Pacto
Ha habido que ver a Vox a los pies de la base social de los progresistas para que el pragmatismo se imponga
Apuntes urgentes sobre la celeridad con la que, en esta ocasi¨®n, PSOE y Unidas Podemos se han aplicado a desbloquear la par¨¢lisis institucional. No lo tienen f¨¢cil, sea cual sea el formato, porque el sudoku parlamentario que necesitan augura una legislatura de infarto. No s¨®lo para aprobar cualquier cosa, sino para sortear los palos en las ruedas que un grupo antisistema como Vox, y con 52 esca?os, va a ir poniendo d¨ªa a d¨ªa.
La jugada de la repetici¨®n le sali¨® mal al PSOE, pero el bloqueo ha penalizado otra vez a Unidas Podemos, y a Rivera le ha costado la carrera. Ha habido que cavar un poco m¨¢s en el descr¨¦dito de la pol¨ªtica, polarizar un poco m¨¢s a los espa?oles y ver a Vox a los pies de la base social de los progresistas, para que el pragmatismo se imponga.
Este pacto deja al Partido Popular como l¨ªder de la oposici¨®n. Y los socialistas que han gobernado saben cu¨¢n despiadado puede ser el PP cuando aspira al poder. Si en esta ocasi¨®n aprende a hacerlo, ser duros, sin contemplaciones, pero sin jugar con los consensos b¨¢sicos, los populares conseguir¨¢n frenar a los ultras. Porque ellos pueden hacerlo. Trazar la l¨ªnea que separa a quienes discrepan dentro de un marco, de quienes le gritan a Jos¨¦ Antonio Zarzalejos (vasco, espa?ol, conservador y mon¨¢rquico, en su propia definici¨®n) ¡°cabr¨®n, rojo, traidor¡±, como le ocurri¨® el lunes por la ma?ana en la calle, en pleno centro de Madrid. Y el PP es imprescindible para abordar, en serio, la crisis catalana, la renovaci¨®n de los organismos del Estado y devolver a las instituciones la normalidad y la funcionalidad.
Este pacto exige tambi¨¦n que Unidas Podemos no frivolice con el riesgo cierto que para Espa?a y la convivencia representa la cabalgada rupturista y excluyente del independentismo catal¨¢n. Nada ha polarizado m¨¢s peligrosamente nuestra vida que unos dirigentes catalanes, dispuestos a todo, incluido utilizar a su propia gente como escudos humanos, para tapar sus car¨ªsimos errores.
Y por ¨²ltimo, al margen de la actuaci¨®n de sus dirigentes, Vox tiene 3.600.000 votos en el Congreso y los partidos independentistas catalanes 1.600.000. Con esa realidad tienen que lidiar los socios del pacto. Entender por qu¨¦ consiguen ese importante porcentaje de voto sigue siendo la prioridad para desactivar las derivas radicales.
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