Bolivar vive
El Grupo de Puebla retoma la idea del Libertador de una Am¨¦rica Latina fuerte y m¨¢s justa
Hermano: ?Bol¨ªvar vive!¡±. Este saludo de un amigo tras el triunfo electoral de Alberto Fern¨¢ndez y Cristina Fern¨¢ndez en Argentina, me hizo reflexionar sobre la conflictividad social generalizada de Latinoam¨¦rica. El momento es decisivo: la lucha de los Derechos Humanos contra el neoliberalismo rampante que es el nombre com¨²n del totalitarismo financiero que refiere Ra¨²l Zaffaroni. La imagen de la autoproclamada presidenta de Bolivia, Jeanine ??ez, despu¨¦s del golpe de Estado contra el presidente constitucional Evo Morales, entrando en la sede de Gobierno con la biblia en ristre, me asust¨®, como preludio permisivo del escarmiento policial causante de muertes y heridas y de la vuelta al inter¨¦s de los m¨¢s poderosos.
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En los ¨²ltimos a?os ese totalitarismo financiero, cuyo principal representante es el presidente Donald Trump, ha avanzado en Latinoam¨¦rica. Primero en forma larvada, mediante programas de apoyo al desarrollo y con inversiones estrat¨¦gicas, y, despu¨¦s, de manera cruenta, dejando un balance duro de seres humanos destrozados por la violencia o la desesperaci¨®n. Unas veces se logra el poder por la fuerza de las armas; otras, pervirtiendo los mecanismos democr¨¢ticos del Estado con acciones calculadas de organismos de control financiero o con bloqueos criminales contra los m¨¢s vulnerables. Siempre, exponiendo al pueblo a la aceptaci¨®n de una dictadura o al castigo institucional de lo que se denomina ¡°golpe blando¡±. Paraguay, Honduras o Brasil son casos paradigm¨¢ticos con el devenir de sus presidentes respectivos, Lugo, Zelaya, Rousseff o Lula, y sumamos ahora a Evo Morales.
En Latinoam¨¦rica, quienes han dado voz a los silenciados han pagado un alto precio: Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, Rafael Correa o los presidentes citados son buen ejemplo. Mientras, quienes buscan mantener los privilegios y controlar la econom¨ªa sortean los obst¨¢culos con la inestimable ayuda de la Administraci¨®n de un ¡°pa¨ªs amigo¡± como EE?UU; de una OEA con una secretar¨ªa general cada vez m¨¢s err¨¢tica, o de una justicia instrumentalizada y a la medida de quienes se aprovechan de ella (lawfare). Con esta apariencia, se quitan presidentes y se instauran gobernantes totalitarios o llanamente fascistas.
Am¨¦rica Latina se revuelve ante pr¨¢cticas pol¨ªticas antidemocr¨¢ticas. Los chilenos responden a la dura agresi¨®n de unos administradores que han olvidado al pueblo. Los bolivianos, fieles al Gobierno constitucional, reinician la lucha por la libertad con el anuncio de nuevas elecciones y un Gobierno que mantiene la impunidad de la represi¨®n. Colombia protesta contra su presidente, quien responde con castigo y toque de queda en un pa¨ªs en el que cada tres d¨ªas asesinan a un ind¨ªgena.
Ecuador vive la represi¨®n y una persecuci¨®n del adversario pol¨ªtico utilizando a las instituciones judiciales. El 10% de sus habitantes ha abandonado Venezuela ante la descomunal crisis y el cerco econ¨®mico pol¨ªtico que sufre el Gobierno constitucional, impulsado por EE?UU, la OEA o la propia Uni¨®n Europea. Lo justifican por la violaci¨®n de Derechos Humanos del Ejecutivo, pero tambi¨¦n justifican peores situaciones en pa¨ªses sin democracia. El presidente de Hait¨ª ces¨® a causa de las manifestaciones. En Honduras, la poblaci¨®n protesta porque su mandatario haya podido recibir sobornos del narcotr¨¢fico.
En este contexto, pol¨ªticos progresistas latinoamericanos tratan de revertir la situaci¨®n reunidos en el denominado Grupo de Puebla. Treinta l¨ªderes de 10 pa¨ªses y el Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (CLAJUD) componen el eje Buenos Aires, Montevideo, Brasil, La Paz, Ecuador, Colombia, Ciudad de M¨¦xico. La vinculaci¨®n del presidente mexicano, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, supone un importante apoyo para empezar a esbozar unas pinceladas de izquierda en una regi¨®n en que la derecha ha emborronado el lienzo. Son dos faros en el norte y en el sur latinoamericanos que iluminan los tiempos oscuros que estamos viviendo.
Se trata de retomar la idea de Bol¨ªvar de una Am¨¦rica Latina fuerte, vigorizando las estructuras regionales, deslig¨¢ndolas de la acci¨®n corrosiva de Estados Unidos. Para Bol¨ªvar, los derechos fueron la raz¨®n de ser de la Rep¨²blica, y su fundamento la independencia frente a poderes externos. El esp¨ªritu de Bol¨ªvar es ajeno a quienes traicionan a sus antiguos camaradas ¡ªque hoy se juegan la vida por la paz¡ª y denotan la cobard¨ªa de recurrir a la lucha armada contra la humanidad.
Con el Grupo de Puebla pretendemos reforzar el marco pol¨ªtico latinoamericano en torno al derecho, los Derechos Humanos, una econom¨ªa social equilibrada, un capitalismo responsable y una redistribuci¨®n equitativa que ataque a la desigualdad, fortalezca el desarrollo y proteja a los m¨¢s vulnerables. En defensa del medio ambiente, de la madre tierra y de los pueblos originarios. Una Am¨¦rica feminista que reduzca cuando no elimine la discriminaci¨®n por g¨¦nero; que lleve por bandera la defensa de los menores, el empoderamiento de la sociedad civil y los movimientos sociales. Ese es el reto.
Baltasar Garz¨®n es jurista y miembro del Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia.
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