Claves de las protestas en Chile: la olla a presi¨®n revienta en el oasis
El aumento del costo de la vida y la desconexi¨®n de los pol¨ªticos con la ciudadan¨ªa explicar¨ªan en parte el estallido social que tiene el pa¨ªs bajo el control de los militares
Aparentemente Chile era un oasis dentro de una Am¨¦rica Latina convulsionada, como dijo hace unas semanas el presidente Sebasti¨¢n Pi?era. Pero entre jueves y viernes explot¨® una especie de olla de presi¨®n con violentas protestas sociales que este s¨¢bado tienen la capital bajo control militar, como no suced¨ªa desde la dictadura. Las movilizaciones se originaron por el alza del precio del pasaje del metro, pero parece existir cierta coincidencia en que lo de la tarifa del boleto se trata apenas de la expresi¨®n de un descontento mayor de la sociedad chilena. La acci¨®n del Ej¨¦rcito apoyado por los carabineros no ha logrado aplacar la protesta en diferentes zonas de Santiago de Chile, donde este s¨¢bado se han seguido produciendo enfrentamientos, ataques incendiarios y saqueos en el comercio. Las manifestaciones comienzan a irradiarse a otras regiones del pa¨ªs, lo que oblig¨® al Gobierno a decretar un toque de queda.
Por las redes sociales circula una imagen que intenta explicar el problema. Como punta del iceberg ¨Cse muestra¨C, aparecen las protestas por el alza de la tarifa del metro, que comenzaron la semana pasada con entradas masivas de j¨®venes saltando los accesos del metro sin pagar. Pero de acuerdo con el dibujo, existe una parte profunda del iceberg que no se ve: ¡°Pensiones indignas, salud precaria, sueldos miserables, educaci¨®n de mala calidad, licencias m¨¦dicas por depresi¨®n, deuda universitaria vitalicia, sueldos de la ¨¦lite pol¨ªtica, delincuencia sin control, empleos precarios, Pagogate y Milicogate [los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n en Carabineros y el Ej¨¦rcito, respectivamente]¡±. En definitiva, que lo que ocurre tendr¨ªa relaci¨®n a un hartazgo que ni este Gobierno ni los anteriores han logrado apaciguar.
La econom¨ªa crece en torno a un 2,5%, menos de lo prometido por la Administraci¨®n de Pi?era, aunque ciertamente mejor que muchos de los pa¨ªses vecinos. Pero vivir se ha vuelto caro, sobre todo en Santiago, donde el precio de la vivienda ha aumentado hasta un 150% en la ¨²ltima d¨¦cada, mientras los sueldos apenas un 25%, seg¨²n un estudio de la Universidad Cat¨®lica. Chile pertenece a la OCDE, pero un 70% de la poblaci¨®n gana menos de 770 d¨®lares mensualmente y 11 de los 18 millones de chilenos tienen deudas, seg¨²n c¨¢lculos de la Fundaci¨®n Sol.
El mes pasado se anunci¨® que el recibo de la luz aumentar¨¢ hasta un 10% y las alzas del precio del transporte ¨Cjustificadas por la guerra comercial y el aumento del precio del d¨®lar, entre otros asuntos¨C motivaron declaraciones desafortunadas de las autoridades. Como lo que aumenta es el precio del billete del metro en horario punta, el ministro de Econom¨ªa, Juan Andr¨¦s Fontaine, indic¨®: ¡°Alguien que sale m¨¢s temprano y toma el metro a las siete de la ma?ana, tiene la posibilidad de una tarifa m¨¢s baja que la de hoy¡±. Fue una especie de bofetada a los habitantes de Santiago que pueden tardar hasta dos horas en llegar a sus lugares de trabajo.?Lo mismo que la revelaci¨®n de hace algunos meses sobre las contribuciones rebajadas del presidente Pi?era ¨Cuna de las principales fortunas del pa¨ªs¨C en una de sus casas de descanso en el sur. O la impunidad para los casos de financiamiento ilegal de la pol¨ªtica que se han destapado en los ¨²ltimos a?os, que afectaron a dirigentes y partidos de diferentes sectores.
Para la analista pol¨ªtica y acad¨¦mica de la Universidad de Santiago Luc¨ªa Dammert, las protestas que estallaron en Chile son ¡°un fen¨®meno que se ha incubado por mucho tiempo¡±. ¡°De partida, es protagonizada por una nueva generaci¨®n de chilenos, de menos de 30 a?os, que no conocieron la dictadura, abiertos para expresar sus angustias y que, desesperanzados, sienten que no tienen nada que perder, por lo que sus reclamos f¨¢cilmente pueden llegar a la violencia¡±. Dammert destaca, a su vez, ¡°la relaci¨®n carnal¡± entre la elite pol¨ªtica y econ¨®mica, que les impide ver lo que est¨¢ ocurriendo en los sectores medios. ¡°Existe mayor conexi¨®n hacia arriba que hacia abajo¡±, se?ala la experta en seguridad, en referencia a todos los ¨²ltimos mandatos (desde el de Michelle Bachelet de 2006 en adelante). ¡°A este escenario se suma una polic¨ªa que ha actuado con falta de profesionalismo y la indolencia de las actuales autoridades¡±.
