El fin de Evo Morales
Bolivia parec¨ªa perdida para la democracia y la legalidad, pero quienes apoyaban al expresidente no sab¨ªan de lo que su pueblo valiente es capaz en defensa de su soberan¨ªa y libertad
?Hasta cu¨¢ndo seguiremos leyendo que Evo Morales fue ¡°el primer presidente ind¨ªgena en la historia de Bolivia¡±? La frase es racista, pues se dice en elogio del personaje, como si ser ¡°ind¨ªgena¡± fuera un valor en s¨ª mismo y resaltara la condici¨®n de jefe del Estado. Y es tambi¨¦n dos veces inexacta, pues Bolivia ha tenido varios presidentes ind¨ªgenas (algunos dictadores), como Per¨², M¨¦xico, Ecuador y Guatemala, y basta o¨ªr hablar a Evo Morales para saber que no es un indio sino un mestizo cultural, como lo somos buena parte de los latinoamericanos, en muy buena hora.
Los bolivianos se han librado de ¨¦l no porque sea ¡°indio¡± (que no lo es), sino porque mediante ama?os m¨²ltiples se las arregl¨® para permanecer 14 a?os en el poder, en contra de la Constituci¨®n boliviana. Y se dispon¨ªa, mediante un fraude grotesco para el cual el escrutinio electoral fue suspendido durante un par de d¨ªas por los miembros del Tribunal Supremo Electoral (ahora presos e imputados por la justicia), a quedarse indefinidamente en el Gobierno, como suelen hacer todos los caudillos militares y civiles latinoamericanos. Para el brav¨ªo pueblo boliviano fue demasiado, y en la formidable movilizaci¨®n que el intento de fraude provoc¨® no s¨®lo participaron las clases medias, sino buen n¨²mero de ind¨ªgenas, como los liderados por Marco Pumari, y todas las localidades de la Chiquitan¨ªa cruce?a, que no perdonan a Evo Morales los incendios que han devorado buena parte de esa regi¨®n amaz¨®nica.
Ahora, expulsados del pa¨ªs los cerca de ochocientos cubanos armados de d¨®lares y de fusiles y un n¨²mero grande de venezolanos que oficiaban de fuerza de choque del exmandatario, Bolivia est¨¢ en calma, esperando las nuevas elecciones que han decidido por unanimidad (s¨ª, por unanimidad) tanto la C¨¢mara de Diputados como la de Senadores, con los votos entusiastas ¡ªcr¨¦anme, por favor, aunque les parezca mentira¡ª de los congresistas del Movimiento al Socialismo (MAS), es decir, el mism¨ªsimo partido de Evo Morales. Senadores y diputados decidieron, tambi¨¦n por unanimidad, que el expresidente no podr¨¢ ser candidato en esas futuras elecciones, pues lo proh¨ªbe la Constituci¨®n. Las futuras elecciones, organizadas por varias instituciones internacionales, entre las cuales figuran las Naciones Unidas, la Uni¨®n Europea y la Organizaci¨®n de Estados Americanos, contar¨¢n, por supuesto, con observadores independientes que garanticen la pureza de esos comicios.
Bolivia est¨¢ en calma, esperando las nuevas elecciones que se han decidido por unanimidad
?D¨®nde est¨¢ el problema, pues? Est¨¢ en los 23 muertos, la mayor¨ªa heridos de bala, que se produjeron durante los violentos disturbios que tuvieron lugar en distintas ciudades de Bolivia a ra¨ªz del intento de fraude electoral que sublev¨® a los ciudadanos y los ech¨® a la calle a protestar. ?Qui¨¦nes les dispararon? La acusaci¨®n de que fueran los polic¨ªas y soldados no est¨¢ demostrada a¨²n y hay razones m¨¢s que suficientes para asegurar que los partidarios del exmandatario, en especial los cocaleros del Chapare y los ciudadanos de El Alto, militantes del MAS, estaban armados hasta los dientes (lo est¨¢n todav¨ªa) y causaron, por lo menos en parte, buen n¨²mero de aquellas v¨ªctimas. Ojal¨¢ que los tribunales bolivianos lo establezcan con precisi¨®n y los culpables sean sancionados con severas penas de c¨¢rcel.
