Despu¨¦s de la felicidad
No se sabe qu¨¦ es m¨¢s burgu¨¦s, si el amor al lujo o que una ma?ana sin trabajar te resulte insoportable
Un d¨ªa, Richard Wagner, entre sedas y terciopelos, le escribi¨® a un amigo: ¡°Desde hace tiempo, vuelvo a tener la man¨ªa del lujo: por la ma?ana, rodeado de esos fastos, me pongo a trabajar. Una ma?ana sin trabajar es un d¨ªa en el infierno¡±. Concluye Thomas Mann: ¡°No se sabe qu¨¦ es m¨¢s burgu¨¦s, si el amor al lujo o que una ma?ana sin trabajar te resulte tan insoportable¡±. La correspondencia se incluye en el ensayo sobre Wagner que escribi¨® Thomas Mann, Sufrimientos y grandeza de Richard Wagner (Endebate, 2013), un libro que le dio a Mann terribles dolores de cabeza por sus apasionados juicios sobre alguien a quien admiraba, Wagner.
Al contrario que Jep Gambardella (La grande bellezza, 2013) y su famosa frase, esa de que ¡°el descubrimiento m¨¢s consistente que he hecho tras cumplir 65 a?os es que no puedo perder tiempo en hacer cosas que no quiero hacer¡±, siempre he pensado que es la juventud la que m¨¢s se aproxima a ese privilegio. Y es la edad, y los compromisos que uno va adquiriendo con ella, la que no s¨®lo te obliga a perder el tiempo en hacer cosas que no quieres hacer, sino en no considerarlo de ning¨²n modo una p¨¦rdida de tiempo; siempre habr¨¢ alguien que lo est¨¦ ganando por ti. Ese lujo tan sofisticado de Wagner que implica viajar al infierno si no trabaja es un lujo antigambardelliano, una felicidad profundamente burguesa; el lujo de la juventud, sin embargo, es el lujo de poder hacer s¨®lo lo que uno quiere sin pensar en lo que habr¨¢ despu¨¦s de la felicidad.
En Rewind (Anagrama, 2020), Juan Tall¨®n se hace esa pregunta: qu¨¦ hay despu¨¦s de la felicidad. La respuesta es inc¨®moda porque a pesar de que el libro aparenta tener al principio un puntilloso sentido period¨ªstico se convierte, a las pocas p¨¢ginas, en un ejercicio literario impactante, la literatura que uno olvida que lo es. Y sin embargo no es un libro triste, sino un libro vivo. Curioso porque la premisa es el instante de felicidad supremo, un viernes de mayo de estudiantes en un piso compartido de Lyon; ni siquiera la fiesta, sino la v¨ªspera de la fiesta. El momento exacto en el que uno cree ser inmortal; esa noche y esa edad, los 20 a?os, en los que uno no piensa en el ma?ana porque no cree que exista. Hasta que un bombazo destruye el edificio y los familiares y amigos de los muertos, como los soldados del Ej¨¦rcito de la Noche, empiezan a hacerse pedacitos a miles de kil¨®metros de distancia. Qu¨¦ hay despu¨¦s de eso, cuando a¨²n hay vida pero ya no hay felicidad.
Dice Gambardella en un momento de su heroico presente que la nostalgia es la ¨²nica distracci¨®n posible para quien no cree en el futuro. De lo que supone la nostalgia para quien cree en el futuro, pero no lo tiene, no dice nada. Lo plantea la hermana de Luca, una de las v¨ªctimas del atentado que ocurre en Rewind: ¡°Yo ten¨ªa desde 2008 la sensaci¨®n de estar viviendo el mejor momento de mi carrera. Todos los d¨ªas eran el d¨ªa perfecto. Me ocurr¨ªan siempre cosas buenas, hasta el punto de que a veces me asustaba. ?En qu¨¦ momento la vida compensar¨ªa el exceso de felicidad?, me preguntaba¡±. No hay preguntas impertinentes, hay respuestas impertinentes.
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