Superar el nihilismo
La comisi¨®n bilateral refuerza el papel de las instituciones en la soluci¨®n del conflicto
Para la derecha, nada peor que un Gobierno de izquierdas con la necesaria abstenci¨®n del secesionismo. Es el Gobierno de la sedici¨®n, seg¨²n Cayetana ?lvarez de Toledo. Mejor la inestabilidad y unas terceras elecciones. Sin presupuestos. Coincide con el independentismo que Quim Torra representa, instalado en la ingobernabilidad tanto en Barcelona como en Madrid, una ¨²ltima oportunidad para la ruptura y la rep¨²blica inexistente.
Derecha espa?ola y secesionismo catal¨¢n se atraen como polos opuestos de un im¨¢n. Cada uno de ellos se nutre del radicalismo nihilista del otro, alimentados por el est¨ªmulo que significa el desgobierno. Para el PP es una oposici¨®n anticipada y demoledora, total. Para el secesionismo, el mantenimiento de su estatus quo rupturista de siete a?os, combinaci¨®n de movilizaci¨®n permanente, subasta identitaria y cuantiosos negocios y redes clientelares.
Nadie dentro del independentismo, incluso del soberanismo, es ajeno al nihilismo de esta din¨¢mica, hegem¨®nica en Catalu?a desde 2012 y conductora de la pol¨ªtica espa?ola al menos desde 2017. Tampoco Esquerra, el partido mejor orientado hacia un giro pragm¨¢tico capaz de convertirle en fuerza de Gobierno en Barcelona y complemento de las mayor¨ªas parlamentarias en Madrid, como lo fue durante 25 a?os Converg¨¨ncia i Uni¨®.
Sus dirigentes lo saben y ya est¨¢n decididos a superar el actual nihilismo est¨¦ril. Sus cuadros tambi¨¦n lo saben, pero no est¨¢n tan decididos, temerosos del acoso radical. Y sus bases, apenas indistinguibles de las bases del resto del independentismo, ni siquiera lo saben. Del encrespado ambiente de la calle secesionista se deduce que la ¨²nica forma de apoyar la investidura es a cambio de concesiones dolorosas e inadmisibles para S¨¢nchez: Spain, sit and talk. As¨ª Cayetana tendr¨¢ raz¨®n: de rodillas ante el secesionismo, pidiendo perd¨®n a los dirigentes de la sedici¨®n, rendidos ante la ruptura de Espa?a.
No es f¨¢cil aventar la nube t¨®xica de la propaganda. Sirve la enrevesada y tramposa pregunta formulada por Esquerra a sus militantes, dirigida a obtener el asentimiento a las condiciones para la investidura. Primero dictamina la perogrullada de que se necesita un acuerdo previo. Este debe versar sobre el conflicto pol¨ªtico, otra perogrullada dirigida a los negacionistas del conflicto pol¨ªtico. Cuesti¨®n distinta es que del reconocimiento del car¨¢cter del conflicto deba deducirse abusivamente que los condenados por el Supremo son presos pol¨ªticos y que no han cometido delito alguno o si lo han cometido ha sido de conciencia. O retorciendo todav¨ªa m¨¢s la l¨®gica, concluir que no hay conflicto de convivencia en Catalu?a o convalidar la virulenta y orquestada reacci¨®n independentista contra la sentencia.
La cuesti¨®n esencial es la mesa de negociaci¨®n, y ah¨ª ya se oye el rasgar de vestiduras populares, ciudadanas e incluso veterosocialistas. El Gobierno de S¨¢nchez, el actual y todav¨ªa m¨¢s el futuro, tiene una respuesta a esta demanda, que refuerza en todo a la Constituci¨®n y al Estatuto, reafirma el papel de las instituciones y supera el limitado car¨¢cter provisional y ef¨ªmero de una improvisada mesa bilateral. Est¨¢ en el art¨ªculo 183 del Estatuto, avalado e interpretado por el Tribunal Constitucional, que contempla la creaci¨®n con car¨¢cter permanente, institucional por tanto, de una Comisi¨®n Bilateral (sic) Generalitat-Estado, en la que los dos gobiernos resolver¨¢n conflictos, dificultades y proyectos de cooperaci¨®n y plantear¨¢n sin l¨ªmites cuantos temas consideren pertinentes.
La respuesta ante el nihilismo est¨¢ en la permanencia y la estabilidad de las instituciones. Esta es una instituci¨®n que no hay que crear de nuevo, porque sobre el papel ya existe, pero hay que constituirla y darle vida como marco preciso para resolver el conflicto pol¨ªtico que protagoniza Catalu?a y que afecta a toda Espa?a.
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