Digitalizaci¨®n y descarbonizaci¨®n
La cumbre del clima que se celebrar¨¢ en Madrid supone una oportunidad para reforzar el modelo social que impulsa la UE, apostar por la sostenibilidad y recuperar el trabajo con derechos
Europa es una actriz secundaria en la digitalizaci¨®n frente a Estados Unidos y a China, y primera actriz desde el ¨¢mbito t¨¦cnico y pol¨ªtico en la descarbonizaci¨®n, ambas con grandes efectos sobre el empleo. Es elogiable la rapidez de reflejos y la capacidad de asumir riesgos, exhibidas por el Ejecutivo espa?ol para ofrecerse como alternativa ante la dimisi¨®n del Gobierno chileno en su compromiso de que Chile fuera sede de la cumbre anual del clima de Naciones Unidas, conocida como COP25.
Europa tiene que acreditar su liderazgo en la descarbonizaci¨®n, y demostrar que la lucha contra el cambio clim¨¢tico es una gran oportunidad, asociada a una regulaci¨®n social de la digitalizaci¨®n, para reforzar nuestro modelo social, y recuperar el trabajo con derechos. La determinaci¨®n de la pr¨®xima presidenta de la Comisi¨®n, Ursula von der Leyen, de convertir el Banco Europeo de Inversi¨®n (BEI) en un banco clim¨¢tico es un mensaje inequ¨ªvoco del compromiso de la UE con la sostenibilidad.
La creaci¨®n de riqueza ha estado asociada a la convergencia de materias primas (recursos naturales), capital y trabajo f¨ªsico o intelectual. En pocos a?os, la digitalizaci¨®n, sin regulaci¨®n, ha alterado la naturaleza del trabajo, debilit¨¢ndolo, como distribuidor de renta y bienestar para las personas. Por su parte, la crisis clim¨¢tica convierte en una urgencia vital descarbonizar las actividades humanas, cosa que cambia estructuralmente al primer componente.
Quedar¨ªa intacto, en su versi¨®n de vector global y financiero, el factor capital que ya no puede evitar, por m¨¢s tiempo, sus deberes vitales con la especie humana, que ya no pueden ser evaluados en los t¨¦rminos habituales de beneficios de las inversiones, reducidos estrictamente a plusval¨ªas para los accionistas. El beneficio tambi¨¦n ser¨¢, a corto plazo, el empleo, y a largo, la sostenibilidad del planeta. Este mensaje deber¨ªa impregnar los debates y conclusiones de la COP25. Sostenibilidad y trabajo con derechos, lema para las empresas del siglo XXI. ¡°Aquellas empresas que ignoren la crisis clim¨¢tica ir¨¢n a la bancarrota¡± son palabras de Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra.
Pese al avance tecnol¨®gico tendremos que cambiar h¨¢bitos como el consumo de carne o los viajes en avi¨®n
Enfrentamos simult¨¢neamente dos procesos, la descarbonizaci¨®n determinada por los Estados y la digitalizaci¨®n basada en empresas privadas; cooperaci¨®n frente a competitividad, dos l¨®gicas de la evoluci¨®n de la globalizaci¨®n, que sin embargo son sin¨¦rgicas: a) Dependencia del desarrollo tecnol¨®gico. b) Efecto sobre el bienestar individual. c) Problemas de distribuci¨®n y reparto de sacrificios, tanto nacionales como internacionales. d) Ritmo creciente, una por urgencias vitales, la otra por la explosi¨®n de la sociedad del conocimiento en formato digital.
Estamos obligados a priorizar entre avances tecnol¨®gicos, por ejemplo, el cami¨®n aut¨®nomo sin conductor amenaza el empleo y sigue polucionando, mientras que el el¨¦ctrico no contamina y mantiene el empleo. La joven digitalizaci¨®n ha tenido efectos duales en el empleo, unos con sueldos muy altos y minoritarios, y otros, muchos m¨¢s, mal pagados. Menos sabemos sobre el efecto de la incipiente descarbonizaci¨®n, pero la retroalimentaci¨®n de ambas obliga a asegurar la redistribuci¨®n con un nuevo tri¨¢ngulo virtuoso D3: descarbonizaci¨®n-digitalizaci¨®n y trabajo con derechos como v¨¦rtice b¨¢sico.
