La monarqu¨ªa de Luxemburgo tiembla por la publicaci¨®n del informe Waringo
Un an¨¢lisis de la Casa Real encargado por el Gobierno retrata el car¨¢cter autoritario de la gran duquesa
La mayor parte de su contenido es todav¨ªa un misterio, pero la inminente publicaci¨®n de un informe sobre el funcionamiento de la monarqu¨ªa luxemburguesa ha situado a la instituci¨®n en el ojo del hurac¨¢n. El texto fue encargado este verano por el primer ministro, Xavier Bettel, a Jeannot Waringo exdirector de la Inspecci¨®n General de Finanzas, ahora jubilado. Desde el despacho que le han habilitado en Palacio, al que acude a diario, el anta?o alto funcionario lleva m¨¢s de medio a?o redactando una completa radiograf¨ªa del modo en que los grandes duques, Enrique y Mar¨ªa Teresa, gastan su asignaci¨®n de 11 millones de euros anuales y se relacionan con el personal a su cargo. Y todo indica que no saldr¨¢n bien parados.
El semanario luxemburgu¨¦s The L?tzebuerger Land ha adelantado que el documento sumir¨¢ a la Casa Real en una grave crisis con potencial para culminar incluso en la abdicaci¨®n del gran duque Enrique. El autor del art¨ªculo, Pol Schock, se?ala a este diario que en el epicentro del terremoto que parece avecinarse est¨¢n las formas autoritarias de la gran duquesa Mar¨ªa Teresa Mestre, a la que nadie en su entorno se atreve a contradecir. "Ella toma las decisiones y Enrique dice que s¨ª a todo", explica Schock.
Pero la cuesti¨®n va m¨¢s all¨¢ de qui¨¦n ostenta el poder real en la Corte. El incontrolable temperamento de Mestre, nacida en Cuba y parte de una familia rica exiliada del r¨¦gimen castrista, ha provocado la renuncia de 30 empleados en el ¨²ltimo lustro, un tercio del personal. Su salida ha obligado a rascarse el bolsillo a la monarqu¨ªa. Hartos de los malos modos de la gran duquesa, han proliferado las amenazas de antiguos trabajadores de hacer p¨²blico el ca¨®tico funcionamiento de la instituci¨®n, siempre pendientes de las ocurrencias de Mestre, y donde lo p¨²blico y lo privado confluyen sin saber bien donde termina cada uno. Hasta ahora, como sucedi¨® en el caso de la criada que amenaz¨® en 2015 con publicar un libro sobre su experiencia en la Corte, un cheque ha bastado para comprar el silencio.
Con Waringo esa t¨¢ctica no parece que vaya a dar resultado. El primer ministro luxemburgu¨¦s, alertado de la amplia rotaci¨®n del personal de la Corte, ha decidido dotar al inspector de tiempo y autonom¨ªa para realizar una completa auditor¨ªa. La idea era que estuviera finalizada antes de terminar el a?o, pero ha requerido de m¨¢s tiempo y ahora todo apunta a que ser¨¢ en febrero cuando el informe est¨¦ listo. Seg¨²n explica el periodista Schock, el anterior jefe de Gobierno, Jean-Claude Juncker, permit¨ªa a la gran duquesa llamarle a diario para influir en asuntos de estado. Con Bettel trat¨® de replicar el mismo comportamiento, pero este no lo consinti¨®. "Mar¨ªa Teresa quiere ser pol¨ªtica, y no ha aceptado ese rechazo, lo que ha provocado un gran conflicto", relata Schock por v¨ªa telef¨®nica.
"Mestre hace una gran labor caritativa, pero utiliza prerrogativas que no le pertenecen", coincide el historiador Henri Wehenkel, autor de varios libros sobre la familia. "Waringo es un hombre muy serio, con reputaci¨®n de honesto, por lo que no es sospechoso de sectarismo", a?ade sobre el autor del informe.
El primer ministro Bettel se ha atrevido a indagar en el funcionamiento de una instituci¨®n que hasta hace no mucho se beneficiaba de un trato de favor por parte de los medios de comunicaci¨®n luxemburgueses, que elud¨ªan informar sobre cuestiones espinosas que pudieran afectar a la monarqu¨ªa. Ese periodo de gracia, heredado de la inmensa popularidad de la Casa Real ¡ªrespaldada por un 80% de la ciudadan¨ªa en el refer¨¦ndum de 1919, y reforzada por su rechazo a Hitler en la Segunda Guerra Mundial¡ª parece haber llegado a su fin.
La crisis que puede desencadenar las revelaciones del informe Waringo abre la puerta incluso a una r¨¢pida sucesi¨®n en el trono. "No estoy seguro de que el gran duque abdique, pero puede ser una forma de acallar las cr¨ªticas. El pr¨ªncipe heredero ha sido padre recientemente y ser¨ªa una opci¨®n para garantizar la continuidad de la instituci¨®n", especula Schock.
El apego de los luxemburgueses hacia el gran duque Enrique contrasta con su desconfianza hacia Mestre, que puede verse multiplicada tras la publicaci¨®n del informe. La gran duquesa tampoco transmite la impresi¨®n de llevar una v¨ªda id¨ªlica. En octubre, en declaraciones a la revista Paris Match, fantaseaba con una vida m¨¢s libre y relajada, lejos de su actual posici¨®n. "Desde fuera todo es bonito, solo se ve la alfombra roja, pero no es tan simple".
La Casa Real ha evitado pronunciarse por ahora sobre el asunto, pero es de suponer que reaccionar¨¢ una vez el trabajo del antiguo inspector de finanzas, y con ¨¦l muchos de sus secretos, est¨¦ sobre la mesa del primer ministro. "Hay algo de electricidad en el aire. Creo que la mayor¨ªa de luxemburgueses apoya la monarqu¨ªa, pero su futuro puede depender del informe Waringo", resume Schock.
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