?En qu¨¦ se parece la nieve a la corrupci¨®n?
Es revelador que en espa?ol no exista una palabra equivalente a 'accountability', que en ingl¨¦s significa asumir la responsabilidad por lo que uno ha hecho

En los pa¨ªses donde abunda la nieve tambi¨¦n abundan las palabras para referirse a ella. Y lo mismo pasa con la corrupci¨®n. All¨ª donde hay mucha corrupci¨®n tambi¨¦n hay muchas maneras de llamarla.
En el lenguaje sami, hablado en Noruega, Suecia y Finlandia, hay m¨¢s de 300 palabras relacionadas con la nieve. En Am¨¦rica Latina y en pa¨ªses como Italia, Grecia, Nigeria o la India hay centenares de palabras que se usan para hablar de corrupci¨®n. Coima, mordida, moches, ?eme-?eme, guiso, mermelada o cohecho son algunos ejemplos para referirse a la corrupci¨®n en distintos pa¨ªses de habla hispana. Pero tan interesantes como las palabras que sobran son las que nos faltan. En espa?ol, por ejemplo, no tenemos una palabra equivalente a whistleblower. En ingl¨¦s este t¨¦rmino (literalmente: el o la que toca el pito de alarma) se refiere a una persona que denuncia una actividad ilegal o conductas no ¨¦ticas.
Un famoso whistleblower, por ejemplo, fue Jeffrey Wigand. Este alto ejecutivo de una compa?¨ªa estadounidense de cigarrillos decidi¨® denunciar, en un muy visto programa de televisi¨®n, que la empresa donde trabajaba adulteraba el tabaco con amoniaco para aumentar el efecto adictivo de la nicotina. Naturalmente, su denuncia tuvo inmensas repercusiones que, entre otras cosas, forzaron al Gobierno a aumentar los controles y la regulaci¨®n de la industria tabacalera. Wigand tambi¨¦n revel¨® que, a ra¨ªz de su denuncia, recibi¨® amenazas.
Por eso, en varios pa¨ªses, ahora hay leyes que protegen a quienes se atreven a exponer conductas il¨ªcitas o indebidas en empresas privadas y en organismos gubernamentales. Tambi¨¦n hay premios y reconocimientos para quienes hacen p¨²blicas las malas conductas de empresas y gobiernos. En EE UU hasta existe el Centro Nacional de Whistleblowers, una ONG que da asistencia legal, protecci¨®n y apoyo a quienes revelan actos de corrupci¨®n.
En espa?ol no existe esa palabra. Es muy revelador que las palabras equivalentes a whistleblower en espa?ol, como sopl¨®n, delator, chivato, sapo o rata, son despectivas. Otra palabra que no tenemos en espa?ol pero que es muy usada en ingl¨¦s es accountability, que significa hacerse responsable de las decisiones que uno toma.
Lo m¨¢s parecido en espa?ol es ¡°rendici¨®n de cuentas¡±, que, m¨¢s bien, se refiere a la informaci¨®n que funcionarios u organizaciones gubernamentales est¨¢n obligados a hacer p¨²blica, dando as¨ª cuenta de sus actuaciones. Pero no es lo mismo: en Am¨¦rica Latina y Espa?a la rendici¨®n de cuentas es m¨¢s un hecho burocr¨¢tico y contable que el acto pol¨ªtico o moral de aceptar la responsabilidad por lo que se ha hecho. Adem¨¢s, nos sobran situaciones donde los gobiernos no sienten mayor necesidad de ¡°rendir cuentas¡± con honestidad a sus ciudadanos. La opacidad, la obstrucci¨®n, el disimulo o la mentira suelen ser la norma.
En principio, se espera que los reg¨ªmenes pol¨ªticos en los cuales l¨ªderes y funcionarios se hacen responsables de sus actos de manera p¨²blica y transparente tengan una mejor gobernabilidad. Esta ¨²ltima es otra palabra que nos hab¨ªa faltado y que la RAE solo incluy¨® en su diccionario en los a?os noventa. Seg¨²n este diccionario, gobernabilidad es la ¡°cualidad de gobernable¡± y la palabra gobernanza se refiere al ¡°arte o manera de gobernar¡±.
La d¨¦bil gobernabilidad y la mala gobernanza son plagas que azotan a muchos pa¨ªses. Con frecuencia, esto se debe al continuismo de quienes ostentan el poder. Seg¨²n la RAE, continuismo es una ¡°situaci¨®n en la que el poder de un pol¨ªtico, un r¨¦gimen, un sistema etc., se prolonga sin indicios de cambio o renovaci¨®n¡±. La palabra continuismo suele usarse en el debate pol¨ªtico iberoamericano para denunciar la propensi¨®n de los l¨ªderes a tratar de seguir en el poder alterando reglas y leyes y hasta cambiando la constituci¨®n. ?C¨®mo se dice ¡°continuismo¡± en ingl¨¦s? No se dice. No hay una palabra que le corresponda directamente. Muy revelador, ?no?
Necesitamos m¨¢s que nunca una cultura propia del accountability, donde honremos a los whistleblowers cuyas denuncias contribuyen a mejorar nuestra governance y a hacerle cortocircuito al continuismo.
Lo grave es que esta discusi¨®n ni siquiera podemos tenerla sin usar m¨²ltiples (y horribles) anglicismos. Es hora de comenzar a ampliar nuestro propio diccionario de palabras que se refieren a la decencia y a la honestidad.
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