Presi¨®n sobre el 5G
Washington busca el boicot a Huawei, pero Europa no quiere vetos y defiende la vigilancia estricta sobre el suministrador
A pesar de que las autoridades europeas ya han definido una estrategia sobre la tecnolog¨ªa 5G, consistente en dictar criterios de seguridad y control sobre las empresas suministradoras a los pa¨ªses miembros, Estados Unidos sigue ejerciendo una presi¨®n al l¨ªmite sobre los pa¨ªses europeos para que veten la participaci¨®n de la compa?¨ªa china Huawei en el desarrollo tecnol¨®gico continental. Para Washington, no es suficiente el modelo establecido por las autoridades europeas de que sean los Estados quienes denuncien las amenazas de seguridad; reclama una prohibici¨®n total de la tecnolog¨ªa china y aduce, como instrumento de coacci¨®n, que la OTAN puede verse comprometida si Huawei participa en la red tecnol¨®gica m¨¢s avanzada que controla los puntos neur¨¢lgicos de la econom¨ªa, la seguridad y hasta la sanidad en la UE. El 5G ya es una nueva brecha en la confianza transatl¨¢ntica.
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Bruselas y los Gobiernos europeos est¨¢n advertidos de los riesgos que supone entregar el suministro del 5G a empresas chinas; por eso exigen m¨²ltiples cautelas y un seguimiento sistem¨¢tico de los operadores. El problema es m¨¢s complejo que el simple ejercicio binario de aceptar o rechazar una tecnolog¨ªa servida por grupos empresariales de un pa¨ªs que mantiene rasgos dictatoriales. El retraso tecnol¨®gico europeo con respecto a Estados Unidos y China es preocupante en estos momentos; si Europa renunciara radicalmente a Huawei estar¨ªa aumentando todav¨ªa m¨¢s su retraso tecnol¨®gico, y Estados Unidos tampoco ofrece una soluci¨®n que tenga el mismo grado de inmediatez que el servido por Huawei.
Por tales razones, Europa no puede sumarse al veto que han propuesto Mike Pompeo o Mark Esper en la conferencia de seguridad europea. La presi¨®n excesiva, el recurso permanente a la amenaza de que se quiebre la seguridad europea, no est¨¢ surtiendo efecto hasta el momento, porque pa¨ªses como el Reino Unido ya han aceptado (con condiciones) la entrada del 5G chino y otros como Francia o Alemania rechazan la pol¨ªtica de veto. La soluci¨®n ¨®ptima ser¨ªa que Europa contara con su propia tecnolog¨ªa. Pero esa pretensi¨®n, hoy por hoy, es solo una frase. En momentos de debilidad presupuestaria, con el Reino Unido fuera de la UE y una flexibilidad escasa para ampliar la inversi¨®n y el gasto social, no es cre¨ªble que pueda desarrollarse una tecnolog¨ªa 5G europea. Ser¨ªa posible que Estados Unidos colaborara con Bruselas, Par¨ªs y Berl¨ªn en el desarrollo de una tecnolog¨ªa aut¨®ctona. Pero esa hip¨®tesis equivaldr¨ªa, de entrada, a aceptar un nuevo retraso de la Uni¨®n. Adem¨¢s, las protestas de colaboraci¨®n estadounidense, gen¨¦ricas y lanzadas de pasada, no son cre¨ªbles. Trump no pretende ayudar al nacimiento de una tecnolog¨ªa europea, sino reclutar tropas para ganar la batalla tecnol¨®gica global a China.
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