?Radical o extremo?

En 2019, Cas Mudde, tal vez junto con Crist¨®bal Rovira Kaltwasser uno de los mayores expertos sobre populismo, public¨® el libro The far Right Today (La extrema derecha hoy)en el que, entre otros muchos aspectos, analizaba las razones por las que en los ¨²ltimos a?os esta familia de partidos ha conseguido un ¨¦xito electoral sin precedentes en los pa¨ªses de nuestro entorno.

Mudde iniciaba su recorrido con una aclaraci¨®n conceptual bien oportuna, a saber, la existencia de dos grupos diferenciados dentro de la far right: la extrema derecha y la derecha radical. As¨ª, mientras la extrema derecha rechaza la esencia de la democracia, esto es, la soberan¨ªa popular y la regla de la mayor¨ªa, la derecha radical se opondr¨ªa fundamentalmente al componente liberal de la misma: los derechos de las minor¨ªas, el Estado de derecho y la separaci¨®n de poderes.

El concepto de partidos radicales de derecha ha solido ir acompa?ado del t¨¦rmino populismo para definir, en la propuesta elaborada por el mismo Mudde, el discurso y/o ideolog¨ªa que estas fuerzas usan asociada a la ideolog¨ªa principal que es el nativismo. Ahora bien, y dado que el populismo como ideolog¨ªa no se opone a la democracia per se, sino a su componente liberal, lo propio es que solo podamos hablar de partidos populistas radicales de derechas, mientras que la extrema derecha no puede ser clasificada como populista (en esta categor¨ªa entrar¨ªa formaciones como Aurora Dorada en Grecia o el Frente Nacional Popular en Chipre). Partidos populistas radicales de derechas son, entre otros, el Frente Nacional de Francia, el FP? de Austria o la Liga en Italia.

Recientemente, en Espa?a, hemos conocido la emergencia de una formaci¨®n que, si bien tiene su origen en una escisi¨®n del Partido Popular, ha visto su crecimiento electoral gracias a dos factores. Primero, por un discurso centrado en la defensa de la identidad nacional y la unidad territorial de Espa?a, contrario al proceso secesionista catal¨¢n. Y, en segunda instancia, el partido ha desarrollado un discurso populista que se ha ido uniendo con el componente nativista hom¨®logo al de muchos partidos que, generalmente, suelen entrar dentro de la categor¨ªa de derecha radical populista.

Haciendo referencia al discurso de Vox, es de destacar que, en el reciente debate de investidura, varias de las caras m¨¢s visibles del partido se hayan referido al pacto del PSOE y Unidas Podemos, as¨ª como a los acuerdos con ERC, PNV o BNG, entre otros, como un claro ¡°fraude electoral¡± o un ¡°jaque a la soberan¨ªa nacional¡±.

Estas alusiones recuerdan a la estrategia discursiva que para llegar al poder emple¨® Donald Trump. No en vano, cuando en 2016 se celebraron las elecciones presidenciales a la Casa Blanca, Trump no dud¨® en advertir de que, de no ganar los comicios ante la dem¨®crata Hillary Clinton, estar¨ªamos ante un claro fraude electoral.

Lo cierto es que no es la primera vez que Vox se inspira en las maniobras que permitieron al magnate americano hacerse con la presidencia de Estados Unidos, pues en su d¨ªa ya se hab¨ªan presentado con el lema ¡°Hacer Espa?a grande otra vez¡± en una referencia clara al Make America great again. Ahora bien, el cuestionarse c¨®mo funcionan las reglas del juego, la recurrente pelea con los medios de comunicaci¨®n, unido a las ya consabidas alusiones contrarias a los inmigrantes, de quienes falsamente afirman que son los protagonistas de la mayor¨ªa de actos violentos o de delincuencia en Espa?a, clasifica sin duda a Vox entre las filas de los partidos populistas radicales de derecha, con posiciones similares a las que adoptan formaciones como Alternativa por Alemania (AfP) en Alemania, o los ya citados FP? en Austria y La Liga en Italia.

Este, entre los dos males, la derecha radical y la extrema derecha, parece ser el mejor para la democracia espa?ola. Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os, coincidiendo con el ascenso de formaciones antiestablishment y populistas, diferentes encuestas muestran que el porcentaje de ciudadanos que considera que la democracia no siempre es el mejor r¨¦gimen pol¨ªtico y que, bajo algunas circunstancias, es preferible un r¨¦gimen autoritario, ha crecido exponencialmente, m¨¢s entre las cohortes de edad joven. Esta asociaci¨®n no parece espuria, sino, m¨¢s bien, est¨¢ fuertemente relacionada.

As¨ª, mientras Vox personifica un discurso nativista y profundiza las contradicciones inherentes a la democracia liberal a¨²n sin rechazar el r¨¦gimen per se, el perfil de sus votantes parece ser m¨¢s ambiguo al respecto y exhibe no solo altos niveles de desafecci¨®n pol¨ªtica sino, tambi¨¦n, sentimientos contrarios a la democracia y a su modo de funcionar.

Lisa Zanotti es Investigadora Postdoctoral en la Escuela de Gobierno y Relaciones Internacionales en Griffith University y Jos¨¦ Rama es Profesor en el King¡¯s College University de Londres.