Constituci¨®n y militancia
La democracia tambi¨¦n se atrofia cuando se banalizan las formas de expresi¨®n de la ciudadan¨ªa
Lo peor de identificar a un partido con la Constituci¨®n, la naci¨®n, las v¨ªctimas de ETA y la Monarqu¨ªa es que, por definici¨®n, se estigmatiza a las fuerzas pol¨ªticas que quedan fuera de dicha filiaci¨®n. O quiz¨¢s lo que se estigmatice son los s¨ªmbolos que se pretenden abarcar, pues eso de lo que el partido se apropia deber¨ªa ser de todos. Lo que s¨ª es cierto es que tal movimiento totalizador genera inevitablemente polarizaci¨®n, en lugar de unidad, pues instaura una distinci¨®n maniquea que separa a los que est¨¢n dentro de quienes se quedan fuera. Dicha diferenciaci¨®n se hace, adem¨¢s, con intencionalidad moral, pues toda dicotom¨ªa se ordena siempre bajo una oposici¨®n jer¨¢rquica: los buenos patriotas frente a los malos.
Y esto es lo que Pablo Casado intenta hacer con el Partido Popular, aunque no se trate de una estrategia nueva: ya la vimos en la ¨¦poca m¨¢s agresiva del Rajoy opositor, con aquel infame ¡°traicionar a los muertos¡± y su repentino descubrimiento de la movilizaci¨®n callejera. Se llama ¡°monopolio moral de la representaci¨®n¡±, con permiso de Jan-Werner M¨¹ller, y consiste en asumir un mandato representativo que se sit¨²a por encima de las instituciones y de la legitimidad pol¨ªtica surgida de la soberan¨ªa popular. Porque quienes se consideran tan constitucionalistas traicionan, parad¨®jicamente y a sabiendas, una Constituci¨®n que es, por definici¨®n, no militante, pues no se hizo contra nadie sino con y para todos, al contrario que, por ejemplo, la Constituci¨®n de Bonn ¡ªque incluye, por obvias razones hist¨®ricas y geopol¨ªticas, medidas de defensa del orden democr¨¢tico y deja fuera de ella a grupos que promueven el autoritarismo, algo que su Tribunal Constitucional fue ajustando a lo largo de los a?os¡ª. El que tengamos una Constituci¨®n tan abierta e inclusiva es algo dif¨ªcil de explicar en una cultura tan poco liberal como la nuestra.
El problema de arrogarse el monopolio de la representaci¨®n moral es que uno se sit¨²a, incluso, por encima de las instituciones que dice defender. Quiz¨¢s por eso el PP ha decidido no participar en la renovaci¨®n de ¨®rganos clave, como el Consejo General del Poder Judicial o el Tribunal Constitucional, y convoque hoy en su lugar una manifestaci¨®n para protestar por los pactos del PSOE para gobernar. El l¨ªder popular deval¨²a en un solo gesto las instituciones, pero tambi¨¦n la calle, ese lugar que sirvi¨® hist¨®ricamente para dar voz a ¡°los condenados de la tierra¡± y que es hoy, dice Pierre Rosanvallon, la ¡°expresi¨®n m¨¢s simple de una pol¨ªtica negativa¡±, utilizada por conservadores y menesterosos como si no tuvieran suficientes altavoces en la esfera p¨²blica. Porque la democracia tambi¨¦n se atrofia cuando se banalizan las formas de expresi¨®n de la ciudadan¨ªa.
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