Algo m¨¢s que nepotismo
Las democracias cuentan con mecanismos para castigar la corrupci¨®n, pero cuando es investigada en autocracias como Nicaragua las averiguaciones no existen, son cosm¨¦ticas o fracasan
Las democracias cuentan con mecanismos para castigar la corrupci¨®n, pero cuando es investigada en autocracias como Nicaragua las averiguaciones no existen, son cosm¨¦ticas o fracasan porque corren a cargo de los propios delincuentes, encaramados en la pol¨ªtica y la administraci¨®n de justicia. Am¨¦rica Latina se ha acostumbrado a vivir con la lacra excepto cuando el esc¨¢ndalo trastoca las agendas gubernamentales, se hace socialmente irrespirable o atrae las sanciones de Estados Unidos, que solo castiga cuando quiere someter. Los destrozos democr¨¢ticos en Nicaragua le importan menos que su situaci¨®n geopol¨ªtica, en manos de una familia que administra discrecionalmente el patrimonio nacional.
Como en el pa¨ªs centroamericano las instituciones son un atrezo del poder ejecutivo, el parlamento ha nacionalizado la empresa petrolera de Rafael Antonio Ortega Murillo, uno de los siete hijos de la pareja presidencial, para eludir las sanciones del departamento del Tesoro que le acusa de lavado de dinero y enriquecimiento personal mediante contratos sin competencia con instituciones gubernamentales. El nepotismo al rescate. La ley aprobada establece el cambio de titularidad de Distribuidora Nicarag¨¹ense de Petr¨®leo con el subterfugio de garantizar a la poblaci¨®n el suministro de combustibles y productos derivados del crudo.
Inversiones Zanz¨ªbar y Servicio De Protecci¨®n y Vigilancia, tambi¨¦n del primog¨¦nito, fueron acusadas de generar beneficios para sostener un r¨¦gimen que la Casa Blanca quiere tumbar, junto al venezolano y el cubano. La coerci¨®n, la congelaci¨®n de activos, la prohibici¨®n de transacciones financieras y la extraterritorialidad son armas imperiales, pero en Caracas y Managua encuentran terreno abonado porque abunda la corrupci¨®n. Sin soltar la presa, Trump penaliz¨® un banco vinculado a los sandinistas y a la familia presidencial, y sum¨® nuevos proscritos a sus listas negras.
La patria de Sandino aun convalece despu¨¦s de haber recibido una ayuda internacional masiva tras el derrocamiento de Somoza; no consigui¨® despegar porque buena parte fue malversada. Sigue siendo el pa¨ªs latinoamericano m¨¢s pobre despu¨¦s de Hait¨ª, sometido por un autoritarismo incapaz de negociar una crisis que se ha cobrado 328 muertos. La sublevaci¨®n del pasado a?o no fue organizada por Estados Unidos sino por una ciudadan¨ªa cansada del nepotismo, estafada por los caudillos de una dizque revoluci¨®n que aplic¨® el neoliberalismo para sumarse al mundo de los negocios sin medir sus efectos entre los nicarag¨¹enses indefensos.
La moralidad de Washington en la selecci¨®n de reos no responde precisamente a la aplicaci¨®n de c¨®digos de buenas costumbres, pero sus sanciones suelen aportar informaci¨®n relevante sobre la cualificaci¨®n del corrupto, entre ellos el vendido Roberto Rivas, presidente del poder electoral durante 18 a?os, multimillonario de aviones privados y palacetes, anfitri¨®n de dos hijos de Daniel Ortega y Rosario Murillo durante su recreo en Costa Rica. Puso un Porche 911 Carrera a su disposici¨®n, muy lejos de los compatriotas sin acceso a los servicios b¨¢sicos.
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