Disimulo
En eso est¨¢n ahora los due?os del mundo, en gestionar la agon¨ªa de la realidad sin dejar de hacer caja
Mis tartas de chocolate se vend¨ªan como churros, pero mis socios dec¨ªan que dejaban poco beneficio. Reduje personal y rebaj¨¦ la calidad de las materias primas. Los compradores tardaron en darse cuenta y nos forramos. A medio plazo, sin embargo, se produjo en las ventas un descenso que combatimos quit¨¢ndonos de encima a los empleados m¨¢s caros, aunque eran los mejores, y mezclando el cacao con suced¨¢neos que anularon el sabor del producto. Los clientes huyeron en masa, por lo que tuvimos que llevar a cabo otro recorte de personal, etc¨¦tera. Hemos entrado en un c¨ªrculo vicioso que en pocos meses conducir¨¢ al cierre de la f¨¢brica. Mi trabajo, de aqu¨ª a entonces, consistir¨¢ en gestionar esa agon¨ªa.
Esto es lo que viene ocurriendo con la realidad. Sus due?os, los de la realidad, expulsaron hace a?os al personal m¨¢s valioso para ahorrarse sus n¨®minas. Los parques se llenaron de sabios que hac¨ªan ecuaciones con un palo sobre el agua de los estanques. La realidad empeor¨®, claro, y perdi¨® usuarios, lo que condujo a sus accionistas a reducir gastos de nuevo a costa de la excelencia del producto. Los pol¨ªticos les prestaron su ayuda con leyes laborales cada vez m¨¢s agresivas. Despidos gratis, contratos temporales, salarios basura, d¨ªgannos lo que necesitan para abaratar la realidad y lo llevaremos a cabo en un par de sesiones legislativas. Los parques siguieron llen¨¢ndose de prejubilados que se hallaban en plena posesi¨®n de sus facultades f¨ªsicas y mentales.
Pero la realidad, como la tarta de chocolate, comenz¨® a provocar diarreas entre la poblaci¨®n. Hab¨ªa que cerrarla. Y en eso est¨¢n ahora los due?os del mundo, en gestionar la agon¨ªa de la realidad sin dejar de hacer caja. Para disimular, montan cumbres sobre el clima.
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