Jugadoras en huelga
Las futbolistas de la Liga Iberdrola reclaman a los clubes mejoras salariales
Con su decisi¨®n de ir a la huelga, adoptada la semana pasada por una abrumadora mayor¨ªa del 93%, las futbolistas de la Liga Iberdrola quieren dar un toque de atenci¨®n sobre las condiciones en las que desarrollan su actividad, sobre todo en los clubes humildes. Aspiran a ser reconocidas como profesionales, tener un convenio colectivo y que sus derechos laborales sean respetados. Piden tambi¨¦n un salario m¨ªnimo de 12.000 euros anuales por media jornada mientras que la patronal (los clubes) solo parece dispuesta a garantizar 8.000. Son cantidades que est¨¢n a a?os luz de las que perciben los jugadores de Primera Divisi¨®n, pero no se trata, obviamente, de reivindicar una igualdad salarial. Lo importante es garantizar la supervivencia del f¨²tbol femenino y alentar su crecimiento. El primer paso es superar las l¨ªneas rojas y alcanzar puntos de acuerdo que desemboquen en una negociaci¨®n f¨¦rtil. Y todo sin dejar de lado la b¨²squeda de fuentes de ingresos, una de las grandes losas que pesan sobre las competiciones femeninas de clubes, pero tambi¨¦n sobre las masculinas (al margen de la Liga Santander).
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La inmensa mayor¨ªa de las jugadoras lo son las 24 horas de d¨ªa, por lo que el f¨²tbol es su aut¨¦ntica profesi¨®n. Al igual que otros colectivos, tienen plena libertad para ejercer el derecho constitucional de huelga y reivindicar mejoras salariales, una demanda que choca la d¨¦bil capacidad financiera de los clubes m¨¢s modestos. Para superar las evidentes dificultades econ¨®micas, el f¨²tbol femenino est¨¢ obligado a buscar v¨ªas de financiaci¨®n. Las aportaciones de los patrocinadores o los derechos televisivos se han demostrado insuficientes. Por s¨ª misma, la Liga Iberdrola no solo es deficitaria, sino que est¨¢ lejos de generar el volumen de ingresos necesario para atender el cat¨¢logo de reclamaciones.
Parad¨®jicamente, esta crisis se produce en un momento de gran expansi¨®n del f¨²tbol femenino, un fen¨®meno impulsado durante el pasado Mundial. El hecho de que los grandes clubes espa?oles, desde el Barcelona hasta el Atl¨¦tico de Madrid o el Athletic de Bilbao y m¨¢s recientemente el Real Madrid, hayan apostado por las secciones de mujeres es una muestra de su progresiva implantaci¨®n. De manera muy excepcional, algunos partidos han congregado a m¨¢s de 60.000 espectadores en las gradas, lo que demuestra que la afici¨®n responde en las grandes citas.
Recurrir a la huelga es un hecho poco frecuente en el ¨¢mbito deportivo. El paro convocado por las futbolistas, que adem¨¢s de mejoras salariales piden un protocolo de ayudas por maternidad y protecci¨®n por incapacidad o lesi¨®n, es tambi¨¦n un hito en la larga historia de las mujeres por conquistar derechos.
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