Simulemos inter¨¦s por el 10-N
Cualquier ciudadano informado dispone de los datos necesarios para ir a votar
Hay elecciones el 10-N. ?Alguien necesita saber algo m¨¢s de aqu¨ª a ese d¨ªa? Para ser honestos, no. Cualquier ciudadano informado dispone de todos los datos necesarios para ir a votar; y cualquier ciudadano desinformado tiene todo lo necesario para ser consecuente el 10-N, votando con los higadillos, con los perendengues, o no votando. Solo hay algo con inter¨¦s, m¨¢s all¨¢ del resultado, y ser¨ªa que los partidos revelasen sus genuinos planes de pactos y vetos. Pero lo hagan o no, nadie lo creer¨¢. De modo que ni siquiera eso da sentido a la kerm¨¦s vibrante de esta pr¨®xima semana, esa berrea oto?al de unos machos alfas disput¨¢ndose la primac¨ªa con m¨¢s ruido y furia que en los valles de Cazorla o en las p¨¢ginas de Macbeth. No se trata de fomentar el cinismo, sino de un mecanismo de defensa elemental. Por supuesto, por el bien de todos hay que simular inter¨¦s en esta campa?a que, por una de esas iron¨ªas deliciosas del destino que seduc¨ªan a Isak Dinesen, se inici¨® entre las m¨¢scaras de Halloween, prest¨¢ndose a toda clase de chanzas con la noche de los cad¨¢veres (pol¨ªticos) vivientes.
Claro que hay una buena motivaci¨®n para que los partidos se vuelquen. Si los expertos detectan que, cada vez m¨¢s, muchos deciden su voto en los ¨²ltimos d¨ªas, incluso en las ¨²ltimas horas, eso da margen a la papeleta emocional. Y por tanto la campa?a les resulta necesaria, aunque sea contra el peso de la raz¨®n. Lejos de la mec¨¢nica de los tiempos de elecci¨®n binaria ¡ªel votante de izquierda votaba izquierda o no votaba, y el votante de derecha votaba derecha¡ª aqu¨ª hay tres partidos por bloque, y, por tanto, fronteras de oportunidad para los desplazamientos. Los votos racionales no van a moverse, pero hay otros, de ah¨ª que se imponga la l¨®gica del espect¨¢culo explorando las pulsiones b¨¢sicas. Ver a S¨¢nchez en prime time preguntando al patio de butacas ¡°?vamos a ir a votar?¡±, ¡°s¨ª¨ª¨ª¨ª¨ª¡±, como en aquellos di¨¢logos de Gabi y Miliki con el p¨²blico infantil, ya revela mucho del target. Y as¨ª todo, de eso a la performance de la Legi¨®n con Abascal. Ahora los a?os ochenta ¡ªque inspiraron a Neil Postman aquel Divertirse hasta morir sobre la decadencia de la pol¨ªtica¡ª podr¨ªan parecer la Grecia de Pericles. Esta es la hora de tipos con pocos escr¨²pulos como Sanmart¨ªn para el PP, para explorar el ¨¦xito de mensajes fake o de promesas como la Bajada Hist¨®rica de Impuestos (BHI) de Pablo Casado, copiada de la Bajada Masiva de Impuestos (BMI) de Moreno Bonilla, su mantra electoral que despu¨¦s ¨¦l mismo desde?¨® como ¡°frases de campa?a¡±. Un votante racional no necesita esta campa?a; pero esta campa?a s¨ª necesita al votante irracional.
Los mensajes tocan fondo, as¨ª que m¨¢s vale no enumerar siquiera los greatest hits de los titulares cada vez m¨¢s sonrojantes en la t¨®mbola de ofertas. Hay espacios pol¨ªticos que proteger, pero eso queda para despu¨¦s de la campa?a, cuando los l¨ªderes bajen de la propaganda a la aritm¨¦tica. De aqu¨ª al 11-N habr¨¢ que simular, incluso forzando a dar una composici¨®n de aspecto racional a todo esto como periodistas, hasta que sea posible recuperar el principio de realidad.
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