De acuerdo con el abogado y polit¨®logo Carlos Huneeus, ¡°existe una falla brutal de liderazgo del presidente Pi?era, porque tiene cero sensibilidad pol¨ªtica para controlar lo que ocurre¡±. ¡°En un r¨¦gimen presidencial en que el presidente est¨¢ inmovilizado y de paso inmoviliza a todos, el gobernante se transforma en un obst¨¢culo para el restablecimiento democr¨¢tico. Lo mismo que la oposici¨®n, que no existe¡±, indica Huneeus.
Las revueltas actuales eran dif¨ªciles de predecir, seg¨²n indica el experto electoral y acad¨¦mico de la Universidad Cat¨®lica Roberto M¨¦ndez, porque la chispa podr¨ªa haber explotado por cualquier asunto. "En la poblaci¨®n chilena existe una dualidad. Por una parte, reconoce el tremendo progreso que ha tenido Chile en los ¨²ltimos 30 a?os, que pas¨® de ser uno de los pa¨ªses de mayor pobreza de la regi¨®n a tener de los mejores ingresos. Se valora que haya reducido la pobreza a menos del 10% y que se hayan mejorado las condiciones de vida de la mayor¨ªa". La gente quiere mantener este progreso, explica M¨¦ndez, "pero, por otro lado, existe una sensaci¨®n de malestar que quiz¨¢ el mismo crecimiento ha alimentado, porque las expectativas de las personas han crecido con mayor rapidez que los ingresos". Se trata de una paradoja del crecimiento que no se sabe c¨®mo combatir, dice el analista. Sobre si los chilenos quieren un cambio de modelo econ¨®mico, M¨¦ndez no tiene dudas: "Aunque probablemente un sector de la pol¨ªtica chilena volver¨¢ a malinterpretar las protestas, la ciudadan¨ªa no pide un cambio de modelo, sino una mejor¨ªa de los servicios p¨²blicos y mayor acceso al bienestar de un pa¨ªs de ingresos medios-altos".
Para Ernesto Ottone, soci¨®logo y doctor en Ciencias Pol¨ªticas, ¡°este estallido violento tiene un apoyo del resto de la sociedad que es interesante de analizar¡±. Seg¨²n el acad¨¦mico y escritor, se trata de ¡°una clase media que vive mejor que lo que viv¨ªa antes, pero que est¨¢ frustrada ante sus aspiraciones y, sobre todo, tiene una mala opini¨®n del conjunto de instituciones del Estado y del sector privado. "Los sueldos se consideran bajos, existe una percepci¨®n de abusos y todo estalla con medidas como el alza del pasaje¡±. Pero para Ottone, "el sector social que aplaude y toca las cacerolas en se?al de apoyo, anhela las mejoras, pero a la vez es tremendamente individualista¡±. Si a este cuadro se le suman todos los esc¨¢ndalos recientes ¨Crepresentados en la figura del iceberg que circula por las redes¨C y ¡°un Gobierno y una oposici¨®n ineptos¡±, se desata la tormenta perfecta.
El soci¨®logo Carlos Ruiz, acad¨¦mico de la Universidad de Chile, se?ala que las protestas se explican ¡°por el nivel extremo en que en Chile se ha privatizado la reproducci¨®n de la vida cotidiana, lo que crea una cantidad de fuentes de incertidumbre que ¨Cal menos en este nivel¨C no existen en otras sociedades del mundo¡±. Han salido a las calles ni?os y j¨®venes apoyados por sus familias, opina Ruiz, que considera que estas protestas son la continuaci¨®n de las que han explotado en Chile desde 2006 a la fecha. ¡°Es una ola que arrasa con moros y cristianos. Con los Montesco y los Capuleto. Es la raz¨®n por la que la pol¨ªtica queda muda?y luego la abstenci¨®n en las elecciones sobrepasa el 50%".
Para Ruiz, "se trata un malestar inorg¨¢nico y carente de representaci¨®n pol¨ªtica que ninguna fuerza se puede atribuir, ni siquiera el Frente Amplio" de izquierda, que se form¨® luego de las protestas estudiantiles de 2011 y actualmente tiene 20 parlamentarios en el Congreso, otras de las instituciones con el prestigio por el suelo. "La ¨²nica organizaci¨®n que sigue siendo bien valorada en Chile son los bomberos", explica.
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