Los pelmazos del coronavirus
Desde los or¨ªgenes de la crisis, las redes sociales han hervido bajo el plomo fundente de la mentira y la intoxicaci¨®n

Mientras el Mobile de Barcelona, el mayor congreso tecnol¨®gico de Europa, se ha cancelado por lo que empez¨® siendo un goteo de empresas que se rajaban una a una y ya podemos calificar como una deserci¨®n masiva de los principales actores, parece un buen momento para preguntarse: ?qu¨¦ parte de ello se debe a una prevenci¨®n racional contra la propagaci¨®n del coronavirus Covid-19 y qu¨¦ parte a la intoxicaci¨®n de las redes sociales por los mentirosos compulsivos, los agentes interesados en empeorar las cosas y otros pelmazos de dif¨ªcil adscripci¨®n?
La pregunta tiene inter¨¦s econ¨®mico. Barcelona se expone a perder 500 millones de euros y 14.000 empleos temporales. Al haber cancelado el Mobile, los organizadores tendr¨¢n que dejarse una pasta en indemnizaciones a las empresas. Las aseguradoras no cubrir¨¢n las p¨¦rdidas mientras no se declare en Espa?a una alerta sanitaria. Un planazo.
Desde los or¨ªgenes de la crisis, a finales del a?o pasado, las redes sociales han hervido bajo el plomo fundente de la mentira y la intoxicaci¨®n. Ya existe una vacuna contra el Covid-19, pero se mantiene en secreto. Los chinos que comen murci¨¦lagos son el foco de la epidemia. La Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates financi¨® la creaci¨®n del virus, que por otra parte es producto de un programa de armas biol¨®gicas y puede curarse bebiendo lej¨ªa. Tonter¨ªas, ?no? Pero ?saben ustedes la velocidad a la que se propagan las tonter¨ªas? Tenemos evidencia emp¨ªrica de que es mucho mayor que la que exhibe la informaci¨®n veraz. Lo que nadie sabe es qu¨¦ hacer al respecto.
En el caso del coronavirus, es dif¨ªcil imaginar a qu¨¦ clase de inter¨¦s retorcido pueden obedecer esos mensajes. Pero si ampliamos el foco a otras desinformaciones podemos hacernos una idea m¨¢s n¨ªtida. Si alguien enlodaza las redes sociales refutando que los combustibles f¨®siles tengan relaci¨®n con el cambio clim¨¢tico, o negando que los coches di¨¦sel agraven la contaminaci¨®n, podemos estar bastante seguros de cu¨¢l es la fuente. Las consultor¨ªas especializadas en defender lo indefendible ¡ªtabaco, sustancias t¨®xicas, petr¨®leo, desechos da?inos¡ª proliferan como setas desde hace 20 a?os. Utilizan cient¨ªficos mercenarios, papers ama?ados, abogados de colmillo retorcido y cualquier otro medio al servicio de sus clientes. El epidemi¨®logo David Michaels acaba de publicar en ingl¨¦s El triunfo de la duda: dinero oscuro y la ciencia del enga?o, donde documenta estas pr¨¢cticas de desinformaci¨®n masiva, a menudo, de primera mano (fue administrador de la agencia de salud p¨²blica con Barack Obama).
El triunfo de la duda. En 1969, un alto ejecutivo de British American Tobacco invent¨® esa estrategia al escribir: ¡°La duda es nuestro producto, puesto que es la mejor manera de competir con el cuerpo de los hechos que existe en la mente del p¨²blico¡±. Competir con el cuerpo de los hechos. Esa es la profesi¨®n de los consultores sin alma que anegan las redes con sus lixiviados virulentos. Niega la verdad, propaga la mentira, siembra la duda y vencer¨¢s.
La organizaci¨®n del Mobile intent¨® ayer mantener la cita. No hab¨ªa razones para declarar una alerta sanitaria en Espa?a, y en las condiciones de seguridad que imperan en la reuni¨®n la probabilidad de contagio era remota. Las empresas han ca¨ªdo v¨ªctimas del triunfo de la duda. Me pregunto a qui¨¦n beneficiar¨¢ eso.
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