Muere Katherine Johnson, la cient¨ªfica que ayud¨® a la humanidad a llegar a la Luna

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"Usted me dice cu¨¢ndo y d¨®nde quiere que aterrice [la nave], y yo le dir¨¦ d¨®nde, cu¨¢ndo y c¨®mo lanzarla", dijo una vez la cient¨ªfica Katherine Johnson (Newport News, Virginia Occidental, 1918). La NASA ha informado este lunes de la muerte a los 101 a?os de quien fue ¡°la mente brillante¡± de su equipo, fundamental en la llegada de la humanidad a la Luna. La agencia espacial honr¨® un legado que derrib¨® las barreras raciales y sociales en ¡°una ¨¦poca en que las computadoras llevaban faldas¡±, como sol¨ªa decir ella. La doble discriminaci¨®n que Johnson sufri¨® durante d¨¦cadas por ser mujer y afroamericana, as¨ª como su arduo trabajo, qued¨® inmortalizado en el filme Figuras ocultas (2016), donde la encarn¨® la actriz Taraji P. Henson.

Detr¨¢s del hist¨®rico aterrizaje del Apolo 11 en la Luna, una de las figuras que llev¨® a Estados Unidos a la victoria en su carrera espacial con la Uni¨®n Sovi¨¦tica fue Johnson. Trabaj¨® m¨¢s de 14 horas diarias en el programa de retorno de la misi¨®n que comand¨® Neil Armstrong, conocido como Lunar Orbit Rendezvous. ¡°Hab¨ªa hecho los c¨¢lculos y sab¨ªa que eran correctos, pero era como conducir esta ma?ana; cualquier cosa pod¨ªa pasar¡±, dijo en una entrevista publicada en su d¨ªa por la NASA.

Johnson fue una pionera. En los primeros a?os de existencia de la NASA, cuando todav¨ªa se llamaba Comit¨¦ Asesor Nacional de Aeron¨¢utica, calcul¨® a mano las trayectorias de los cohetes y las ¨®rbitas terrestres. Usaba reglas de c¨¢lculo, papel cuadriculado y calculadoras de escritorio. Hasta 1958, ella y otras cient¨ªficas afroamericanas trabajaban en una oficina de computaci¨®n separada de los blancos. Tambi¨¦n usaban otro comedor y unos ba?os distintos en lo que hoy se conoce como Centro de Investigaci¨®n Langley, en Hampton (Virginia). All¨ª analiz¨® en los sesenta la trayectoria para la misi¨®n Redstone 3 de Alan Shepard, la primera que llev¨® a un estadounidense al espacio. Tambi¨¦n verific¨® a mano los c¨¢lculos realizados por un arcaico ordenador de la NASA, un IBM 7090, que traz¨® las ¨®rbitas del vuelo que John Glenn hizo alrededor del planeta en 1962. Pese a la relevancia de su labor, casi nadie sab¨ªa su nombre ni la reconoc¨ªa por su trabajo.

¡°Katherine Johnson se neg¨® a ser limitada por las expectativas de la sociedad sobre su g¨¦nero y raza, al tiempo que ampli¨® los l¨ªmites del alcance de la humanidad¡±, dijo el entonces presidente Barack Obama cuando en 2015 le impuso en la Casa Blanca la Medalla de la Libertad, m¨¢xima condecoraci¨®n civil de EE UU. No fue el ¨²nico homenaje que la cient¨ªfica espacial recibi¨®: en 2017, la NASA bautiz¨® uno de sus edificios como Centro de Investigaci¨®n Computacional Katherine G. Johnson. ¡°La familia de la NASA nunca olvidar¨¢ el coraje de Katherine Johnson y los hitos que no podr¨ªamos haber alcanzado sin ella¡±, se?al¨® este lunes el director de la agencia espacial estadounidense, Jim Bridenstine. ¡°Su historia y su talento contin¨²an inspirando al mundo¡±, a?adi¨®.

La brillantez de la hija de una profesora y un granjero qued¨® en evidencia desde temprana edad. Entr¨® a estudiar matem¨¢ticas a la Universidad de West Virginia con 14 a?os y despu¨¦s estudi¨® un posgrado en el mismo centro educativo, convirti¨¦ndose en la primera afroamericana en conseguirlo. Fue una de las tres mejores alumnas de la clase. La madre de tres hijas ejerci¨® de profesora hasta que se enter¨® de los puestos vacantes en el Comit¨¦ Asesor Nacional de Aeron¨¢utica. Su carrera despeg¨® con la velocidad de una nave espacial y su papel en la agencia que se convirti¨® en la NASA era tan fundamental que el astronauta John Glenn, antes de comenzar el hist¨®rico vuelo orbital, exigi¨® que "la chica" revisara los datos. "Si ella dice que son buenos", dijo, "entonces estoy listo para partir". Esa chica era Katherine Johnson.