Aunque las pol¨ªticas econ¨®micas de Evo Morales no segu¨ªan para nada las del ¡°socialismo del siglo XXI¡± (felizmente para los bolivianos), ¨¦l era un vasallo fiel y ret¨®rico de Cuba y Venezuela y en sus discursos y pronunciamientos demag¨®gicos se llenaba la boca elogiando a Fidel y Ra¨²l Castro, al comandante Ch¨¢vez, a Maduro, a la pareja desp¨®tica que deshonra la tierra de Rub¨¦n Dar¨ªo, y llenaba de improperios a los ¡°imperialistas¡± y ¡°reaccionarios¡± del mundo entero. Cuba, Venezuela y Nicaragua estaban felices con ¨¦l, por supuesto, y la mejor manera de saberlo es la desesperaci¨®n que ha cundido en esos tres pa¨ªses al descubrir que Bolivia ha dejado de ser el d¨®cil aliado con que contaban y que lo m¨¢s probable es que en adelante ese pa¨ªs, recuperada su democracia, se alinear¨¢ con el Grupo de Lima, es decir, con los pa¨ªses democr¨¢ticos del nuevo continente, que superan en gran n¨²mero a las dictaduras revolucionarias.
?Qu¨¦ papel ha jugado en todo esto M¨¦xico? Trist¨ªsimo, por supuesto, una reminiscencia atroz del viejo PRI que, cuando estaba en el poder, se jactaba de ser el pa¨ªs donde todos los perseguidos por esos malos Gobiernos sudamericanos encontraban asilo, y pod¨ªan despotricar a su gusto contra sus verdugos, siempre y cuando no se metieran con M¨¦xico, donde el Gobierno de turno comet¨ªa todas las tropel¨ªas habidas y por haber a la sombra de la c¨®moda careta progresista. El Gobierno de L¨®pez Obrador se apresur¨® a mandar un avi¨®n especial a rescatar a Evo Morales de sus presuntos asesinos, a recibirlo con honores, a ¨¦l y a su exvicepresidente (el Lavrenti Beria boliviano, ?lvaro Garc¨ªa Linera), y a permitirle despotricar y calumniar a su pa¨ªs como viene haci¨¦ndolo, y a ocultar el hecho decisivo, es decir, que el pueblo boliviano se levant¨® contra su tiran¨ªa en raz¨®n del fraude electoral que se dispon¨ªa a perpetrar, como lo ha dicho, en un memorable discurso, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, el primer dirigente de la Organizaci¨®n de Estados Americanos que, en su larga historia, se preocupa decisivamente por impulsar la democracia en Am¨¦rica Latina.
El problema est¨¢ en los 23 muertos, la mayor¨ªa heridos de bala, que se produjeron durante los disturbios
Quiero mucho a Bolivia, donde pas¨¦ casi diez a?os de mi infancia, y siempre me han irritado los est¨²pidos prejuicios que encuentro por doquier de europeos que se atreven a menospreciar aquel pa¨ªs, y a juzgarlo con valores distintos a los que utilizan para juzgar a los pa¨ªses europeos y a su propia patria. Evo Morales, por ejemplo. Cuando recorri¨® Europa, luciendo su c¨¦lebre chompita y repitiendo las idioteces que suele decir en sus discursos, cu¨¢ntos europeos lo escuchaban embobados, ni m¨¢s ni menos que si se tratara de un monito del zool¨®gico y encima parlanch¨ªn. Ese secreto racismo ha estallado en Europa a diestra y siniestra (sobre todo a siniestra) en estos d¨ªas, mientras el pueblo boliviano se movilizaba contra un fraude electoral y, una vez m¨¢s en su historia, consegu¨ªa arrojar del poder a un dictadorzuelo corrompido. Si este adjetivo les parece excesivo a mis lectores, tengan la bondad de creerles a los propios partidarios de Evo Morales, es decir, a los diputados y senadores del MAS, que constituyen la mayor¨ªa del Congreso boliviano, y que acaban de votar un¨¢nimes a favor de nuevas elecciones, porque reconocen el fraude electoral que se iba a perpetrar.
Bolivia parec¨ªa perdida para la democracia y la legalidad. No ha sido as¨ª, gracias a la valent¨ªa y al arrojo de ese pueblo que, cuando yo era ni?o y viv¨ªa en Cochabamba, incluso en los carnavales sal¨ªa a las calles armado de machetes, por si acaso. Mucho se apresuraron Cuba, Venezuela y Nicaragua en creer que ten¨ªan en sus garras al pueblo boliviano. No sab¨ªan de lo que este pueblo valiente es capaz en defensa de su soberan¨ªa y libertad.
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