Cada vez menos
Para recuperar la natalidad hay que cambiar los factores que la condicionan
El n¨²mero de nacimientos contin¨²a cayendo en Espa?a m¨¢s de lo esperable por razones estrictamente demogr¨¢ficas. En 2018 se produjeron 372.777 nacimientos, la cifra m¨¢s baja de los ¨²ltimos 20 a?os, y los datos de los seis primeros meses de este a?o, con apenas 170.074 nacimientos, indican que no se ha tocado suelo. Era esperable un cierto descenso de la natalidad por el hecho de que las actuales cohortes de mujeres en edad f¨¦rtil son menos numerosas que las anteriores. De hecho, hay un mill¨®n menos de mujeres en edad f¨¦rtil que hace dos d¨¦cadas. Pero ese factor solo explica una parte del desplome que se est¨¢ produciendo. En el retroceso influyen por tanto factores socioecon¨®micos y culturales que deben ser analizados, porque la p¨¦rdida de vitalidad demogr¨¢fica suele ser un s¨ªntoma de problemas estructurales que hay que afrontar.
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2018 se cerr¨®, por cuarto a?o consecutivo, con saldo vegetativo negativo: hubo 54.944 muertes m¨¢s que nacimientos. En una econom¨ªa pr¨®spera y con pleno empleo, ese saldo negativo puede compensarse f¨¢cilmente con flujos migratorios. Pero en nuestro caso, el problema radica precisamente en que una parte de la ca¨ªda de la natalidad es atribuible a factores que tienen que ver con la situaci¨®n econ¨®mica y las expectativas laborales de la poblaci¨®n joven en edad de formar una familia.
Espa?a es uno de los pa¨ªses con la tasa de fecundidad m¨¢s baja del mundo, 1,26 hijos por mujer. Por otra parte, la edad media a la que se tiene el primer hijo no deja de crecer: el promedio en 2018 fue de 31,02 a?os y un tercio de las mujeres que dieron a luz ten¨ªan m¨¢s de 35 a?os. En los ¨²ltimos a?os se ha acentuado la tendencia a posponer la maternidad por razones sociales o profesionales hasta el l¨ªmite que marca el reloj biol¨®gico, sin tener en cuenta que a partir de los 35 a?os la fertilidad cae en picado y las posibilidades de quedar embarazada son menores.
Pero lo m¨¢s relevante del ¨²ltimo informe del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) es la distancia que hay entre el deseo de tener hijos y los hijos que efectivamente se tienen. El 70% de las espa?olas querr¨ªa tener al menos dos hijos, pero solo un tercio de ellas consigue tener el segundo. La mitad de las mujeres de m¨¢s de 45 a?os sin hijos hubiera querido tenerlos. La crisis de natalidad no es en nuestro caso consecuencia de decisiones libremente adoptadas, sino de circunstancias adversas que impiden que una parte significativa de la poblaci¨®n espa?ola pueda satisfacer sus deseos reproductivos. Y por tanto, no puede abordarse solo como un problema demogr¨¢fico ajustable con mayores o menores saldos migratorios, sino como un problema de justicia social y derechos individuales.
Garantizar las condiciones para que la natalidad pueda recuperarse exige intervenir sobre los factores que ahora la condicionan, fundamentalmente la precariedad laboral, el acceso a una vivienda a precios asequibles y condiciones de conciliaci¨®n laboral y servicios de guarder¨ªa que eliminen la incompatibilidad entre la maternidad y el desarrollo de una carrera profesional. Aplicando este tipo de medidas, Francia, Suecia y otros pa¨ªses de nuestro entorno han logrado que la tasa de natalidad se acerque a los niveles necesarios para garantizar la reposici¨®n demogr¨¢fica. La ca¨ªda de la natalidad no es una fatalidad. Es cuesti¨®n de facilitar las condiciones para que las mujeres y los hombres que quieren ser padres puedan serlo.
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