La m¨²sica inspir¨® los primeros experimentos de la f¨ªsica
Un pianista y un cient¨ªfico organizan un acto para mostrar que el ritmo y los arm¨®nicos son fundamentos del universo
Los primeros acordes de un piano y una guitarra sumen este mi¨¦rcoles?al p¨²blico del Aula Magna de la Facultad de Ciencias F¨ªsicas de la Universidad Complutense de Madrid en un curioso silencio. Se trata de la banda sonora de 2001 Odisea del espacio (1968) de Stanley Kubrick. Los 100 alumnos de la ESO ya no hablan, ya no gritan, solo escuchan. ¡°?Es la canci¨®n de la pel¨ªcula!¡±, suelta un alumno despu¨¦s de los aplausos. Emilio Nogales D¨ªaz, investigador en f¨ªsica en la UCM, asiente antes de dejar su guitarra y coger el micro. ¡°Hemos elegido abrir nuestra presentaci¨®n La m¨²sica en la f¨ªsica?con este tema porque los primeros sonidos son los cinco primeros arm¨®nicos, es decir, la base de nuestro universo musical. Est¨¢n en todas partes y en todas las culturas¡±, explica. Pablo Guti¨¦rrez Calvo, gran pianista de jazz madrile?o, y Nogales est¨¢n convencidos de que la m¨²sica tiene un potencial enorme para explicar los fen¨®menos naturales. Para ellos, es imprescindible divulgar la ciencia y entender que la m¨²sica es un potente vector porque siempre ha estado estrechamente vinculada a ella.
Es importante entender la m¨²sica como algo que est¨¢ ah¨ª, que no fabricamos, que simplemente, descubrimos, como la ciencia
El pianista y el cient¨ªfico organizan este acto por?la Semana de la Ciencia con el objetivo de comunicar la uni¨®n entre la ciencia y la m¨²sica y romper con los prejuicios que dividen esas dos ¨¢reas. "Queremos sumar nuestros experimentos para comunicar una misma idea potente", aseveran. La m¨²sica inspir¨® de cierto modo lo que se considera el primer experimento de f¨ªsica de Pit¨¢goras: el arm¨®nico. La armon¨ªa es el resultado de una serie de variaciones acomodadas en una frecuencia de emisi¨®n. En m¨²sica, en funci¨®n de la longitud de una cuerda por ejemplo, producen un sonido ¡°agradable¡± m¨¢s o menos grave. Para explicar el concepto a los ni?os, los dos ponentes hacen un experimento en vivo con un goma estirada al m¨¢ximo y enganchada a un aparato. El f¨ªsico hace variar poco a poco la frecuencia del aparato y el hilo perfecto se va transformando en un collar de ovales iguales y unidos por puntos equidistantes. En el auditorio, los alumnos susurran un ¡°?Ala!¡± como si se tratara de un truco de magia.?
Algo parecido pasa con la m¨²sica. Cualquier onda es como una suma de arm¨®nicos y la nota?La3, por ejemplo, es el resultado de una cuerda que oscila 440 veces por segundo. Guti¨¦rrez, los dedos jugando con el piano, ense?a c¨®mo una nota tambi¨¦n provoca una oscilaci¨®n que var¨ªa y se propaga. En la pantalla, las ondas cambian de acuerdo con las notas que el artista va tocando. Si es un Do, sale una sola punta con caracter¨ªsticas propias y si es un acorde, salen varias muy distintas. El pianista hace el mismo experimento con maracas, un palo de lluvia e incluso el grito de todos los alumnos en coro. El dibujo de las ondas va cambiando. ¡°La base de la m¨²sica es pura f¨ªsica¡±, comenta Guti¨¦rrez.
