Menores sin papeles
La Administraci¨®n debe habilitar programas de protecci¨®n para los j¨®venes tutelados que cumplen 18 a?os
Emigrar es siempre una experiencia dif¨ªcil y a veces muy traum¨¢tica. Mucho m¨¢s en el caso de un menor de edad que llega a un pa¨ªs extranjero sin el apoyo y la gu¨ªa de personas adultas. La situaci¨®n de los menores extranjeros no acompa?ados que han llegado a Espa?a en patera o por otras v¨ªas y est¨¢n en situaci¨®n de acogida es del todo inaceptable. Est¨¢n registrados y se encuentran bajo la tutela de la Administraci¨®n p¨²blica, pero eso no les garantiza poder obtener la documentaci¨®n necesaria para regularizar su situaci¨®n, empadronarse, acceder a un trabajo o tener derecho a determinadas prestaciones, algo que los organismos de tutela deber¨ªan tramitar en nueve meses.
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El resultado es que la mayor¨ªa de estos menores pasan de ser j¨®venes tutelados a inmigrantes sin papeles en cuanto cumplen los 18 a?os y tienen que abandonar los centros de acogida. Los programas de acompa?amiento que han habilitado las comunidades aut¨®nomas son insuficientes y muchos de ellos acaban viviendo en la calle. Si para cualquier joven espa?ol resulta dif¨ªcil lograr las condiciones de trabajo y seguridad necesarias para poder emanciparse y llevar una vida aut¨®noma, qu¨¦ no ser¨¢ para estos j¨®venes que no disponen de un entorno familiar que les proteja.
Los datos demuestran hasta qu¨¦ punto es ineficaz la gesti¨®n de este problema: de los 12.300 menores registrados el pasado 30 de junio en los centros de acogida, solo 2.573 contaban con permiso de residencia, apenas el 21%. En 2018, solo 38 j¨®venes mayores de 18 a?os extutelados lograron autorizaci¨®n para residir en Espa?a. Peor es todav¨ªa la estad¨ªstica de los permisos de trabajo concedidos: apenas 218 menores de 17 y 18 a?os y 54 de m¨¢s de 18 lo lograron en 2018. Los programas de acogida incluyen en muchos lugares cursos de profesionalizaci¨®n que luego no pueden convertirse en un empleo estable por no reunir la documentaci¨®n.
Como ya advirti¨® el defensor del pueblo, estos menores se encuentran en situaci¨®n de extrema vulnerabilidad y no podemos aceptar que la propia Administraci¨®n incumpla la normativa y vulnere sus derechos. Una vez que han llegado a nuestro pa¨ªs y no es factible que vuelvan a su entorno familiar, hemos de hacer todo lo posible para asegurar que puedan integrarse. Si no se les acompa?a con protecci¨®n administrativa, laboral y social, corren el riesgo de caer en la indigencia o ser atrapados por redes de explotaci¨®n o delincuencia. Frente a la respuesta de la extrema derecha, que utiliza electoralmente este problema con un discurso criminalizador y xen¨®fobo, hemos de convertir el reto de la integraci¨®n de los menores inmigrantes en un factor de cohesi¨®n y justicia social.
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