Eufemismos colombianos (Calle 80, Bogot¨¢)
Solo ac¨¢ nos ha dado por llamar "falsos positivos¡± a las ¡°ejecuciones extrajudiciales¡±

Es que a la gente le da rabia que le nieguen lo que est¨¢ viendo con sus propios ojos: los pol¨ªticos del mundo y los analistas juiciosos se preguntan por la crisis de la democracia ¨Cy se llenan de respuestas urgentes e importantes¨C, pero buena parte del asunto es que los candidatos suelen mentirles en la cara a los electores y los gobernantes suelen lavarse las manos enfrente de los gobernados y los poderosos vitalicios suelen negarse a s¨ª mismos los horrores que han liderado o permitido para vivir a salvo en el poder. Colombia es un ejemplo claro de todo esto. Esta semana se acab¨® por fin la campa?a violenta, llena de propaganda sucia y plagada de mentiras, para las elecciones regionales del pr¨®ximo domingo. Se habl¨® de desgobierno d¨ªa y noche. Y, en el pa¨ªs de ¡°aqu¨ª no ha habido conflicto armado sino terrorismo¡±, un pu?ado de miembros del ej¨¦rcito borraron un mural en el cual se hac¨ªa la pregunta de qui¨¦n dio la orden de cometer los ¡°falsos positivos¡±.
Colombia ha sido tierra de eufemismos. Solo ac¨¢ se le llama ¡°unidad nacional¡± a la persecuci¨®n al pluralismo, ¡°cerco diplom¨¢tico¡± al doble v¨ªnculo con los Estados Unidos, ¡°ley de financiamiento¡± a la en¨¦sima reforma tributaria. Y s¨ª, en muchos lugares del mundo se le llama ¡°pol¨¦mico empresario¡± al mafioso, y se le llama ¡°comisi¨®n¡± a un grupo de z¨¢nganos expertos en que todo cambie para que todo siga igual, pero solamente aqu¨ª nos ha dado por llamar ¡°falsos positivos¡± a las ¡°ejecuciones extrajudiciales¡±: la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP) las llama ¡°Muertes ileg¨ªtimamente presentadas como bajas en combate por agentes del Estado¡±, en el Auto n¨²mero 005 de 2018, para que no quepa duda de que Colombia tiene que poner la cara por ello y que se trata de homicidios deliberados y agravados de colombianos que tuvieron la mala suerte de estar ah¨ª.
Se habla, de acuerdo con la Fiscal¨ªa General, de por lo menos 2248 inocentes asesinados y disfrazados de enemigos para saciar al insaciable monstruo de la guerra.
El pasado jueves 17 de octubre, desde las ocho de la ma?ana hasta las cuatro de la tarde, la JEP escuch¨® a los familiares de los j¨®venes ejecutados extrajudicialmente en una escalofriante audiencia p¨²blica: ¡°Estamos hablando de m¨¢s de diez mil casos¡±, ¡°queremos saber la verdad desde todos los puntos de vista¡±, ¡°tengo la esperanza de conocer qu¨¦ pas¨® con mi hijo¡±, ¡°aqu¨ª estamos para limpiar el nombre de nuestros hijos¡±, ¡°quiero y exijo enterarme de qui¨¦n lo hizo y por qu¨¦ lo hizo¡±, ¡°no hemos podido entender¡±, ¡°en este momento yo solo me siento respaldada por ustedes¡±, se dijo, y una y otra vez qued¨® claro que lo que m¨¢s les duele a los deudos de las v¨ªctimas es que les nieguen hasta la n¨¢usea el conflicto armado y la barbarie estatal y el derecho al buen nombre y al duelo.
El pasado viernes 18 de octubre, un poco despu¨¦s de las ocho de la noche, se dio a conocer un video en el que un grupo de militares pinta de blanco un mural en la calle 80 con carrera 30 de Bogot¨¢ en el que varios artistas se preguntaban ¨Csobre la imagen de cinco comandantes del ej¨¦rcito¨C qui¨¦n dio la orden de los miles de falsos positivos que se cometieron en los primeros diez a?os del siglo XXI. As¨ª ha sido esto. As¨ª es. Pero, ya que hoy en d¨ªa es imposible una versi¨®n oficial y tir¨¢nica de los hechos, el s¨¢bado 19 en la ma?ana no solo circulaban por los medios las im¨¢genes del mural censurado sino las im¨¢genes del mural tal como era. Yo no digo que la soluci¨®n sea meter y podrir a los poderosos impunes en la c¨¢rcel. Digo que, si la idea es insistir en las democracias, los Estados no pueden seguir negando los desmanes que cometieron. Y que hoy, m¨¢s que nunca, aquel que quiera gobernar est¨¢ condenado a decir la verdad.
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