Entre la m¨²sica y la ciencia no hay divisi¨®n. Hablamos de la misma realidad, nos acercamos a lo que nos rodea. Buscamos lo mismo: dar un sentido al todo
Otro experimento que suscita un asombro general y unas sonrisas de oreja a oreja es?la placa del f¨ªsico alem¨¢n del siglo XVIII, Ernst Chladni. Nogales esparce sal por toda la superficie del objeto, toca una ruleta y en poco m¨¢s de dos segundos aparece un c¨ªrculo perfecto. Vuelve a repetir varias veces la jugada aumentando la frecuencia y se dibujan desde figuras parecidas a mariposas hasta flores u otros m¨¢ndalas abstractos. A lo largo de la demostraci¨®n,?suena un pitido cada vez m¨¢s agudo. ¡°Lo que o¨ªmos ahora es una nota musical y lo que veis est¨¢ provocado por las oscilaciones de la placa¡±, a?ade antes de apagar su m¨¢quina y cantar la nota en cuesti¨®n.
Para clausurar la presentaci¨®n, los dos amigos comparan las siete primeras frecuencias de un electr¨®n en un ¨¢tomo de hidr¨®geno?a siete notas musicales. ¡°Es una analog¨ªa¡±, reconocen, ¡°pero as¨ª sonar¨ªan si fuesen ondas sonoras y muchas octavas m¨¢s grave¡±, explican mientras el pianista juega con su teclado. El silencio se asocia a un vac¨ªo, a una ausencia de ruido. Sin embargo, Nogales asegura que hay fen¨®menos ondulatorios que suceden en el universo silencioso y permiten que llegue informaci¨®n a otros lugares.?¡°En realidad, cuando el universo era tan solo un ni?o exist¨ªa una estructura arm¨®nica. El silencio actual del universo tiene ecos de los ritmos originales¡±, explica el cient¨ªfico. Una oscilaci¨®n se produc¨ªa cada 20.000 o 200.000 a?os, por lo que no se pod¨ªa o¨ªr nada pero, ah¨ª, seg¨²n cuenta, el ritmo ya exist¨ªa.?
La ciencia da sentido a la m¨²sica y viceversa
En el Caf¨¦ Gij¨®n de Madrid, el artista y el cient¨ªfico, que se conocen desde hace ya 20 a?os, insisten en que la ciencia sin m¨²sica no es nada, y viceversa. Para Pablo, que ha crecido con una madre que ten¨ªa la palabra ¡°f¨ªsica¡± en la boca, descubrir los puntos comunes?que ten¨ªa con la ciencia han dado un sentido muy fuerte a todo lo que sent¨ªa. ¡°Para mi es importante entender la m¨²sica como algo que est¨¢ ah¨ª, que no creamos ni fabricamos, que simplemente, descubrimos. Como la ciencia¡±, relata.
Los cinco primeros arm¨®nicos son? la base de nuestro universo musical. Est¨¢n en todas partes y en todas las culturas
Esta conexi¨®n pone en relieve que la m¨²sica no solo est¨¢ para disfrutarla, sino que es un fundamento que tambi¨¦n existe desde el principio. Nogales define a la m¨²sica como un arte complejo?y asegura que la gente lo puede disfrutar sin tener ¡°ni idea¡± de matem¨¢ticas y de f¨ªsica. ¡°Procura m¨²ltiples emociones, pero si sabes m¨¢s all¨¢, entiendes otra faceta fascinante. Puedes entender el universo de otra manera¡±, opina. En resumen, la m¨²sica es como una "codificaci¨®n" de los elementos naturales que nos permite disfrutar de la realidad.
¡°Entre la m¨²sica y la ciencia no hay divisi¨®n. Hablamos de la misma realidad, nos acercamos a lo que nos rodea. Yo lo explico con un piano y ¨¦l con la f¨ªsica. En definitiva, buscamos lo mismo: dar un sentido al todo¡±, concluye el m¨²sico.?
Su ¨²ltima palabra se pierde bajo la potencia del piano que un cliente ha empezado a tocar en la sala. Cuando el desconocido acaba, Guti¨¦rrez se levanta y ocupa el sitio vac¨ªo. Sus primeras notas se propagan por todo el bar ruidoso del Paseo de los Recoletos hasta obtener un silencio profundo.?
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