La vox de los ultrarricos y del racismo
Lo que la extrema derecha dec¨ªa a gritos en el debate es que Espa?a tiene que convertirse en el pa¨ªs racista que no es, que hay que romper con principios constitucionales aprobados por el pueblo espa?ol en 1978
No s¨¦ qu¨¦ fue peor en el debate del lunes, si la exhibici¨®n de xenofobia y de defensa de los ultrarricos que hizo Abascal, o el silencio atronador ante las obscenas propuestas de aquel.
No recuerdo una campa?a en la que se hayan lazando ante millones de ciudadanos y ciudadanas tal c¨²mulo de pretensiones inmorales, antidemocr¨¢ticas y anticonstitucionales, como las que expuso con toda tranquilidad el l¨ªder Vox, a campo abierto.
En un alarde de xenofobia, lleg¨® a acusarles de cometer m¨¢s violaciones en grupo que los espa?oles
Esencialmente, Abascal vino a decir tres cosas, a cual m¨¢s grave: la primera, que las personas de origen extranjero que viven en Espa?a ¡ªcasi el 10% de la poblaci¨®n¡ª sencillamente sobran. Que no hay que atenderlos en sanidad, ni hay que dar educaci¨®n a menores a los que les atribuy¨® todo tipo de delitos. En un alarde de xenofobia, lleg¨® a acusarles de cometer m¨¢s violaciones en grupo que los espa?oles. Precisamente, la Fundaci¨®n Alternativas acaba de publicar un excelente trabajo, de Beatriz C¨®zar y Leticia Rodr¨ªguez, titulado Desmontando el falso mito del problema migratorio, en el cual se responde, rigurosa y cient¨ªficamente, a esa sarta de mentiras. En segundo lugar, Abascal manifest¨® una oposici¨®n extensa e intensa a la constituci¨®n de 1978, proponiendo directamente su ruptura. No otra cosa ser¨ªa destruir el Estado de las autonom¨ªas, culpable en su opini¨®n de los problemas de los pensionistas (!).
Y, en tercer lugar, Abascal, tras autonombrarse defensor de los trabajadores (s¨®lo de los espa?oles, eso s¨ª), dispar¨® un misil a la l¨ªnea de flotaci¨®n del Estado de bienestar, proponiendo una espectacular bajada, hasta del 30%, del tipo m¨¢ximo del impuesto sobre la renta. Es decir, el mejor regalo posible para los multimillonarios ¡ªen crecimiento en Espa?a¡ª y el peor para la clase media y trabajadora, y los excluidos sociales, que sufrir¨ªan un descenso vertiginoso de los servicios p¨²blicos, entre ellos la sanidad. Esta ¨²ltima, por cierto, la disfrutan b¨¢sicamente espa?oles, no tanto los inmigrantes, que son m¨¢s j¨®venes y temen ser expulsados.
Vox, en suma, expres¨® en el debate todo tipo de dislates antisistema, proteccionistas, xen¨®fobos y clasistas. Lo que estaba diciendo a gritos es que Espa?a tiene que convertirse en el pa¨ªs racista que no es, que hay que romper con principios constitucionales aprobados por el pueblo espa?ol en 1978, y que hay que arrasar el Estado de bienestar y polarizar la sociedad espa?ola entre ultrapobres y ultrarricos, haciendo desplomarse los impuestos a estos hasta cifras m¨¢s propias de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, y profundizando as¨ª en la desigualdad que nos ha dejado como legado la gran recesi¨®n de 2008.
Todo esto pareci¨® pasar desapercibido en el debate del lunes. No deber¨ªa suceder lo mismo el pr¨®ximo domingo 10 de noviembre.
Diego L¨®pez Garrido es vicepresidente ejecutivo de la Fundaci¨®n Alternativas.
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