Adi¨®s al carb¨®n
Los datos sobre el calentamiento global obligan a acelerar la transici¨®n energ¨¦tica
Uno de los principales obst¨¢culos para alcanzar los objetivos de la Cumbre de Par¨ªs y frenar el cambio clim¨¢tico es el reparto de los costes que implicar¨¢ la transici¨®n energ¨¦tica. La Uni¨®n Europea se ha propuesto alcanzar en 2050 la neutralidad del carbono, es decir, que no se emita a la atm¨®sfera m¨¢s C02 del que la naturaleza puede absorber. Este objetivo, indispensable para evitar que el calentamiento global supere los dos grados cent¨ªgrados a final del siglo, exige un cambio en las fuentes de las que se obtiene la energ¨ªa y la supresi¨®n paulatina de los combustibles f¨®siles en la producci¨®n industrial y la movilidad. El escaso margen de tiempo que queda y la complejidad de los cambios que hay que abordar obligan a actuar con determinaci¨®n y rapidez, por eso hay que saludar que entre las medidas que pretende lanzar en sus primeros cien d¨ªas de Gobierno la nueva Comisi¨®n Europea sea la creaci¨®n de un fondo para financiar la sustituci¨®n del carb¨®n, el combustible f¨®sil que m¨¢s contamina y tambi¨¦n el que provoca mayores emisiones de gases de efecto invernadero.
Eliminar el carb¨®n es el primer paso para lograr una econom¨ªa libre de combustibles f¨®siles, pero no todos los pa¨ªses est¨¢n en las mismas condiciones para poder prescindir de esta fuente de energ¨ªa. De ah¨ª la necesidad de establecer incentivos y compensaciones que aceleren el proceso y permitan una transici¨®n justa. De momento, la Comisi¨®n se propone dotar el fondo con 5.000 millones de euros con la idea de que esa cantidad inicial pueda llegar a movilizar hasta 35.000 millones entre inversi¨®n p¨²blica y privada, de los que podr¨¢n beneficiarse 50 regiones, entre ellas seis espa?olas.
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La cifra puede ser insuficiente, dados los elevados costes econ¨®micos y sociales de la reconversi¨®n, pero es un primer paso que tiene adem¨¢s la virtud de abrir camino y sentar las bases necesarias para abordar la sustituci¨®n del resto de combustibles f¨®siles. El cierre de las minas de carb¨®n y de las centrales que utilizan este combustible supondr¨¢ la p¨¦rdida de dos tercios de los actuales empleos del sector, es decir, unos 160.000 puestos de trabajo en toda la UE. Polonia es el pa¨ªs m¨¢s afectado y es comprensible su preocupaci¨®n pues el 80% de su energ¨ªa procede del carb¨®n, pero la agenda ambiental europea hace tiempo que se?ala la necesidad de prescindir de este combustible y ahora resulta urgente hacerlo, no solo por los onerosos costes ambientales que tiene, sino tambi¨¦n porque ha dejado de ser rentable.
La competencia de las energ¨ªas renovables y el aumento del coste de las emisiones (hasta 25 euros por tonelada de CO2 emitida) hacen que la mayor parte de las centrales de carb¨®n hayan entrado en p¨¦rdidas. Pa¨ªses como Francia, Italia, el Reino Unido o Finlandia han aprobado planes para prescindir del carb¨®n en 10 a?os. Ese plazo deber¨ªa extenderse a toda la UE. Espa?a ha acelerado el cierre de minas y centrales de carb¨®n pero, dadas las condiciones en las que estas operan, estar¨ªa justificado fijar incluso un plazo menor. No tiene sentido mantener una industria que, adem¨¢s de contaminar, es deficitaria.
Los datos sobre el calentamiento global son cada vez m¨¢s alarmantes y eso obliga a acelerar la agenda de la transici¨®n energ¨¦tica. El camino para un Green New Deal europeo est¨¢ trazado. Los Gobiernos saben qu¨¦ hay que hacer para avanzar en la descarbonizaci¨®n de la econom¨ªa. Es la hora de asumir los costes.
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