Desaf¨ªo chileno
Tan importante como recuperar el orden es analizar las causas del descontento
Los grav¨ªsimos incidentes que se est¨¢n produciendo en Chile ¡ªy que han causado al menos 11 muertos¡ª est¨¢n poniendo a prueba a las instituciones del pa¨ªs, que est¨¢n obligadas a reaccionar dentro de los m¨¢rgenes de la ley, con proporcionalidad y serenamente, transmitiendo a la ciudadan¨ªa el mensaje real de que Chile es una democracia asentada con capacidad legal y efectiva para hacer frente a este tipo de situaciones.
Pero no ayudan precisamente a calmar los ¨¢nimos las palabras del presidente, Sebasti¨¢n Pi?era, ante la magnitud de los disturbios: ¡°Estamos en guerra¡±. No. Chile, afortunadamente, no est¨¢ en guerra con nadie, como le ha tenido que recordar al mandatario nada menos que el general al mando de las operaciones, el jefe de la Defensa Nacional, general Javier Iturriaga. Pi?era deber¨ªa ser consciente del cargo que ocupa y de que sus palabras tienen una trascendencia que van mucho m¨¢s all¨¢ de una opini¨®n personal de cualquier ciudadano corriente. Sus palabras constituyen tanto una grave irresponsabilidad como un peligroso indicio de su estrategia ¡ªo su falta de ella¡ª para atajar la situaci¨®n.
Es innegable que los hechos que se viven en Chile son de una extremada gravedad. Adem¨¢s de la p¨¦rdida de vidas humanas se han producido im¨¢genes ¡ªla destrucci¨®n de una buena parte de la red de metro de Santiago, el saqueo de decenas de supermercados, locales de alimentaci¨®n y otros negocios, y el incendio de veh¨ªculos tanto p¨²blicos como privados¡ª imposibles de justificar en un pa¨ªs que no solo es una de las econom¨ªas m¨¢s pr¨®speras del continente americano, sino un ejemplo para la regi¨®n de estabilidad con un impecable ejemplo de ejercicio democr¨¢tico desde que se restaurara la democracia tras la sangrienta dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Pero tambi¨¦n es necesario analizar las causas de esta explosi¨®n de aut¨¦ntica rabia social. La subida del precio del transporte en metro no ha sido m¨¢s que la chispa que ha hecho estallar un conjunto de situaciones que durante a?os han hecho acumular un sentimiento de frustraci¨®n de una proporci¨®n importante de la poblaci¨®n que se siente al margen de la senda de desarrollo en la que se encuentra el pa¨ªs. Los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, las pensiones manifiestamente insuficientes, salarios precarios, un sistema educativo que necesita mejoras urgentes aplazadas de manera sistem¨¢tica o el aumento de la inseguridad ciudadana son factores que el Gobierno chileno tiene que abordar con urgencia. Chile es uno de los pa¨ªses de Latinoam¨¦rica en los que su econom¨ªa genera m¨¢s riqueza, pero donde peor se distribuye. Nada de ello justificar¨ªa la violencia, pero igualmente ser¨ªa errado ignorarla y considerar que lo que ocurre no tiene su trasfondo en un gran descontento. La desigualdad es exponencial; los perdedores son muchos.
El toque de queda decretado quiz¨¢ sea una medida necesaria, pero es una excepcionalidad que debe ser revocada lo antes posible. Recuerda malos tiempos. La democracia chilena tiene recursos necesarios para restablecer la normalidad en las calles y abordar luego las causas de un malestar que est¨¢ poniendo a prueba a sus instituciones. Esta ser¨¢ la clave para que Chile encare su futuro inmediato en el clima de entendimiento y prosperidad que presidi¨® la transici¨®n a la democracia.
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