El placer inteligente
Ni un solo d¨ªa desde su inauguraci¨®n el teatro de La Abad¨ªa ha dejado de cumplir el lema con el que se present¨® en sociedad
El teatro espa?ol contempor¨¢neo no se puede entender sin el Teatro de La Abad¨ªa y, por extensi¨®n, sin su fundador, el actor y director Jos¨¦ Luis G¨®mez. No solo porque su bello escenario, construido sobre la antigua iglesia de la Sagrada Familia de Madrid, ha acogido el estreno de algunos de los espect¨¢culos m¨¢s emblem¨¢ticos del ¨²ltimo cuarto de siglo, sino porque sobre esas tablas se han formado y curtido muchos de los grandes nombres que ahora triunfan en los escenarios del pa¨ªs. Int¨¦rpretes como Carmen Machi, Israel Elejalde, Ernesto Arias, Elisabet Gelabert, Lola Due?as o Pedro Casablanc y directores como Miguel del Arco, ?lex Rigola, Andr¨¦s Lima, Alfredo Sanzol o Ana Zamora. Etc¨¦tera.
Muchas de estas figuras participan estos d¨ªas en las celebraciones del 25? aniversario de la que todav¨ªa (y por siempre) consideran su casa. Empezaron anoche con un recital en homenaje y agradecimiento a G¨®mez, que justo hace un a?o cedi¨® las riendas de la instituci¨®n precisamente a esa nueva generaci¨®n a la que ¨¦l ayud¨® a crecer, aunque no se fue ni nunca se ir¨¢ del todo: los principios sobre los que edific¨® La Abad¨ªa siguen vigentes. Fue ¨¦l quien concibi¨® el proyecto desde su origen, adoptando la tradici¨®n de los mejores teatros de arte del mundo, que hab¨ªa absorbido en sus a?os de aprendizaje y trabajo en Francia, Alemania, Polonia y Estados Unidos. Un modelo con tres patas fundamentales: la formaci¨®n constante, el rigor art¨ªstico y la diversificaci¨®n del repertorio.
La irrupci¨®n de La Abad¨ªa en 1995 en una escena madrile?a que a¨²n estaba desperez¨¢ndose tras tantos a?os de censura y aislamiento de las tendencias internacionales, supuso una revelaci¨®n tanto para los profesionales como para el p¨²blico: la constataci¨®n de que otra forma de hacer teatro era posible. Un teatro exigente, con la excelencia siempre como meta, pero tambi¨¦n capaz de conectar con los espectadores de cada momento. Ni un solo d¨ªa desde su inauguraci¨®n ha dejado de cumplir el lema con el que se present¨® en sociedad: ¡°El placer inteligente¡±.
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