Todos no

Se?or Casado, se?ora Gamarra: todos no. No todos los espa?oles estamos escandalizados por la negociaci¨®n entre el PSOE y ERC. No en todos los hogares espa?oles se vive ese di¨¢logo como una traici¨®n. No todos estamos deseando un gobierno de concentraci¨®n nacional. Ustedes lo saben, porque han perdido las elecciones. Si llevaran raz¨®n, no s¨®lo las habr¨ªan ganado. Si llevaran raz¨®n, Rajoy a¨²n estar¨ªa en La Moncloa. Su insistencia en erigirse en ap¨®stoles de todos los habitantes de este pa¨ªs no s¨®lo es una patrimonializaci¨®n ileg¨ªtima. Es una manipulaci¨®n interesada de la realidad. Se?or Casado, se?ora Gamarra, perm¨ªtanme que me ponga como ejemplo. Hasta donde yo s¨¦, no tengo una sola gota de sangre que no sea espa?ola. Nadie, ustedes tampoco, es m¨¢s espa?ol que yo, pero mi concepto del patriotismo pasa por impedir a cualquier precio que la ultraderecha alcance la m¨¢s ¨ªnfima parcela de poder. Eso, para m¨ª, es amar a Espa?a. Y en la medida en que los republicanos independentistas catalanes, que de momento tambi¨¦n son espa?oles, garanticen la estabilidad de un gobierno de progreso, que trabaje por el bienestar de la gente, los recibir¨¦ con los brazos abiertos. Tal vez les parezca extra?o, pero nos han pasado cosas m¨¢s raras. Aunque ustedes son m¨¢s j¨®venes que yo, seguramente saben que, en 1978, cinco diputados de AP, el partido del que naci¨® el que ustedes dirigen en la actualidad, votaron en contra de la misma Constituci¨®n que ahora esgrimen como estandarte. Todos tenemos derecho a cultivar nuestras contradicciones, ni m¨¢s ni menos que a preservar nuestra identidad. Por eso les pido por favor que se acuerden de m¨ª cuando sientan la tentaci¨®n de volver a hablar de todos los espa?oles. No lo hagan. Dejen de mentir.