Qui¨¦n gana con el bloqueo
No parece demasiado aventurado afirmar que la par¨¢lisis favorece a las opciones que rentabilizan el descontento y la decepci¨®n
La legislatura ha comenzado bajo el signo del bloqueo, entendiendo por tal la incapacidad para articular mayor¨ªas que consigan acordar las grandes reformas pendientes. Desde cuestiones institucionales como la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial hasta debates que permitan superar las fracturas territoriales, pasando por la actualizaci¨®n del modelo econ¨®mico, aquello que supone poner luces largas parece estar abocado a la par¨¢lisis.
Sin embargo, no todo responde a esta l¨®gica. Para entender la situaci¨®n conviene delimitar bien el per¨ªmetro del bloqueo, ya que no est¨¢ operando en aquellos asuntos en los que hay acuerdo social, como la subida del SMI acordada por sindicatos y empresarios, o en los que existe un claro clamor popular aunque solo sea por el n¨²mero de beneficiarios, como el incremento del sueldo a los funcionarios y las pensiones. El bloqueo, de momento, se refiere a los asuntos que no son percibidos por la ciudadan¨ªa como algo que afecta de forma directa a sus vidas, lo cual no le quita gravedad, pero ayuda a entender mejor su naturaleza.
Suponiendo que esta par¨¢lisis se asentara a lo largo de la legislatura, ?a qui¨¦n beneficiar¨ªa m¨¢s? Disponemos ya de datos para dar la respuesta. Para empezar, es evidente que el bloqueo lleva irremediablemente a constatar la incapacidad de la pol¨ªtica, arte que por su naturaleza tiene como fin ¨²ltimo ser ¨²til a la sociedad. Es, por tanto, una especie de impugnaci¨®n a su propia raz¨®n de ser, un tiro en los pies de la pol¨ªtica y de quienes nos representan.
Esto ahonda en la idea de la insatisfacci¨®n con la democracia que reflejan tanto estudios internacionales, como espec¨ªficamente aqu¨ª, en Espa?a, investigaciones sociol¨®gicas y las propias series hist¨®ricas del CIS, cuyos datos nos dicen que, si bien la confianza en la democracia ha mejorado algo respecto a su peor momento en 2012, todav¨ªa no alcanza los niveles previos a la crisis. El descontento va m¨¢s all¨¢ de lo econ¨®mico.
Si se mira qui¨¦nes son los m¨¢s desafectos y pesimistas en su valoraci¨®n tanto del presente como del futuro de la pol¨ªtica, los datos son elocuentes. Son las personas que eligen votar por opciones de ultraderecha las que muestran mayor decepci¨®n. Frustraci¨®n que en la ¨²ltima campa?a electoral, adem¨¢s, se vi¨® agravada por la bronca en Catalu?a tras la sentencia del proc¨¦s, por la percepci¨®n del empeoramiento de la situaci¨®n econ¨®mica y por la falta de acuerdo entre los partidos conservadores, lo que hizo que aproximadamente medio mill¨®n de votantes de Ciudadanos cambiaran su voto y optaran por la papeleta radical.
Vistos los datos, no parece demasiado aventurado afirmar que el bloqueo favorece a aquellas opciones que rentabilizan el descontento y la decepci¨®n, que en el ¨¢mbito conservador, es principalmente la ultraderecha. Las personas entrevistadas en el reportaje de El Pa¨ªs Semanal del pasado domingo lo cuentan de viva voz. Para quien quiera escuchar, claro.
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