Entre las consecuencias de los resultados de la COP25 estar¨¢ la forma de gestionar el D3, un nuevo desaf¨ªo sociot¨¦cnico que habr¨¢ que abordar. Hasta la cumbre de Par¨ªs los compromisos pol¨ªticos con la descarbonizaci¨®n eran vagos y el impacto de lo digital fue banalizado, durante a?os, como fen¨®meno. Las ¨¦lites no intuyeron que se estaba transformando el empleo y el mundo. La discusi¨®n acad¨¦mica sobre si el devenir de lo digital es o no otro caso de ¡°destrucci¨®n creativa¡± ya es cansina e in¨²til, pues lo ¨²nico previsible son nuevos tipos de empleo y un orden distinto del de la ¨¦poca industrial.
Seg¨²n sean los resultados de la cumbre del clima espa?ola, podr¨¢ haber una oportunidad para el empleo con inversiones, profusas y urgentes, en varios ¨¢mbitos: instalaciones de energ¨ªas renovables, tecnolog¨ªas de bater¨ªas, nuevas generaciones de paneles solares, racionalizaci¨®n de la movilidad, edificios eficientes, t¨¦cnicas de calefacci¨®n y climatizaci¨®n, producir cemento y acero de forma distinta, manglares y bosques de especies mejoradas, etc¨¦tera. Mientras surjan las nuevas instalaciones, las existentes seguir¨¢n funcionando hasta su cierre, con el beneficio que supone para el empleo. Grandes inversiones, con resultados dif¨ªciles de aceptar en meros t¨¦rminos de beneficio inmediato. Cuando los informes dicen que una inversi¨®n de 1,7 billones de d¨®lares (1,5 millones de euros) en la pr¨®xima d¨¦cada producir¨ªa siete billones en retornos econ¨®micos se hablan sobre todo de las p¨¦rdidas evitables al estar las ciudades bien equipadas para soportar eventos clim¨¢ticos extremos; ello adem¨¢s de los evidentes beneficios (mejor movilidad, mayor productividad, m¨¢s innovaci¨®n, etc¨¦tera). Son deberes vitales no evaluables en t¨¦rminos del capitalismo tradicional.
Los pol¨ªticos deben explicar a las clases populares las consecuencias que tienen el calentamiento global
A pesar de la brillantez de las respuestas tecnol¨®gicas tendremos que cambiar algunos h¨¢bitos: consumo de carne, kil¨®metros viajados en avi¨®n, etc¨¦tera. Habr¨¢ que construir una digitalizaci¨®n al servicio de un modelo en el que habr¨¢ sectores cada vez m¨¢s reducidos, como los que crean productos desechables y obsoletos, y otros, sostenibles y virtuosos, que deber¨¢n crecer r¨¢pidamente para reemplazarlos.
Muchas preocupaciones actuales pasan a segundo plano. ¡°El mundo nunca ha visto una amenaza a los derechos humanos del alcance del cambio clim¨¢tico. Las econom¨ªas de todas las naciones, el tejido institucional, pol¨ªtico, social y cultural de cada Estado y los derechos de todos sus ciudadanos y de las generaciones futuras se ver¨¢n afectados¡± (Michelle Bachelet, alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos).
Frente al D3 las empresas privadas est¨¢n obligadas a incorporarse a la descarbonizaci¨®n, mientras los Estados deben adquirir m¨¢s peso en la digitalizaci¨®n, reequilibrando la presencia empresarial. Las fuerzas pol¨ªticas deben explicar a las clases populares que no se puede vivir sin conocer las consecuencias que, para sus vidas y las de sus hijos, tienen el calentamiento global y los resultados de los avances cient¨ªfico-tecnol¨®gicos. Hablamos de instituir pol¨ªticas que creen resiliencia, apoyen la capacitaci¨®n y ayuden a las personas a prepararse para nuevos modos de trabajo y estilos de vida. Decisiones hist¨®ricas que los graves problemas sociales han hecho que Espa?a deba ayudar a llevar a la pr¨¢ctica.
Gregorio Mart¨ªn es catedr¨¢tico de Ciencias de la Computaci¨®n en la Universidad de Valencia y C¨¢ndido M¨¦ndez fue secretario general de la UGT.
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