El fantasma del golpe de Estado sobrevuela Bolivia
Numerosos lectores reprochan a EL PA?S que no califique de asonada la destituci¨®n de Morales, pero el peri¨®dico prefiere esperar acontecimientos
Decenas de lectores reprochan estos d¨ªas al peri¨®dico que no califique como golpe de Estado los sucesos en Bolivia. Los principales medios mundiales debaten si en las ¨²ltimas semanas ha habido una asonada o una rebeli¨®n popular apoyada por los militares. EL PA?S, diario de referencia en Latinoam¨¦rica, prefiere esperar pr¨®ximos acontecimientos que confirmen o desmientan una u otra tesis.
Los expertos consideran que la frontera entre un golpe ¡ªdenostado por la comunidad internacional¡ª y una revoluci¨®n ¡ªbien vista por las opiniones p¨²blicas¡ª es ahora muy delgada y coinciden en que los hechos venideros determinar¨¢n la calificaci¨®n del proceso. La clave, creen, reside en si habr¨¢ o no elecciones libres pronto y en si los protagonistas respetan las leyes y las instituciones.
El peri¨®dico no ha obviado el debate ¡ªse?ala Jan Mart¨ªnez Ahrens, director adjunto¡ª y pregunt¨® el pasado d¨ªa 12 a cuatro expertos si hubo o no un golpe cuando el jefe del Ej¨¦rcito ¡ªrelevado despu¨¦s en su puesto¡ª forz¨® la renuncia del presidente Evo Morales al ¡°sugerirle¡± p¨²blicamente que dimitiera. Dos respondieron afirmativamente, y, seg¨²n los otros dos, hubo elementos de una asonada, pero en una coyuntura especial provocada por parte de la poblaci¨®n para restablecer un orden vulnerado por irregularidades favorables a Morales en las elecciones del 20 de octubre.
El lector Leandro Valencia se queja: ¡°?Lo de Bolivia no es un golpe de Estado? Impresentable la informaci¨®n de EL?PA?S¡±. Andr¨¦ G. a?ade: ¡°EL PA?S se escora hacia la derecha neoliberal. Una prueba es el tratamiento de las informaciones sobre el golpe de Estado en Bolivia, renunciando a declararlo como tal¡±. Y Pedro Armend¨¢riz: ¡°Estamos ante un golpe de Estado. Es evidente, ?por favor!¡±. O Jorge Mart¨ªnez: ¡°No hay un solo titular de EL PA?S donde el medio manifieste un hecho indiscutible como es el golpe de Estado¡±. En los comentarios de la web hay mensajes similares: ¡°Por ning¨²n lado la frase golpe de Estado¡±; ¡°El Ej¨¦rcito obliga a Pedro S¨¢nchez a presentar su renuncia: ?es un golpe de Estado?¡±; ¡°El Ej¨¦rcito obliga a Morales a renunciar + la senadora Jeanine ??ez se proclama presidenta sin qu¨®rum en el Parlamento = golpe de Estado¡±.
Mart¨ªnez Ahrens destaca que el peri¨®dico ha dado voz a todos los sectores implicados ¡ªcon entrevistas a Morales o al l¨ªder de la oposici¨®n, Carlos Mesa¡ª y que no menciona la expresi¨®n golpe de Estado ¡°por la complejidad de los hechos y su naturaleza acelerada y cambiante¡±. Lo mismo hace la mayor¨ªa de peri¨®dicos de referencia, como The New York Times o Le Monde. O la Euroc¨¢mara. Y casi todos los pa¨ªses, menos Venezuela, Cuba, Nicaragua, M¨¦xico o Rusia, que s¨ª hablan de golpe.
El Diccionario del Espa?ol Jur¨ªdico, avalado por la Real Academia, define as¨ª un golpe: ¡°Destituci¨®n repentina y sustituci¨®n, por la fuerza u otros medios inconstitucionales, de quien ostenta el poder pol¨ªtico¡±. Y el investigador Andr¨¦s Malamud, mencionado como experto por el peri¨®dico, se?ala que ¡°un golpe de Estado es la interrupci¨®n inconstitucional de un jefe de Gobierno por parte de otro agente estatal¡±.
EL PA?S, pese a su prudencia, ha dado pistas para alimentar la tesis del golpe sin mencionarlo
Parece claro a la vista de esas definiciones. Tambi¨¦n para EL PA?S, que, pese a su prudencia, ha dado pistas para alimentar la tesis del golpe sin citarlo. El editorial del d¨ªa 13 dec¨ªa: ¡°El factor definitivo para la salida del l¨ªder boliviano fue la intervenci¨®n del jefe del Ej¨¦rcito, que sugiri¨® su renuncia, lo que resulta de todo punto inaceptable. Cuando se tiene el poder de las armas y los tanques no caben sugerencias para alterar el orden constitucional de un pa¨ªs. El pasado reciente de Am¨¦rica Latina est¨¢ repleto de episodios similares. Resulta por ello inadmisible que en la segunda d¨¦cada del siglo XXI haya a¨²n ej¨¦rcitos que se arroguen el poder de quitar y poner presidentes¡±.
Y la informaci¨®n del d¨ªa 20 de Francesco Manetto, corresponsal jefe de EL PA?S en Colombia para la Regi¨®n Andina y Venezuela, inclu¨ªa estas frases: ¡°Las primeras decisiones del Gabinete de Jeanine ??ez, que asumi¨® el poder hace una semana sin el apoyo mayoritario del Parlamento, no han frenado la oleada de indignaci¨®n desencadenada por la renuncia de Morales. El expresidente se fue forzado por el Ej¨¦rcito, que, seg¨²n un decreto condenado por Naciones Unidas y varios organismos internacionales, libra a los soldados que repriman las movilizaciones de responsabilidad penal (van ya m¨¢s de 30 muertos). La militarizaci¨®n de las calles de La Paz se hace cada d¨ªa m¨¢s evidente¡±.
Mart¨ªnez Ahrens opina que el t¨¦rmino golpe incluye ¡°interrogantes frente a los que conviene m¨¢s ofrecer una informaci¨®n abundante y contrastada que una definici¨®n precipitada¡±. ¡°Se trata de un proceso en desarrollo y los hechos contribuir¨¢n a clarificar lo sucedido¡±.
Varios expertos aseguran que el debate terminol¨®gico es est¨¦ril. Lo importante, concluyen, ser¨¢ el relato que quede para la historia, condicionado mucho m¨¢s por lo que ocurra a partir de ahora. A¨²n estamos en el primer cap¨ªtulo.
Correo electr¨®nico: defensor@elpais.es
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