de convivencia en pueblos y ciudades.
Una de las inquietudes que presentan algunos recelosos de la opci¨®n federal confunde algunos conceptos, como la homogeneidad, igualdad y equidad. La cuesti¨®n est¨¢ en que abogar por la igualdad no implica homogeneidad, lo cual nos remite a preservar la diversidad y las diferencias. La relaci¨®n entre igualdad y equidad es m¨¢s compleja, ya que remite a preservar los derechos de los diferentes. En muchos casos, la igualdad de los seres humanos no depende de la voluntad, ya que existen diferencias en la naturaleza, tanto a nivel biol¨®gico, f¨ªsico, como geogr¨¢fico. En lo que s¨ª pueden intervenir las pol¨ªticas p¨²blicas es en la equidad. Para el caso que nos ocupa, la organizaci¨®n territorial, ha de contemplar que haya zonas con nieve, otras con playa, otras m¨¢s secas, otras con pueblos peque?os y alejados de un hospital; por tanto, no puede haber igualdad, es decir, homogeneidad entre los diversos territorios, pero s¨ª ha de haber equidad en cuanto a los servicios sociales, las garant¨ªas en sanidad y educaci¨®n, los medios de transporte, para que las personas puedan ser atendidas de forma equitativa a pesar de su diversidad y diferencias.
La distribuci¨®n de la riqueza no puede tomarse como una cuesti¨®n de solidaridad sino de justicia distributiva, tanto para individuos como para territorios
Los derechos de la ciudadan¨ªa se han de preservar precisamente teniendo en cuenta sus diferencias de etnia, sexo, lugar de vida, condiciones de trabajo, opci¨®n sexual y roles de cuidadoras/es del entorno familiar. Las pol¨ªticas p¨²blicas han de tener en cuenta las diferencias y la diversidad, y por ello el modelo federal permite construir las mejores soluciones pol¨ªticas para ejercer estos derechos. La diversidad es siempre riqueza. Como dec¨ªa Hannah Arendt: ¡°Las personas como los pueblos son plurales, solo los totalitarismos creen que son id¨¦nticos¡±.
La equidad federal es una cuesti¨®n de justicia social. Solidaridad es el t¨¦rmino laico que ha sustituido a caridad, una actividad no solo aceptable sino encomiable como tambi¨¦n lo es el ejercicio de la solidaridad a todos los niveles y en todos los ¨¢mbitos. Pero ni la caridad ni la solidaridad son lo mismo que la equidad. La solidaridad es voluntaria, un valor moral indiscutible y hay que incentivarla. Sin embargo, la distribuci¨®n de la riqueza no puede tomarse como una cuesti¨®n de solidaridad sino de justicia distributiva, tanto para individuos como para territorios. La equidad permite la distribuci¨®n de la riqueza en funci¨®n de las necesidades que preservan derechos de ciudadan¨ªa diversa y plural. En palabras del profesor Manuel Cruz, el federalismo constituye el sustrato organizativo de la ¡°fraternidad materializada¡± como expresi¨®n incluso superior a la solidaridad.
De hecho, se ha malinterpretado la teor¨ªa de Darwin, hablando de la supervivencia del m¨¢s fuerte, ya que en realidad lo que afirm¨® es que mejor sobrevive quien sabe adaptarse al medio, y muchas veces la adaptaci¨®n exige convivencia en lugar de violencia. Los nuevos estudios psicol¨®gicos y neurocient¨ªficos nos han descubierto la existencia de la empat¨ªa, en las propias neuronas espejo de nuestro cerebro, como una predisposici¨®n innata de los seres humanos y especies animales para la convivencia, la cooperaci¨®n y la vida en comunidad. Hemos nacido con la empat¨ªa colocada y predispuestos a la colaboraci¨®n, y por ello hemos sobrevivido como especie humana.
El federalismo es la ¨²nica f¨®rmula de organizaci¨®n pol¨ªtica y cultural que permite la defensa real de los derechos de la ciudadan¨ªa plural y diversa, y todos los pa¨ªses federales son asim¨¦tricos, es decir, no homog¨¦neos, aunque no por ello injustos, porque federan precisamente la uni¨®n en la diversidad. Solo el nacionalismo tiene como objetivo la homogeneidad en el territorio que reivindica, porque no quiere ver su propia pluralidad interior.
Anna Estany y Carme Valls-Llobet son miembros de la Asociaci¨®n Federalistas de Izquierdas.
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