Una estaci¨®n que parece un aeropuerto
La estaci¨®n ferroviaria de Kowloon West, que une Hong Kong con las principales ciudades chinas, es un espacio escurridizo
¡°La clave es el vac¨ªo¡±, sostiene Andrew Bromberg, un arquitecto de Denver establecido en Hong Kong desde hace 18 a?os que ha trabajado por todo el sudeste asi¨¢tico, pero hasta ahora no lo hab¨ªa hecho en el denso coraz¨®n de Hong Kong. El vac¨ªo al que se refiere es el atrio central de su estaci¨®n ferroviaria, ¡°la mayor del mundo con 400.000 metros cuadrados¡± ¡ªpuntualiza¡ª. Como responsable de dise?o del despacho internacional AEDAS, afirma que necesitaba convertir un hub de conexi¨®n en un espacio c¨ªvico para los ciudadanos.
?Por qu¨¦ era necesario el vac¨ªo? Es el atrio central lo que permite tener luz natural en el interior de la estaci¨®n. Ese vac¨ªo hace posible que el viajero o los paseantes se ubiquen con facilidad, justamente porque las referencias de los rascacielos que se ven al otro lado de la bah¨ªa, arraigan al ciudadano. La estaci¨®n es baja. Tiene forma de concha y es un espacio fluido. Andrew Bromberg sostiene que la forma es un reflejo del movimiento que sucede en su interior. Y, ciertamente, su volumen se escurre, resulta incluso imposible de describir. Pero es tambi¨¦n una construcci¨®n levantada a capas en la que ¡ªcomo sucede con la Grand Central Station de Nueva York o en tantas otras estaciones de metro¡ª un edificio de poca altura convive con enormes rascacielos. As¨ª, Kowloon West es a la vez un espacio de paso y un mirador sobre la ciudad. Y en eso s¨ª que es radicalmente contempor¨¢nea, est¨¢ pensada para los que se viajan; y para los que se quedan.
La cubierta es practicable y se ha convertido ya en una atalaya para contemplar desde la distancia el Victoria Peak, la cima de la monta?a al otro lado de la ciudad. De hormig¨®n, acero y vidrio, la estaci¨®n ¡ªque conecta Hong Kong con Pek¨ªn, Shangh¨¢i y el resto de las grandes ciudades chinas¡ª no es solo una puerta de llegada o de salida de la ciudad. El arquitecto habla de un jard¨ªn ¡ªy es cierto que han plantado 700 ¨¢rboles y arbustos¡ª. Y habla de una escala humana. En el libro Kowloon West, que acaba de publicar Rizzoli en colaboraci¨®n con Electa, se detalla el proceso constructivo de esta estaci¨®n que, en la l¨ªnea de la que Zaha Hadid Architects ha concluido en Riad, redefine el espacio que sol¨ªan robar a la ciudad las infraestructuras de transporte. Esa atenci¨®n al ciudadano ha hecho posible reinsertarlas en los centros, en lugar de trasladarlas a la periferia. As¨ª, amorfas, ingentes y con luz natural, muchas de las nuevas estaciones hacen convivir dos escalas, la humana y la macro arquitect¨®nica, y varios usos.
Como sucede con los aeropuertos ¡ªconvertidos en centros comerciales¡ª ya no son solo puertas de acceso y lugares de paso. Kowloon es tambi¨¦n un espacio p¨²blico. De esta manera, la forma org¨¢nica ¡ªque puede ser discutible¡ª no se impone. No aterriza, parece arraigar, o amarrarse, m¨¢s como un barco que como un edificio. Lo que la sustenta no es sin embargo tanto la tradici¨®n o la continuaci¨®n del urbanismo del lugar como la forma que genera el uso de la infraestructura: el paso, la llegada, el transporte, el paseo, el encuentro y la contemplaci¨®n. Por eso este macroedificio hace pensar en ciudades que se construyen m¨¢s con grandes infraestructuras que con barrios.
Babelia
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