Versace celebra el exceso sin remordimientos
La firma impacta al fusionar Sicilia y la Rusia sovi¨¦tica en una conservadora Semana de la Moda de Mil¨¢n
?Qu¨¦ es lo que se espera de una colecci¨®n y un desfile de moda? Las expectativas, como la industria misma, han ido variando a lo largo de los ¨²ltimos a?os. Vender, aunque pudiera parecer obvio, no es siempre la primera opci¨®n. Existen otras: generar ruido y contenido en las redes sociales. Demostrar ¡ªcon una gran escenograf¨ªa y una selecci¨®n de grandes modelos¡ª la grandeur de la marca. Reforzar su imagen de exclusividad para impulsar otras l¨ªneas de negocio ¡ªcomo la cosm¨¦tica¡ª. Y sorprender. Entretener.
A juzgar por lo visto hasta ahora en la Semana de la Moda de Mil¨¢n, ninguno de estos dos ¨²ltimos objetivos est¨¢n entre los prioritarios para las firmas que han mostrado sus colecciones para el pr¨®ximo oto?o-invierno. Con la salvedad de los desfiles de Gucci y Versace, que no dej¨® a nadie indiferente con su oda al exceso sovi¨¦tico-siciliano. Tambi¨¦n Marni fue una excepci¨®n, aunque por razones opuestas a las anteriores. La firma dirigida por Francesco Risso present¨® una colecci¨®n supuestamente inspirada en el arte abstracto, llena de brochazos y patchwork hecho girones, donde lo ¨²nico interesante eran los abrigos de alfombra cortada al bies.
De Etro y sus magn¨ªficos tejidos artesanales, a Tod's y su exquisito trabajo de la piel, pasando por Armani y su defensa de la sastrer¨ªa de corte oriental. Todos parecen de acuerdo en el mismo lema profesional: hagamos lo que mejor sabemos hacer. El problema es que las cosas bien hechas importan, pero no siempre emocionan. Y al final, la raz¨®n ¨²ltima de este inmenso y car¨ªsimo circo de la moda es generar deseo: deseo de compra, de pertenencia, de posesi¨®n.
Las f¨®rmulas para desencadenarlo son tantas como firmas. Toda la pared que recorr¨ªa la pasarela de Versace era una enorme pantalla que proyectaba miles de Donatellas Versace y otros s¨ªmbolos de la casa italiana, como la Medusa. Frente a ella, desfilaba lo que la dise?adora italiana interpreta como industrial: botas con tac¨®n de 12 cent¨ªmetros, puntera de goma y suela dentada; ch¨¢ndales de enormes cuellos y cremalleras sobredimensionadas; abrigos de corte militar acompa?ados por gorros rusos de astrac¨¢n: la URSS de 1979 vista desde la Sicilia de 1987. El KGB y el italodisco. Un cruce de culturas y est¨¦ticas que solo puede devenir en pantalones de rayas de distintas pieles ex¨®ticas, mocasines blancos y logos, muchos logos. Tambi¨¦n en una estricta e interesante sastrer¨ªa negra. El exceso sin remordimientos y sin disimulos.
En el extremo opuesto del arco creativo, Emporio Armani present¨® su colecci¨®n con un juego de siamesas: las modelos sal¨ªan a la pasarela de dos en dos con estilismos crom¨¢ticamente complementarios; unas propuestas a trav¨¦s de las que el dise?ador iba declinando los c¨®digos eternos de la marca: pantalones anchos de terciopelo con tops decorados con rosetones de gasa; minivestidos de lentejuelas combinados con toreras de mohair; vestidos capa rematadas en volantes. Todos, con zapatos bajos. Mientras, unas enormes pantallas lanzaban un mensaje: ¡°Digo s¨ª al reciclaje¡±.
Esta temporada, en Tod's, el protagonismo del trabajo en piel ¡ªse?a de identidad de la firma italiana¡ª fue mucho menor que en colecciones anteriores. Bajo una apariencia de sencillez y clasicismo se escond¨ªan discretos gui?os urbanos, que recordaban al espectador (y al comprador) que est¨¢ en 2020 y no en 2002: abrigos edred¨®n, americanas que se ci?en en la espalda con gomas el¨¢sticas, faldas plisadas que se apoyan sobre la parte m¨¢s baja de la cadera y pantalones de cuadros pr¨ªncipe de gales combinados con corpillos de cuero y camisas de seda.
Marco de Vincenzo ¡ªque sali¨® a saludar tras el desfile con la cara m¨¢s triste que jam¨¢s ha visto una pasarela¡ª apost¨® por una colecci¨®n articulada en torno al punto y que recordaba a sus a?os como miembro del equipo de dise?o Prada.
Jeremy Scott aport¨® en Moschino lo que se espera de ¨¦l: entretenimiento y diversi¨®n. El dise?ador toma esta temporada como referencia la Mar¨ªa Antonietta de Sofia Coppola y despliega sobre la pasarela un amplio cat¨¢logo de miri?aques y guardainfantes en versi¨®n minifaldera, cors¨¦s combinados con chaquetas perfecto y estampadas con motivos de porcelana cl¨¢sica, levitas en terciopelo rosa chicle y vestidos con forma de tarta de varios pisos. No es nuevo ¡ªVersalles ya hab¨ªa sido reinterpretado por John Galliano y Jean Paul Gaultier¡ª ni provocador. Pero, gracias tambi¨¦n a su siempre espectacular selecci¨®n de modelos, cumple su funci¨®n de acaparar stories de Instagram. Aunque tampoco tanto como sol¨ªa.
En Sportmax todo gira en torno a los tejidos y a las texturas. De los vestidos de mohair con mangas jam¨®n, a los pantalones de tela metalizada y los dise?os de seda microplisada. La firma abandona sus c¨®digos deportivos en favor de una propuesta que busca fusionar, durante la primera parte del desfile, elementos medievales como las capas, blasones o pecheras de esgrima con otras piezas atemporales como chaquetones marineros o gabardinas de piel. El ejercicio, aunque ambicioso en su planteamiento, no termina de cuajar; especialmente, cuando en la ¨²ltima parte de la colecci¨®n la marca apuesta por una serie de esm¨®quines y piezas de noche bordadas con una especie de fuegos artificiales, que resulta dif¨ªcil vincular est¨¦tica y conceptualmente con la primera parte.
Etro, por su parte, se inspira en la cultura ind¨ªgena americana para declinar su colecci¨®n de ponchos, abrigos de manta, cazadoras vaqueras y botas de piel en un desfile donde la presencia de las tops Eva Herzigoba, Doutzen Kroes, Irina Shayk acapar¨® todo el protagonismo.
Jil Sander, un sue?o real
La funcionalidad es un concepto ambiguo en la industria de la moda. Deber¨ªa ser un requisito sine quanom de cualquier buen dise?o, pero muchas veces es una cualidad que se interpreta como sin¨®nimo de falta de creatividad o directamente aburrimiento. Jil Sander consigue la cuadratura del c¨ªrculo al ofrecer una colecci¨®n que resulta femenina y pragm¨¢tica. De una exquisita delicadeza y a la vez cartesiana en cuanto al patronaje. Sobre la pasarela, los coreogr¨¢ficos vestidos de largos flecos daban paso a una serie de americanas y abrigos sobrimensionados y con los hombros trapezoidales, bajo cuyos pu?os asomaban las mangas de contable de blusas de organza. Un trabajo que supone un salto adelante en la trayectoria de Luke and Lucie Meier, los directores creativos de la firma desde hace tres a?os.
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