Voto de desorden
Tras el 10-N, a los partidos les lleg¨® la hora de tomar la decisi¨®n clave para el futuro de Espa?a en el pr¨®ximo decenio: ?colaboramos o nos seguimos peleando?
A?o 2029, v¨ªspera de San Mart¨ªn. Repaso mis notas sobre el 10-N de 2019. Hace ya una d¨¦cada de aquellas elecciones, las cuartas de lo que luego vino a llamarse el r¨¦gimen del 15, cuando el bipartidismo fue sustituido en Espa?a por un pluripartidismo que pint¨® el Parlamento de partidos de todos los colores, oscureciendo a unos Ejecutivos breves y fr¨¢giles. ?Qu¨¦ implicaron, a largo plazo, esas elecciones?
En aquellos momentos, la pol¨ªtica espa?ola se ve¨ªa como un enfrentamiento entre tres corrientes de derechas (la liberal de Ciudadanos, la conservadora del PP y la ultra de Vox) y tres de izquierdas (la socialdem¨®crata del PSOE, la ecoposcomunista de UP-MP-confluencias, y la nacionalista-independentista). En un bando, el tr¨ªo de Col¨®n y, en el otro, el tr¨ªo Frankenstein.
Pero, con la perspectiva que da el tiempo, comprobamos que la verdadera divisoria de la pol¨ªtica espa?ola no era entre izquierdas y derechas, sino entre arribas y abajos. A lo alto de la colina, tres formaciones institucionalistas (PSOE, PP y Ciudadanos) defendiendo los muros de la democracia liberal. A los pies, tres movimientos contestatarios: independentistas, ultraderechistas y populistas de izquierdas. Cada uno atacando uno de los tres pilares de la Espa?a democr¨¢tica: los independentistas, la unidad territorial; Vox, los derechos civiles, y, UP-MP-confluencias, la libertad econ¨®mica. Ninguno de ellos se identificaba como antisistema, pero todos eran contrarios al establishment vigente: una democracia capitalista que garantiza la igualdad y libertad de todos los espa?oles, independientemente de su credo, origen o condici¨®n.
Frente a la gente de desorden, resist¨ªan los tres partidos de orden. En 2019 todav¨ªa eran mayoritarios, pero sus fuerzas iban mermando. Nuestros socialdem¨®cratas, conservadores y liberales, herederos de los tres linajes fundadores del modelo de bienestar europeo, hab¨ªan pasado a?os dilapidando sus fortunas en cuitas de poder y reyertas personales.
Cuando las instituciones pol¨ªticas y econ¨®micas del pa¨ªs se enfrentaban a las amenazas m¨¢s serias desde la Transici¨®n, los encargados de defenderlas, PSOE, PP y Ciudadanos, estaban m¨¢s divididos que nunca. Y, tras las elecciones del 10-N, les lleg¨® la hora de tomar la decisi¨®n clave para el futuro de Espa?a en el pr¨®ximo decenio: ?colaboramos o nos seguimos peleando? @VictorLapuente
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