Los okupas de la mansi¨®n de Boris Becker en Mallorca, desalojados
Desde hace dos a?os y medio, varias personas resid¨ªan en la casa del tenista
Una comisi¨®n judicial acompa?ada de la Polic¨ªa Nacional y la Guardia Civil desaloj¨® el martes a un grupo de okupas que, desde mediados de 2018, resid¨ªan de forma ilegal en Son Coll, la casa que fue propiedad del tenista Boris Becker, radicada en la localidad mallorquina de Art¨¢. El desalojo se produjo el martes por la ma?ana despu¨¦s de que la Guardia Civil identificara semanas atr¨¢s a varios habitantes de la villa, que ascend¨ªan a una decena.
Entre los desahuciados se encontraba una pareja, con la mujer embarazada y un ni?o menor a su cargo, que acudieron a pedir ayuda a los servicios sociales del Ayuntamiento de Art¨¢, que ha gestionado una alternativa habitacional para los tres. Los habitantes de la finca llevaban desde mediados de 2018 residiendo en el lugar y hab¨ªan acondicionado las diferentes estancias de la casa. Contaban incluso con un huerto y red wifi. La propiedad se encontraba en estado de abandono antes de la llegada de los okupas.
La propiedad cuenta con 2.900 metros cuadrados, piscina, pista de tenis, gimnasio, establos y una edificaci¨®n para el servicio y los invitados, adem¨¢s de la casa principal. En los a?os noventa el tenista la adquiri¨® por un mill¨®n de euros y acometi¨® unas importantes obras de reforma, que anticiparon los muchos problemas que vendr¨ªan despu¨¦s. Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Baleares le oblig¨® a demoler gran parte de lo construido, al constatar que las obras se hab¨ªan realizado sin permiso y salt¨¢ndose los l¨ªmites de edificaci¨®n estipulados en las licencias. Adem¨¢s, tuvo que pagar m¨¢s de medio mill¨®n de euros en multas por varias infracciones urban¨ªsticas.
La propiedad sali¨® a subasta en 2012 por el impago de los 276.000 euros que adeudaba a la empresa que dise?¨® y mantuvo los jardines. Sin embargo, un acuerdo con los denunciantes en el ¨²ltimo momento permiti¨® al tenista paralizar la venta de la propiedad, que fue tasada por el juzgado en 8,5 millones de euros. Dos a?os despu¨¦s la historia se repet¨ªa por otra deuda de medio mill¨®n de euros con la empresa que realiz¨® las reformas.
El juzgado sac¨® de nuevo la finca a subasta p¨²blica y una vez m¨¢s, un pago de ¨²ltima hora le permiti¨® conservarla. El tenista ha intentado vender Son Coll en los ¨²ltimos a?os, primero por 15 millones de euros y despu¨¦s por siete millones, pero no ha aparecido ning¨²n comprador interesado. Si la vivienda no logra comprador, nada impide que la ocupaci¨®n se repita.
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