El oro y lo que reluce
El adelanto electoral pone al PNV a resguardo de las incertidumbres de la pol¨ªtica espa?ola
Estaba cantado que el lehendakari I?igo Urkullu iba a adelantar las elecciones vascas previstas para octubre al 5 de abril, el domingo anterior a la Semana Santa. Urkullu tem¨ªa que si las elecciones vascas no se adelantaban a abril pod¨ªan coincidir con las catalanas desde el momento en que el presidente Quim Torra anunci¨® a fines de enero que las convocar¨ªa una vez aprobados sus Presupuestos. Esa fecha pod¨ªa ser posterior y como Urkullu no ha conseguido garant¨ªas de Quim Torra ha decidido apostar sobre seguro y adelantarse.
Si algo quer¨ªan evitar Urkullu y su Partido Nacionalista Vasco (PNV) era la coincidencia electoral catalana y vasca. No solo porque unas elecciones simult¨¢neas tapar¨ªan claramente las vascas. Sobre todo porque el debate electoral catal¨¢n, centrado en la rivalidad soberanista entre PDeCAT y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), estaba llamado a contaminar el vasco. Ante el fragor electoral soberanista de Catalu?a, Bildu tendr¨ªa en bandeja marcar la agenda electoral vasca rivalizando con el PNV sobre su mayor o menor soberanismo.
El debate soberanista con Bildu incomoda hoy al PNV. Desde que Urkullu sucedi¨® a Patxi L¨®pez a finales de 2012, una vez finalizado el terrorismo etarra, prosigui¨® con la pauta marcada por el lehendakari socialista de poner como prioridad los retos socioecon¨®micos sobre la agenda identitaria (lo contrario de lo que ha sucedido en Catalu?a). As¨ª, aunque comprometido con la renovaci¨®n del Estatuto de Gernika, pendiente desde 1979, el PNV ha preferido enfriarlo hasta encontrar el consenso entre nacionalistas y no nacionalistas. Un debate sobre su compromiso soberanista con Bildu le alejar¨ªa de una centralidad que el PNV ha conseguido recuperar, tras perderla en la etapa de Juan Jos¨¦ Ibarretxe (1998-2009), y le ha permitido alcanzar una sobresaliente presencia institucional. E incluso desempe?ar un papel capital en la pol¨ªtica espa?ola.
Adem¨¢s ¡ªy no es asunto menor¡ª las encuestas muestran subidas del PNV. De esta manera, el resultado del PNV sumado a un Partido Socialista de Euskadi (PSE) tambi¨¦n al alza podr¨ªa otorgar a la coalici¨®n de Gobierno una mayor¨ªa absoluta de la que ha carecido durante esta legislatura.
Es cierto que la estabilidad de la pol¨ªtica vasca es envidiable comparada con la catalana o con las incertidumbres en las que est¨¢ sumida la espa?ola. Pero no es oro todo lo que reluce: la coalici¨®n PNV-PSE ha carecido de mayor¨ªa absoluta, algo que le ha acarreado una precaria actividad pol¨ªtica y legislativa, aunque ha salvado los Presupuestos con el apoyo final de Unidas Podemos.
Prolongar esta situaci¨®n hasta octubre, cuando ya los sindicatos ELA y LAB hab¨ªan prometido una ¡°primavera caliente¡± y la oposici¨®n amenazaba con bloquear los 28 proyectos legislativos pendientes, era una agon¨ªa innecesaria para el lehendakari Urkullu.
El adelanto pone al PNV a resguardo de las incertidumbres de la pol¨ªtica espa?ola, cuya gobernabilidad est¨¢ ¨ªntimamente relacionada con la extrema volatilidad de la situaci¨®n catalana. Pero las incertidumbres son a¨²n mayores en la derecha, al menos en Euskadi, pues no est¨¢ claro a¨²n si el Partido Popular nacional respaldar¨¢ a Alfonso Alonso, representante del centroderecha foral, o a un candidato del nacionalismo radical espa?ol.
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