De Washington a Teher¨¢n y Pek¨ªn, v¨ªa Iowa
Ejercer el m¨¢ximo tacto para no provocar una crisis internacional que detenga el crecimiento de la econom¨ªa de EE UU es la gran baza de Trump
Hace 42 a?os, el presidente Carter cenaba con el Sha en Teher¨¢n y afirmaba que Ir¨¢n ¡°es una isla de estabilidad en una de las regiones m¨¢s turbulentas¡±. Un a?o despu¨¦s, Reza Pahlavi era derrocado por el ayatol¨¢ Jomeini que instauraba una rep¨²blica teocr¨¢trica isl¨¢mica que devino en una irritante china en el zapato estrat¨¦gico de EE?UU. El nuevo Ir¨¢n revolucionario asaltaba la Embajada de EE UU en Teher¨¢n secuestrando a sus ocupantes y Carter, en plena campa?a electoral, intentaba un desesperado rescate con helic¨®pteros que fracas¨®.
Acabamos de iniciar la segunda d¨¦cada del siglo XXI e Ir¨¢n, como en el cuento de Monterroso, sigue estando ah¨ª. Trump orden¨® el 3 de enero un acto de guerra, asesinando con misiles disparados desde drones al general Soleimani. Ir¨¢n se tom¨® una revancha leve lanzando cohetes contra bases utilizadas por soldados estadounidenses en Irak. Los dirigentes iran¨ªes y el presidente de EE UU intercambiaron virulentas amenazas verbales, ¨²tiles para el desfogue de sus opiniones p¨²blicas. Sorprende la contenci¨®n mutua tras el casus belli.
?A qu¨¦ se debe? Ir¨¢n es un pa¨ªs asfixiado por las severas sanciones de EE UU que le impide pr¨¢cticamente la exportaci¨®n de su petr¨®leo, arruina su econom¨ªa y ha provocado un nivel alto de ira ciudadana que amenaza la estabilidad del r¨¦gimen. Y, sobre todo, Ir¨¢n no posee armas at¨®micas. Washington no hubiera perpetrado un ataque semejante contra Corea del Norte.
El intento de contener el rearme nuclear de Ir¨¢n, a cambio del levantamiento de las sanciones occidentales, es la almendra del problema. El acuerdo de 2015, que EE UU denunci¨® en 2018 y que, malherido, se mantiene, es a¨²n el seguro que impide la cat¨¢strofe: dejar que Teher¨¢n se haga con la bomba o bombardear Ir¨¢n para impedirlo. Trump calcul¨® bien que Ir¨¢n no responder¨ªa con fuerza al desatino de la ejecuci¨®n extrajudicial de Soleimani. Y Trump achica el efecto del impeachment, a punto de iniciarse en el Senado. Frenar el expansionismo chi¨ª alentado por Ir¨¢n es importante, pero la contenci¨®n de China es la principal preocupaci¨®n geoestrat¨¦gica de EE UU y definir¨¢ el siglo XXI. Una distracci¨®n por un incendio energ¨¦tico en el Golfo no es lo m¨¢s recomendable para Washington. Esta semana est¨¢ prevista la firma de la primera fase de un acuerdo de congelaci¨®n de la guerra de aranceles entre las dos superpotencias.
Llegar a la elecci¨®n presidencial como el mejor colocado es hoy la misi¨®n principal de Trump; los caucus de Iowa abren en febrero la campa?a de las primarias donde se ha colado la pol¨ªtica exterior. Y ejercer el m¨¢ximo tacto para no provocar una crisis internacional que detenga el crecimiento de la econom¨ªa, la gran baza de Trump. De Washington a Teher¨¢n y Pek¨ªn, pasando por Iowa. El mundo no es plano.
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