As¨ª me compran, as¨ª me vendo: la historia de c¨®mo pagu¨¦ por mi primer amigo a los 11 a?os
?Cu¨¢nto vale exactamente el perd¨®n? El m¨ªo, unos quince euros, pero he llegado a conseguirlo por sesenta c¨¦ntimos
?Ha comprado alguna vez a una persona? Yo s¨ª. El primero fue Rogelio, un ni?o que iba a mi clase y que un d¨ªa me dio sin querer un codazo en gimnasia que hizo que me sangrase la nariz. Llam¨¦ al profesor para quejarme y este, que no se andaba con chiquitas, le solt¨® una hostia como un cami¨®n. Ahora los dos llor¨¢bamos y ¨¦l me odiaba para siempre, ?qu¨¦ gran idea la m¨ªa! Rogelio era mi ¨²nico amigo en clase y en los d¨ªas sucesivos le ped¨ª perd¨®n cien veces, pero ¨¦l ni me miraba. Una tarde compr¨¦ golosinas, las empaquet¨¦, escrib¨ª ¡°para Rogelio¡± con mucho amor y le volv¨ª a pedir perd¨®n mientras le daba el paquete. ?l lo abri¨® y, con los ojos brillantes, grit¨®: ¡°?Por supuesto que te perdono!¡±.
Ah¨ª entend¨ª muchas cosas, ?qu¨¦ d¨ªa tan esclarecedor fue aquel! Desde entonces me he vendido y me han comprado con asiduidad. No soy caro
El muy hijo de puta. Unos 60 c¨¦ntimos de entonces me debieron de costar las golosinas. Yo te habr¨¦ comprado, Rogelio, pero t¨² qu¨¦ barato te vendes. Ah¨ª entend¨ª muchas cosas, ?qu¨¦ d¨ªa tan esclarecedor fue aquel! Desde entonces me he vendido y me han comprado con asiduidad. No soy caro. A mi padre le cost¨® un disco de Objetivo Birmania que le perdonase cuando olvid¨® venir a buscame un fin de semana que le tocaba en la custodia. Y una vez compr¨¦ el perd¨®n de mi novio con un coj¨ªn de Tiger tras un s¨¢bado en el que me beb¨ª el agua de los floreros y lo avergonc¨¦ en no recuerdo qu¨¦ bar de Madrid, ?c¨®mo lo voy a recordar?
Todo mid price, ni pa ti ni pa m¨ª, como mis peque?as y triviales perversiones. ?C¨®mo comprar¨¦ a la gente que quiero el d¨ªa que la cague de verdad? Eso es lo que m¨¢s me inquieta cada vez que miro cu¨¢nto dinero hay en mi cuenta corriente.
Guillermo Alonso es redactor en la web de ICON y autor del libro ¡®Vivan los hombres cabales¡¯
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