El lector m¨¢s fiel merece un trato mejor
El peri¨®dico ha tenido errores burdos de impresi¨®n por los que ni ha pedido disculpas ni ha dado explicaciones

Los lectores de un peri¨®dico no son unos clientes al uso, sino los integrantes de una comunidad de valores compartidos. Por eso, se insiste con raz¨®n en que los diarios son de los lectores. Los que han demostrado mayor fidelidad en los ¨²ltimos 20 a?os han sido los que han continuado comprando la edici¨®n impresa en los quioscos o por suscripci¨®n pese a que el contenido es de acceso gratuito en Internet. Son ellos, sin embargo, los que han pagado algunos de los errores m¨¢s burdos de los ¨²ltimos meses y ni siquiera se les ha pedido disculpas.
El 5 de enero, las v¨ªctimas fueron lectores del norte de Espa?a. En la edici¨®n de Galicia, las p¨¢ginas 7 y 42 del peri¨®dico eran las mismas de un mes antes, del 5 de diciembre. Incre¨ªble, pero cierto. La ca¨ªda de un servidor en la planta de impresi¨®n de A Coru?a se gestion¨® mal y dio lugar a semejante traspi¨¦s.
El mismo d¨ªa, y en otras ediciones, los an¨¢lisis firmados por Xavier Vidal-Folch y Sandra Le¨®n fueron troceados de forma desordenada entre las p¨¢ginas 20, 21, 24 y 25, de forma que el texto del primero apareci¨® repetido, mientras el de la segunda qued¨® reducido solo a unos ¨²ltimos p¨¢rrafos bajo la firma de Vidal. Para colmo, la columna repetida de este se difundi¨® con titulares diferentes.
A los perjudicados ¡ªmuchos de ellos suscriptores, los m¨¢s fieles entre los fieles¡ª se les priv¨® de informaciones del d¨ªa y de la segunda parte de un excelente reportaje sobre los incendios de Australia que iba en la ¡°desaparecida¡± p¨¢gina 7. Algunos de esos lectores confiaron in¨²tilmente en que el peri¨®dico les pidiera disculpas. Fue el caso de Miguel V¨¢zquez Freire, quien me escribi¨® el d¨ªa 6: ¡°Lamentablemente, confirmo que no ha aparecido la m¨¢s m¨ªnima disculpa por el error en la edici¨®n gallega del peri¨®dico. Como si el error no hubiese existido¡±. Transmit¨ª la queja y, con cinco d¨ªas de retraso, se public¨® esta as¨¦ptica Fe de Errores: ¡°La edici¨®n distribuida en Galicia el domingo, 5 de enero, incluy¨® por una incidencia inform¨¢tica dos p¨¢ginas del peri¨®dico del 5 de diciembre de 2019¡±.
No hab¨ªa petici¨®n de disculpas, que era no solo lo que exig¨ªa el lector sino tambi¨¦n el compromiso del ¨¢rea de impresi¨®n desde el pasado oto?o, cuando les comuniqu¨¦ por correo otro grave error en la planta de Galicia: en el diario del 28 de octubre, la p¨¢gina 22 era la misma que la 8. No se public¨® ninguna explicaci¨®n.
Ese mismo octubre, el lector Julio Rodr¨ªguez de Cara me escribi¨® para decirme que estaba ¡°francamente preocupado¡± porque en dos art¨ªculos del d¨ªa de 13 de ese mes no hab¨ªa continuidad de lectura entre las columnas de un an¨¢lisis firmado por Mariana Mazzucato (p¨¢gina 15) y de una entrevista con el profesor Gabriel Zucman (p¨¢gina 47). Los finales de algunas columnas no concordaban con el inicio de las siguientes. ¡°El fallo es tan garrafal que no recuerdo haber visto nunca antes algo igual¡±, dec¨ªa Rodr¨ªguez de Cara.
Imprimir a diario 14 ediciones en 12 plantas es una tarea complicada, pero existen m¨¦todos de control para que un peri¨®dico de calidad no deteriore as¨ª su prestigio
El 15 de septiembre, el lector Vicente Mart¨ªn se quej¨® de ¡°los defectos graves de impresi¨®n¡± en ejemplares de varios d¨ªas comprados en Medina de Pomar o Quintanar de la Sierra (ambas localidades situadas en la provincia de Burgos). En esa jornada del 15 faltaban las cuatro ¨²ltimas frases de una entrevista con el profesor Andreu Navarra (p¨¢gina 28). El 13 de julio faltaban letras o palabras en todas las l¨ªneas de alg¨²n texto. Lo mismo pas¨® en la p¨¢gina 45 el d¨ªa 28 de ese mes. Comuniqu¨¦ cada fallo a los responsables de impresi¨®n. ¡°He esperado en vano alguna llamada de la empresa para dar la cara¡±, dec¨ªa Vicente Mart¨ªn. El 9 de agosto, en la edici¨®n de Valencia, se public¨® en la secci¨®n de Sociedad una informaci¨®n a cinco columnas bajo el t¨ªtulo Cambiar la alimentaci¨®n para sobrevivir, pero sin texto alguno que lo acompa?ara. Las columnas del cuerpo informativo estaban en blanco.
Imprimir a diario 14 ediciones en 12 plantas es una tarea complicada, sin duda, pero existen m¨¦todos de control para que un peri¨®dico de calidad no deteriore as¨ª su prestigio. El trabajo se ha complicado desde que EL PA?S dej¨® de tener su propia imprenta junto a la redacci¨®n central, pero por eso tambi¨¦n se han modificado m¨¦todos de supervisi¨®n para evitar semejantes disparates. Est¨¢ claro que no es suficiente. El equipo de impresi¨®n promete revisar in situ los procedimientos en las plantas donde se han producido m¨¢s desatinos.
Otro lector, Jos¨¦ Ram¨®n Mu?oz Aguilar, me escribi¨® el d¨ªa 5 para quejarse de que no le solucionaban un litigio sobre su suscripci¨®n. Tambi¨¦n lamentaba que el servicio de ¡°Atenci¨®n al Suscriptor¡± le hubiera remitido un mensaje ¡ªenvi¨® copia¡ª que inclu¨ªa cuatro faltas y erratas en dos p¨¢rrafos.
Es otra prueba de que el peri¨®dico debe cuidar mejor a sus lectores m¨¢s fieles. Es lo que advierte Julio Rodr¨ªguez de Cara: ¡°Cuidemos la edici¨®n de papel mientras haya lectores de la edici¨®n impresa¡±. Esperamos que sea por mucho tiempo pese a las profec¨ªas de esos gur¨²s que llevan d¨¦cadas equivoc¨¢ndose en sus negras predicciones.
Correo electr¨®nico: defensor@elpais.es
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